Las Aguilas vencieron 2-1 al Morelia y avanzaron con global de 4-2
América, a semifinales de la Copa Libertadores
Se agrandó la figura del portero Adolfo Ríos Goles de Christian Patiño y José Castro
MIGUEL ANGEL RAMIREZ
La satisfacción no tuvo cupo dentro de los americanistas y se derramó generosamente por los gestos, gritos, y una consigna: "Vamos por los Pumas".
Los de Coapa se instalaron en la antesala de la final de la Copa Libertadores, al dar cuenta anoche del Morelia por 2-1 (para un global de 4-2) en la revancha de los cuartos de final. Este examen lo calificó de manera sobresaliente el América, porque lo consiguió con un hombre menos y gran entrega.
La euforia americanista en el Azteca se congeló al minuto seis. Andrés Chitiva estaba tirado en el césped y el chileno Ricardo Rojas llegó con los tacos por delante, por lo que el árbitro Felipe Ramos Rizo no dudó en expulsarlo.
Así, la mesa estaba puesta para que el Morelia le birlara el pasaporte. Pero los amarillos se defendieron con uñas y dientes y la figura del portero Adolfo Ríos se agrandó. Y es que no dejó pasar ni el aire.
Al 37 Ríos evitó que un remate de Alejandro Glaría terminara en el fondo de su marco y al 39 alcanzó a desviar un tiro de José Antonio Noriega, que terminó estrellándose en el travesaño.
Y en la agonía de la primera parte superó en el mano a mano a Hugo Chávez, ganándose así el "Ole-Ole-Ole-Ríos-Ríos" de la tribuna.
América estuvo encerrado en su campo todo el tiempo y cada contragolpe era celebrado por sus seguidores como una hazaña. Sólo hasta el minuto 75 se despojaron de la angustia. Christian Patiño recibió un largo pase, controló el balón en el área, dio media vuelta y con tiro cruzado marcó el 1-0.
Morelia no se dio por vencido y al 78 Noriega mandó un disparo que se estrelló ahora en el poste derecho de la meta.
Todo se resolvió al 84, cuando José Antonio Castro apareció por la banda derecha y venció en la salida a José María Buljubasich para el 2-0.
La visita aprovechó el festejo para madrugar, pero no valió el tanto de Glaría. Al 85 Darío Franco anotó al conectar con la cabeza un centro de Iñiguez; era el 2-1, pero la anotación llegó demasiado tarde.
Después sólo hubo tiempo para el festejo y el técnico Manuel Lapuente alentó la esperanza de que ésta sea la reconciliación definitiva del equipo con sus seguidores, y que los apoyen en las buenas y en las malas. Resaltó que sus pupilos lograron el objetivo con base en "corazón, casta y orden dentro de la cancha".
Su colega Rubén Romano dijo que se iba satisfecho y que este traspié no borraba lo que ha hecho el equipo.
Semifinales, a efectuarse 10 y 17 de julio:
Sao Caetano-América
Gremio-Olimpia