Habitantes de San Manuel, acusados de secuestro
Comunidad en resistencia de Chiapas sufre acoso policiaco
El motivo real es desarticular un bastión zapatista,
denuncian
HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO
Municipio Autonomo San Manuel, Chis., 9 de mayo. Cinco
miembros del concejo autónomo se encuentran amenazados de muerte
por el grupo paramilitar Movimiento Indígena Revolucionario Antizapatista
(MIRA). Y ahora se acusa a San Manuel de "tener secuestradas" a tres personas,
para justificar operativos policiacos o militares contra las comunidades
en resistencia. Las autoridades autónomas han negado reiteradamente
esta semana tal "secuestro".
En el corazón de las cañadas de Ocosingo,
uno encuentra los resultados de tanto "programa de las cañadas"
y tanta declaración desarrollista y tanta contrainsurgencia profesional
que ha salido de las cañerías del sistema. Esto se expresa
en una división al parecer irremediable entre las comunidades de
las distintas organizaciones, y sobre todo una militarización permanente
y abundante desde hace siete años.
El municipio autónomo San Manuel está conformado
por 38 comunidades a lo largo de la cañada de Avellanal (o Las Tazas).
La recorre el gran río Jataté entre las sierras Livingstone
y Cruz de Plata. Los indígenas en resistencia, en su mayoría
tzeltales, han fundado varias nuevas comunidades en las tierras recuperadas
después del alzamiento zapatista de 1994: Francisco Villa, Emiliano
Zapata, Miguel Hidalgo, San Marcos y otras. Desde la última semana
de abril recorre la cañada una patrulla de soldados anunciando a
las bases zapatistas que van a "barrer" con dichos poblados.
El pretexto para este resurgimiento de la guerra de baja
intensidad es de lo más endeble, pero ya existe un acta levantada
en el Ministerio Público de Ocosingo, y los judiciales federales
se dan sus vueltas. Cuatro hombres de la ranchería Tzajalá
habrían sido "secuestrados" por el municipio autónomo, y
las patrullas del Ejército federal y la Procuraduría General
de la República (PGR) los están "buscando".
"Muy fácil. Están en sus casas. Allí
tienen que buscarlos", dice a La Jornada un miembro del concejo
autónomo. "Nunca hubo secuestro, pero ellos lo hicieron como una
provocación". Domingo Domingo Cruz Rodas, Manuel Cruz Jiménez,
Domingo Cruz Jiménez y Julio (sin apellidos), los presuntos plagiados,
cosa rara en una región tan politizada, "no pertenecen a ninguna
organización", según el vocero de San Manuel.
Los grupos
En las comunidades de esta cañada el que no es
zapatista es de alguna de las tres Asociación Rural de Interés
Colectivo (ARIC) que existen. Es decir, hay priístas de la oficial,
algunos de los cuales participan en el grupo paramilitar MIRA, hijo directo
de los programas especiales de desarrollo, pero que oficialmente no existe.
También hay comunidades de la ARIC Independiente,
perredista y salazarista, próxima a la diócesis de San Cristóbal
de las Casas, y que hasta antes del nuevo gobierno chiapaneco apoyaban
al municipio autónomo. Por último, están los miembros
de la ARIC Unión de Uniones, que en el ya largo viaje de las ariques
de ser una a tres, y pasar de independientes a clientes del Pronasol salinista,
ahora van de vuelta hacia la órbita perredista del salazarismo.
En medio de estos vaivenes, determinados ante todo por
la inversión gubernamental (y también privada, según
afirma el vocero autónomo), las comunidades se encuentran muy divididas.
La ARIC oficial recibe además "proyectos privados,
que no controla el gobierno de Pablo Salazar. Son de semilla mejorada,
de colmena, de otras cosas". Según el vocero autónomo, "eso
viene de Carlos Salinas".
El Ejército tiene bases de operaciones en Río
Jordán y Santo Tomás, los dos extremos de la cañada
que diariamente patrullan los militares. Al fondo de la cañada se
localizan las poblaciones más antiguas, en su mayoría ejidos:
Las Tazas, La Trinidad, Tacitas, Avellanal, Santo Tomás.
Las tierras bajas del Jataté, más próximas
a Ocosingo, fueron hasta 1994 fincas ganaderas. Pasado el desmonte maderero
de la primera mitad del siglo XX, vino el arrasamiento del suelo por una
ganadería extensiva que enajenaba las tierras y hacía de
los indígenas peones desposeídos. Allí donde se encontraban
los ranchos hoy pertenece a los "nuevos poblados", y las casas de las fincas
están en ruinas. A diferencia de otras regiones de las cañadas,
de momento al menos, los principales problemas entre indígenas aquí
no son por las tierras. Por eso, para desalojar a los zapatistas, las fuerzas
del orden tendrían que "barrer", pero necesitan algún pretexto.
En la comunidad La Trinidad opera el MIRA. Su dirigente,
Vicente Pérez, pasó de ser un robacoches buscado por la policía
a colaborador y amigo de las fuerzas del orden. Su grupo tiene amenazados
de muerte a cinco miembros del concejo autónomo zapatista.
En San Manuel sucede algo bastante curioso. Cuando surgen
disputas (por ganado, por proyectos de vivienda) entre las organizaciones
rivales del zapatismo, "vienen con el concejo autónomo a que les
ayudemos a arreglar su problema". Oyendo esto, y a pesar de que existen
otras dificultades entre las organizaciones, como el transporte público
y el comercio de bebidas alcohólicas, uno piensa que, a lo mejor,
las divisiones entre indígenas no son tan irremediables como parecen.