VIRAJE EN LO OSCURITO
En
una cena que le ofreció el Consejo de las Américas, el presidente
Vicente Fox defendió, al parecer, el viraje que su gobierno ha emprendido
en materia de política exterior y el abandono de los principios
tradicionales de la diplomacia del Estado mexicano.
Se dice "al parecer" porque la opinión pública
nacional y la ciudadanía que otorgó el mandato al actual
titular del Ejecutivo Federal no tienen acceso a las palabras textuales
y completas del Presidente. A contrapelo de las prácticas de prensa
habituales, la Coordinación General de Comunicación Social
de la Presidencia se limitó a difundir una versión expurgada
de las palabras de Fox.
La exposición de los lineamientos de política
externa ante un público extranjero, y la decisión de escamotear
la información correspondiente a la opinión pública
nacional, ponen en contradicción al Fox Presidente con el Fox candidato,
quien en su momento ofreció transparencia, rendición de cuentas,
consulta a la sociedad y capacidad y sensibilidad para escuchar el sentir
social.
La alocución privada en un foro que el lenguaje
coloquial mexicano asimilaría al ámbito de "lo oscurito"
es indicio de que lo dicho era, cuando menos, poco presentable a los mexicanos.
La versión censurada del discurso presidencial
que divulgó la Coordinación de Comunicación Social
de la Presidencia indica que Fox fue al evento referido a proponer el trueque
de soberanía nacional por un mejor trato a los trabajadores indocumentados
mexicanos en Estados Unidos; sumisión internacional por visas para
los connacionales que laboran en el otro lado del río Bravo; imposición
de una política exterior a todas luces impopular, improcedente y
extremadamente peligrosa para la seguridad nacional y la independencia
de la nación; solidaridad con la hostilidad planetaria que proyecta
Washington, a cambio de regularizar a los indocumentados.
Sería insensato desconocer la necesidad de que
México --gobierno y sociedad-- se movilice en defensa de los connacionales
que trabajan en territorio estadunidense, pero no lo sería menos
ofrecer, como moneda de cambio para un trato digno a esos ciudadanos, la
independencia diplomática y política de México.
Una vez más, el actual gobierno da muestras de
desprecio por la sociedad y por el Legislativo --el Senado, específicamente--,
no sólo en la formulación unilateral y antidemocrática
de la política exterior, sino hasta en la información sobre
el viraje.
Como en los viejos tiempos, las decisiones del poder público
se realizan a espaldas de la sociedad y en el ámbito cómodo,
protegido y autoritario de lo oscurito.