Reforma política: la vendetta blanquiazul
El 30 de abril pasado, el diputado panista Federico Doring, en conferencia de prensa, había advertido que iría a la Cámara de Senados para hablar en contra de la minuta de reforma política del DF -la cual él votó a favor en noviembre y sobre la que guardó silencio durante cerca de cinco meses- luego de que la Comisión de Gobierno de la ALDF decidiera dejar fuera los dictámenes de las leyes de Obras y de Adquisiciones.
Ayer cumplió su amenaza, pese a los intentos de los priístas María de los Angeles Moreno y Marco Antonio Michel de convencerlo de que éste no era el foro para dirimir las diferencias que había en el recinto de las calles de Donceles y Allende. Sin embargo, el panista fue tajante, ya que, palabras más o menos, respondió: "es el mejor lugar para vengarme de ustedes (PRI)". Luego él y Walter Widmer aseveraban por separado que no había ninguna acción dilatoria por parte de los senadores, a quienes pidieron analizar con detalle la minuta, para darle la solidez jurídica que se necesita. Molesto, el coordinador de Convergencia por la Democracia, Cuauhtémoc Velasco, denunció: "durante una reunión en la casa de Max (Maximino Fernández, diputado del PVEM), Doring dijo que estaba muy contento porque habían frenado la reforma, y siendo congruente con su manera de ser el diputado lo aceptará".
Los rumores de quién había invitado a Doring y Widmer comenzaron de uno y otro lados. Unos decían que había sido el presidente de la Comisión del DF, el senador David Jiménez, y no sólo a ellos, sino también a otros como el priísta Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre. Otros que no, que ellos decidieron ir al saber que la reunión era abierta. Incluso, Gutiérrez de la Torre reconoció que él también iba a ir para hablar en contra, pero que confundió el día y pensó que era hoy (jueves). GABRIELA ROMERO SANCHEZ