''Clásico vivo y maestro indiscutible
del drama contemporáneo'', pondera el jurado
Galardonan a Arthur Miller con el Príncipe de
Asturias de las Letras
El autor de La muerte de un viajante agradece
la distinción en el consulado de España en NY
Se hace justicia a un escritor cuya dramaturgia está
vigente en toda Europa: Pérez de la Fuente
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 8 de mayo. La voz emancipadora y poética
de la dramaturgia de Arthur Miller, ''un clásico vivo, la máxima
figura del teatro universal", fue reconocida hoy con el Premio Príncipe
de Asturias de las Letras 2002, después de apretada votación
que se inclinó finalmente por el estadunidense frente al escritor
argentino Ernesto Sábato.
El jurado, presidido por el presidente de la Real Academia
Española, Víctor García de la Concha, decidió
por mayoría otorgar el galardón al autor de La muerte
de un viajante, quien ''con independencia del espíritu y notable
sentido crítico ha logrado transmitir desde la escena las inquietudes,
los conflictos y las aspiraciones de la sociedad actual, renovando así
la permanente lección humanística del mejor teatro". Miller,
definido por el jurado como ''maestro indiscutible del drama contemporáneo",
agradeció en el consulado de España en Nueva York el galardón,
del que dijo sentirse ''muy honrado"
Víctima del macartismo
Miller
nació en Nueva York en 1915, hijo de un matrimonio de vieneses que
formaron parte de la masiva migración europea de principios del
siglo pasado. El escritor, que estudió letras en la Universidad
de Michigan, optó desde sus primeros escritos por la dramaturgia.
Su primera puesta en escena fue la comedia El hombre que tuvo toda la
suerte del mundo, en 1943.
El comienzo de la Segunda Guerra Mundial y su derivación
inmediata en el orden internacional, la guerra fría, marcaron
con igual relevancia su obra literaria y su vida. Como dramaturgo escribió
Todos eran mis hijos, tragedia escrita en plena posguerra que denunció,
a pesar del fervor patriótico de aquellos años, la degradación
del hombre frente a la muerte y la guerra, mientras que como ciudadano
sufrió la cacería de brujas del macartismo, al vivir en carne
propia la persecución emprendida por Estados Unidos contra todo
lo que pareciera ''comunismo".
Otras circunstancias históricas y sociales, como
el exterminio judío a manos del régimen nazi o la fatalidad
de la migración en el mundo han sido también abordadas por
el escritor, como hizo en Panorama desde el puente, Las brujas de Salem
y Después de la caída.
En 1949, Miller escribió la que se considera su
obra más importante, La muerte de un viajante, que le valió
para recibir los galardones más emblemáticos del arte escénico
en su país ?el Premio de la Crítica de Nueva York y el Pulitzer?
y un apabullante reconocimiento internacional, que a su vez propició
la traducción de su obra a otras lenguas, como en español,
francés, italiano, portugués y alemán.
De las obras de Miller destacan Memorias de dos lunes
(1955), Los desarraigados (1960), llevada al cine y protagonizada
por su entonces esposa Marilyn Monroe; Después de la caída
(1963), No te necesito (1967), Arriba desde el paraíso
(1972), Un enemigo del pueblo y en 1987, a la edad de 72 años,
publicó la larga autobiografía Timebens.
La verdad es cosmopolita
García de la Concha, quien presidió el jurado
del Príncipe de Asturias de las Letras, explicó que la votación
resultó muy apretada, algo ''normal" en función de la terna
aspirante al premio, si bien se mostró satisfecho de la decisión
final, ya que Miller ''es un ejemplo de servicio desde al arte a la sociedad
actual, su obra refleja las inquietudes de las sociedades de las clases
medias con espíritu independiente y crítico, por tanto, no
solamente se premia la maestría específicamente artística,
sino también la atención a los problemas de la sociedad actual",
aseveró el presidente de la Real Academia de la Lengua Española.
Andrés Amorós, catedrático de literatura
de la Universidad Complutense de Madrid ?uno de los miembros del jurado
del premio? fue quien presentó la candidatura de Miller, el segundo
dramaturgo en ostentar el galardón, al señalar que ''es una
de las grandes figuras intelectuales de nuestro tiempo, que se ha caracterizado
por su independencia y que ha criticado muchas cosas sin estar vinculado
a ninguna capillita".
Otro representante del jurado, el escritor Fernando Delgado,
consideró que Miller ''es el más grande dramaturgo contemporáneo.
Su obra es de una enorme contemporaneidad debido a su atención permanente
al drama y a los avatares del mundo actual, lo que le convierte en un clásico
vivo, demasiado vivo para ser un clásico".
El dramaturgo español Juan Carlos Pérez
de la Fuente valoró también de manera positiva la elección
por Miller y ponderó: ''Tenemos que recuperar la memoria, pues muchas
veces vivimos desmemoriados, además de que se hace justicia a un
autor vivo, cuyo teatro está muy vivo en toda Europa".
El también escritor y miembro del jurado, Fernando
Sánchez Dragó, consideró ''secundario" el hecho de
que Miller escriba en inglés, pues, ''como dicen los filósofos
alejandrinos: la verdad es cosmopolita".
El de las Letras, el primero de los ocho galardones que
concede anualmente el Principado de Asturias, reconoce desde 1982 al conjunto
de la obra de un escritor. Entre los elegidos se encuentran Juan Rulfo,
Augusto Monterroso, Carlos Fuentes y Angel González, además
de los dos literatos de lengua no española que formaban hasta ahora
la selecta lista: el alemán Günter Grass y la británica
Doris Lessing.
(Con 27 candidaturas procedentes de 15 países,
la elección del Premio Príncipe de Asturias de las Letras
2002 fue particularmente difícil, pues el jurado debió decidirse
por uno de los tres finalistas: Miller, Ernesto Sábato y el portugués
Antonio Lobo Antúnes. El galardón está dotado de 45
mil dólares y una escultura creada ex profeso por el artista
catalán Joan Miró.)