Propone pensar a la sociedad ''más allá
de lo que es''
Gilly retoma la discusión sobre el socialismo
en su nuevo libro
Fue presentado por Ordorika, Roux y Raquel Gutiérrez
ARTURO JIMENEZ
Poner en discusión o seguir poniendo en discusión
el socialismo, la posibilidad de un ''horizonte humano" que rompa con el
cerco de que sólo se puede pensar la sociedad tal cual es, constituye
una de las intenciones de El siglo del relámpago. Siete ensayos
sobre el siglo XX, precisó el historiador Adolfo Gilly durante
la presentación de su libro el pasado domingo.
En
el último día de la Feria Metropolitana del Libro Ciudad
de México, Gilly cerraba la ronda de participaciones de una mesa
integrada por Imanol Ordorika, Rhina Roux y Raquel Gutiérrez, quienes
comentaron este volumen de La Jornada Ediciones-Itaca, y agregaba:
''Una de las conquistas del siglo XX, y uno de sus desastres,
pues son las dos caras de la misma moneda, es que se pensó una sociedad
diferente. La oposición tenaz y terrible de miles de millones a
la dominación violentísima del capital no era simplemente
tratar de establecer una dominación mejor o un nuevo pacto social."
También militante de izquierda, planteó:
''Si vamos a reconstruir o a buscar una alternativa de sentido al gran
sinsentido de la dominación del capital, hay que hacerlo en dos
fuentes: en la experiencia acumulada y en la confianza en esa experiencia
acumulada de que el pueblo va a reaccionar, como sucedió en la Revolución
mexicana". Y el otro asunto, completó, ''es con qué teoría
responderemos a esto, con qué programa o con qué mirada sobre
el mundo".
Imanol Ordorika, por su parte, consideró que es
en referencia al desmoronamiento ideológico y programático
de la izquierda que Gilly ofrece sus mejores argumentos. ''Nos remite con
éxito a la profundidad de conceptos clásicos del pensamiento
de izquierda que han sido abandonados como reacción de unas izquierdas
frente a la derrota ideológica o que son repetidos superficialmente
por otras hasta hacerlos carentes de sentido."
Mencionó dos temas para futuras polémicas
con el ''amigo, maestro y compañero" Gilly. Uno: ''El desarrollo
de las fuerzas productivas, específicamente el desarrollo del conocimiento
y las tecnologías de la información, le dan al capital una
posibilidad de movimiento sin restricciones frente a las que los estados
nacionales pierden autonomía relativa, y los sectores subalternos
pierden capacidad de resistencia y negociación. La violencia se
legitima a partir de condiciones políticas e ideológicas".
Dos: ''En el texto existe una romantización implícita
del estado natural de los sectores subalternos, lo que Gilly llama 'el
antiguo mundo humano', a partir del cual estos sectores construyen su resistencia
frente a la expansión de las relaciones capitalistas, la transformación
del valor de uso en valor de cambio y la mercantilización de las
relaciones humanas".
Alerta sobre la barbarie
Raquel Gutiérrez retomó, entre otros temas,
qué es el socialismo. ''Es la pregunta que tenemos pendiente quienes
queremos seguir siendo herederos de luchas pasadas y nos inquietamos ante
la aparente confusión reinante. Dos dogmas que se han hundido y
que Gilly aborda de múltiples modos en sus ensayos son: el socialismo
es igual a estatización de los medios de producción más
economía planificada. Y: la idea fundamental que debe regir y ordenar
la actividad de los revolucionarios es la toma del poder."
Rhina Roux teorizó sobre diversos temas planteados
por Gilly, además de ubicarlos en el presente concreto al destacar
que el libro ''quiere también alertar sobre el actual momento de
peligro: ese que aparece ya en el horizonte cercano como amenaza de barbarie.
Nueva York y Afganistán, Palestina y Argentina, Plan Colombia, comandos
militares imperiales y éxodos del desamparo son algunos de los descarnados
indicios de ese nuevo ciclo de violencia, terror y sinsentido que acompaña
al nuevo poder incontrolable e incontenido del capital global".