Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 23 de abril de 2002
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Cultura
Celebran el Día Mundial de la Lectura y el Derecho de Autor

México ocupa el penúltimo lugar en el hábito de leer en una muestra de 108 países: UNESCO

Abren en el Centro Histórico librería en honor del escritor Juan José Arreola

RENATO RAVELO

Con una librería dedicada al escritor jalisciense Juan José Arreola y una lectura de su obra en Guadalajara, en medio de la lucha por la exención autoral, en momentos en que en el país se producen cerca de 270 millones de ejemplares al año, de los cuales 60 por ciento es editado por alguna instancia gubernamental, se celebra este martes el Día Mundial de la Lectura y el Derecho de Autor.

Lecturas, conferencias, promociones de libros, ponencias sobre derechos autorales, donación de ejemplares e inauguración de un libroclub forman parte de las actividades programadas por distintas instancias culturales.

La mermada industria editorial, se calcula, aporta en estos momentos apenas 0.31 por ciento del producto interno bruto, pero aun así en las calles de Eje Central Lázaro Cárdenas esquina Venustiano Carranza, a partir de las 18:30 horas quedará abierta la Librería Juan José Arreola para continuar el miércoles y el jueves con dos mesas redondas sobre la obra del autor de Confabulario.

En la Delegación Coyoacán, además de su feria de las letras que concluye con distintas reflexiones sobre la vida y obra del escritor francés Victor Hugo, se realizará en el Casa de Cultura Ricardo Flores Magón una jornada del libro y la lectura, con exposición, venta, cuentacuentos, visitas a bibliotecas de las 10 de la mañana a las 19 horas.

Desde Monterrey, David Carrizales reporta que en las 70 bibliotecas públicas de la ciudad se llevará a cabo una lectura en voz alta como parte del programa ¡OraLee!, que desarrollan las autoridades estatales y que a la fecha suma 264 eventos con asistencia de 10 mil 672 personas.

En la Plaza Universidad de Guadalajara, de la capital de Jalisco, desde las 9 de la mañana y hasta las 21 horas se dará lectura a obra de Juan José Arreola, en un acto en el que participará lo mismo Claudia, su hija, que representantes del instituto alemán, de la Alianza Francesa, de partidos políticos, el poeta Jorge Esquinca y el escritor Fernando del Paso, quien cerrará la celebración de la palabra.

De forma paralela, informan los organizadores de la Feria Internacional del Libro ?quienes con el ayuntamiento promueven las actividades?, se venderán libros de diez editoriales y librerías para cerrar con un concierto de jazz a cargo del grupo Expressiones.

Vivir del arte

Para Juan José Arreola, en vida, no fue tan concurrida su imagen. Incluso para vivir de sus regalías como escritor, ya que al hacerse prácticamente libro de texto su Confabulario, no dejó de ser común la práctica de la fotocopia.

En la actualidad la industria editorial estima que por concepto de piratería, por la vía de la fotocopia en nuestro país, se evade el pago de cerca de 200 millones de pesos en regalías.

Dicha cantidad significa más de cuatro veces lo que la Sociedad General de Escritores de México (Sogem) recaudó durante todo 2001, que sumó 43 millones 725 mil 263 pesos por concepto de regalías.

La dramaturga Sabina Berman se dio a la tarea de investigar, en la Sogem, cuántos escritores vivían de sus regalías. Contó 36, de los cuales 30 trabajan para la televisión, cinco hacen libros de autoayuda, uno lo hace en cine y ninguno de la literatura.

Quizá el único escritor mexicano que de manera pública ha admitido que vive de sus regalías por su trabajo literario, pero después de varias décadas de éxito, es José Agustín, quien recientemente en un acto público señaló que a pesar de todas las rediciones de su obra en la actualidad percibe 25 mil pesos mensuales.

Edición de libros

Y es que debe existir un germen necio que lleva al ser humano a buscar las historias, reales o imaginarias, ya sea para escucharlas o para contarlas, que es el caldo del cultivo mediante el que se puede explicar por qué una actividad que no es negocio tiene a editores, escritores y lectores empeñados en la búsqueda de su sobrevivencia.

Ciertamente buena parte de los cerca de 20 mil títulos que se publican al año en el país son de carácter técnico o escolar, aspecto de la lectura al que se ha tratado de fomentar en una sociedad menos humanista (es común la escena de un padre de familia que llega con su hijo y le pregunta, ¿qué haces?, ''leyendo" contesta para recibir por respuesta, ''pues ponte a hacer algo").

La lectura como esparcimiento, sin embargo, de acuerdo con estudios realizados por pedagogos, marca con nitidez la diferencia social entre los niños de menor edad cuando empiezan a verbalizar y aquellos en cuyo hogar la lectura es una mera función informativa.

Aun así las estadísticas de lectura en el país resultan alarmantes, con base en un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), según el cual México se ubica en el penúltimo lugar en una lista de 108 países investigados.

Al respecto, la Cámara Nacional de la Industria Editorial señala que ''se estima un promedio de lectura de 2.8 libros por mexicano. Si ajustamos esta cifra a la producción de los editores privados (que es de 40 por ciento), encontramos que únicamente 1.2 libros de producción privada son leídos anualmente".

Mientras por una parte las fusiones avanzan y se crean grandes conglomerados que abarcan la industria editorial, los medios de comunicación, incluso medios impresos, en una estrategia de sobrevivencia en el mercado global, una alternativa en la edición de libros es poco considerada.

Se trata de la edición digital del libro. Se anuncia lo mismo en Internet, donde se ofrece ''Edite su libro gratis", en el que la empresa asume el compromiso de llegar a miles de suscriptores, entregar hasta 60 por ciento de regalías (normalmente se pacta 10 por ciento) e incluso ofrece el pago automático a partir de ventas mayores a 100 dólares.

Del otro lado, más terrenal, está el trabajo de empresas que han decidido adquirir equipos que van de 300 mil a 500 mil dólares; en el país existen 20 de ellos, pero que pueden hacer un libro en menos de 20 minutos con tirajes casi familiares y costos disminuidos a la mitad o menos de lo normal, al ir de 10 a 40 pesos.

Sin embargo, como bien visualizan las grandes corporaciones, en la industria del libro lo que cuenta sigue siendo el control de la red de distribución, porque aun con su escaso aporte económico al negocio, con la sobresaturación del mercado cierto tipo de libro sigue siendo la rendija por la que se cuelan las ideas y sigue siendo un referente para la humanidad.

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