Golazo de chilena de García Aspe:
"quizá es mi mejor tanto", señaló el seleccionado
En duelo de errores, Potros y Puebla igualaron a 3
Christian Martínez regaló dos goles al
Atlante Otra expulsión del argentino Grosso
CARLOS HERNANDEZ
Bien dijo el Zurdo López: "El gol del Beto
Aspe valió el partido".
Y es que mientras Potros y Camoteros estaban empeñados
en definir qué equipo cometía más errores, Alberto
García Aspe logró al minuto 62 el que quizá fue "el
mejor gol de mi carrera", y el primero de chilena en su larga trayectoria.
Fue una acción espectacular: Gilberto Jiménez
desbordó por izquierda y mandó un centro templado a los límites
del área grande, donde el Beto con perfecta tijera conectó
de zurda; el balón rozó el larguero y dejó sin oportunidad
el lance de Rafael Cuevas.
El que más falló -en auténtico carnaval
de errores que propició el 3-3 final- fue Christian Martínez,
quien provocó dos tantos azulgranas, pero aceptó sus errores.
"Estoy avergonzado con la afición, la directiva y mis compañeros.
"Asumo mi responsabilidad, ya que eché por la borda
el trabajo del equipo, pero tengo que levantar la cara, no puedo caerme
con las cosas que hice hoy", dijo Christian, despedido con gritos de "portero-portero"
y múltiples groserías por los integrantes de la porra Tito
Tepito.
El que comenzó los yerros fue el guardameta Damián
Grosso, expulsado al minuto 15 por falta dentro del área sobre Milton
Coimbra, por lo que fue sacado por el silbante Paul Delgadillo.
El argentino venía de un partido de suspensión
y otra vez irá a tribunas, por lo que el presidente del club, Miguel
Angel Couchonnal, dijo estar preocupado por su rendimiento.
El técnico Miguel Herrera sacó al delantero
Pedro Pineda e ingreso a Rafael Cuevas, quien nada pudo hacer en el penal
que cobró García Aspe con tiro potente para el 0-1. El seleccionado
venía de fallar dos penas máximas al hilo.
El ritmo era de cámara lenta, sólo José
María Higareda había despejado sobre la línea de gol
un remate de Juan Angel Paredes, hasta que Puebla marcó el 0-2 al
34, por conducto de Héctor Adomaitis.
Christian empezó a mostrar sus manos de mantequilla
al 39, cuando se le escapó un tiro de larga distancia de Eduardo
Rergis, para el 2-1. Animado, Atlante marcó el empate a 2 en la
compensación del primer tiempo, esta vez con error del Chema
Higareda, quien quiso controlar el esférico, pero fue sorprendido
por el paraguayo Paredes, quien fusiló al estático Martínez.
Después García Aspe anotó el golazo
para deleite de los menos de mil valientes aficionados que asistieron al
estadio Azul, para darle a su escuadra la ventaja de 3-2.
Sin embargo, el Beto iba a pasar de luz a
sombra, cuando en una jugada con Roberto Trotta ambos cayeron al césped
y el poblano le asestó un puñetazo al argentino, pero el
silbante, a unos metros de la jugada, se hizo el que no vio, lo que provocó
la ira del técnico Miguel Herrera.
"¿Por qué no lo expulsó?, ¿por
qué es García Aspe y tiene que protegerlo?", preguntó
un enfadado estratega.
A cuatro minutos del final Christian cometió otra
pifia al rechazar un tiro de Fabián Estay que parecía controlable
y dejó el esférico a la llegada de Irving Rubirosa, quien
anotó el 3-3.
Afuera, un fanático definía en su playera
el sentimiento de la afición atlantista: "Nacidos para sufrir, 1916",
mientras García Aspe mostró humildad al expresar: "prefiero
ganar el partido a meter un golazo".