TOROS
Preocupante actitud de autoridades y empresarios
taurinos ante el panorama de la fiesta
Toros y toreros, de divertimiento a patrimonio
de la afición: Julio Téllez
Cumplirá 30 años de salir al aire Su
contenido procura un equilibrio entre el presente y pasado
LEONARDO PAEZ
Si bien Julio Téllez, director y conductor del
programa Toros y toreros que Canal Once trasmite hace casi 30 años,
anunció en la emisión del domingo 17 de marzo que el próximo
31 (ayer) sería la última, una ponderada decisión
de las autoridades correspondientes ha permitido que dicho programa continúe
en el aire, ahora con nueva fecha y horario a partir del 8 de abril: los
lunes a las 23 horas, seguramente con mayor información y análisis
de lo acontecido en el país durante la semana.
-En las últimas tres décadas la fiesta de
toros en México, lejos de repuntar abandonó la sana práctica
de promover nuevas figuras, aumentó su dependencia con respecto
a España y vio disminuir la asistencia de público a las plazas.
¿El programa Toros y toreros no pudo contrarrestar en algo
tan pernicioso derrotero?
-Bueno -responde medio amoscado Téllez-, es obvio
que aquí la gente asiste menos a las plazas porque no han surgido
nuevas figuras, porque las empresas no han sabido formarlas. El público
entonces se refugia en los recuerdos y en las leyendas del toreo, desde
Gaona hasta Martínez.
"En ese sentido el programa ha alimentado durante todos
estos años la nostalgia colectiva mediante documentales históricos,
como referencia y como contraste ante la creciente pérdida de valores
taurinos en México. Incluso cuando el programa estuvo pasando a
las 12:30 de la noche, mostramos numerosos documentales de los años
30 a los 50 y el rating se fue a las nubes. Otro tanto está
ocurriendo con el caso de los niños toreros, algunos de los cuales
confiesan inspirarse en videos de época.
Saber ver toreros
Ahora, agrega Téllez, "el objetivo fundamental
del programa siempre han sido identificar y apoyar a nuevos valores. Si
esa responsabilidad no la comparten los empresarios, ya es otra cosa. Uno
propone y ellos disponen, aunque hasta ahora sin resultados. Le apuestan
a sus amigos y a sus ideas preconcebidas, no al engrandecimiento de la
fiesta.
"Entre
otros, en el programa apoyamos al Pana y al Glison, que con
su personalidad pudieron haber impulsado el espectáculo, propiciado
el surgimiento de otros toreros y hecho multimillonarias a las empresas.
Pero el principal obstáculo para saber ver toreros es ese concepto
cuadrado del toreo según el cual si no se es 'clásico', no
se puede ser un gran torero. Y así estamos."
-¿Han evolucionado formato y enfoque de Toros
y toreros?
-El programa nació en 1972 al calor de los triunfos
de Manolo Martínez en la Plaza México. Nadie cobraba un peso,
ni el doctor Pablo Pérez y Fuentes, ni José Luis Carazo Arenero,
ni Paco Hidalgo ni yo. La intención era difundir buenas faenas y
ya. Cuando empezamos a ver los abusos en que incurría Martínez,
el programa tuvo una línea más crítica. Incluso allí
surgió el término achaficado para designar a los toros
de escaso trapío que cada vez con más frecuencia enfrentaba
el ídolo. El programa adquirió tal fuerza que de allí
salió Pérez y Fuentes a ocupar el cargo de juez en la México.
Lo que empezó como divertimiento de amigos se convirtió en
patrimonio televisivo-taurino de los aficionados mexicanos.
"Asimismo, en Tyt queremos seguir descubriendo,
mediante las imágenes, a grandes toreros modestos que la historia
y la afición actuales han ignorado. En este sentido estamos trabajando
en coordinación con la filmoteca de la UNAM, que posee un material
muy valioso."
La cantaleta cansa
-¿El programa no cae a veces en el publirrelacionismo?
-Hemos visto que no por insistir sistemáticamente
en torno a un problema éste se resuelve. Por el contrario, el público
se aburre y rechaza las cantaletas. Por ello estamos invitando a los aficionados
a que opinen con bases. Tú en La Jornada o yo en Canal Once
no tenemos mayor influencia en los criterios de la autoridad taurina. ¿Por
qué? Por el absoluto desinterés de las autoridades en la
fiesta de toros. Además, la falta de entendimiento entre un delegado
panista y un jefe de Gobierno perredista ha permitido que un empresario
aproveche esta situación para continuar haciendo lo que se le pega
la gana. Si la autoridad no se convence de ser y ejercer autoridad, la
fiesta queda a merced del que tenga más dinero, no más sensibilidad,
conocimientos y responsabilidad.
"La autorregulación taurina ya tuvo muchas oportunidades
y 'los actores de la fiesta', cada uno con sus intereses, no las supieron
aprovechar para repunte del espectáculo. Por su parte las autoridades,
con su negligencia, han dejado que las cosas crezcan, precisamente cuando
no querían más problemas. Las propuestas de la AMAT y de
la anterior Comisión Taurina para llenar los huecos del actual reglamento,
están archivadas en alguna oficina del Gobierno del DF, lo que ha
aumentado la indefinición legal del espectáculo."
-¿No cansa este apostolado inútil?
-Treinta años en cualquier actividad, cansan. Toros
y toreros tendrá que renovarse en su concepto, tratar de ser
autofinanciable mediante anunciantes que lo patrocinen, pues hay que seguir
creando conciencia entre el público de que merece una fiesta mejor,
más propia y más permanente, de acuerdo con una tradición
taurina mexicana que tuvo esplendor y dignidad y que hoy tiene todo para
recuperarlos. En cualquier caso, el esplendor e interés de la fiesta
no pueden ser circunstanciales.