MEXICO-CUBA
El escenario fue un foro comercial en La Habana;
Pascoe volvió a evitar a la prensa
Intento de desmentido a las críticas de Cuba
al gobierno de Vicente Fox
El panista García Villa llamó entre
líneas a una tregua en el diferendo originado en Monterrey
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 25 de marzo. Un veterano panista y ahora
funcionario público reivindicó hoy el nombre del presidente
Vicente Fox ante un auditorio de cubanos; intentó un indirecto desmentido
a las acusaciones que ha hecho Cuba al gobierno mexicano en los últimos
cuatro días y llamó entre líneas a una tregua en el
diferendo que estalló en Monterrey el jueves pasado.
Juan Antonio García Villa, ex diputado, ex senador
y ex secretario general del Partido Acción Nacional, vino a La Habana
para inaugurar un seminario sobre comercio bilateral, planeado el año
pasado, mucho antes del reciente deterioro de las relaciones entre los
dos países.
La casualidad hizo que fuera él quien saliera al
escenario, bajo los reflectores del conflicto de Monterrey, a decir: ''Los
mexicanos estamos convencidos de que, con el liderazgo del presidente Vicente
Fox, continuaremos estrechando los vínculos comerciales, de inversión
y de amistad entre nuestras dos naciones, insertándose tales vínculos
en un contexto más amplio, dinámico y generoso para fortalecer
la tradicional, histórica y siempre promisoria amistad de nuestros
pueblos''.
Reunión marcada por el conflicto
El seminario Cómo acceder al mercado mexicano,
auspiciado por el Ministerio de Comercio Exterior de Cuba y el Banco Nacional
de Comercio Exterior de México, busca facilitar información
a los potenciales exportadores cubanos para ayudarlos a colocar sus productos
en aquel país e iniciar el camino para equilibrar la balanza bilateral,
muy deficitaria para la isla.
La
sesión se realizó durante todo el día bajo esos supuestos,
pero inevitablemente quedó marcada por el conflicto bilateral y
la reverberancia del violento editorial de Juventud Rebelde del
domingo, que acusó al gobierno de Fox de dar la espalda al pueblo
y a la historia de México y de actuar con ''servilismo'' ante Estados
Unidos al intentar impedir la asistencia del presidente Fidel Castro a
la cumbre de Monterrey.
García Villa, subsecretario de Normatividad y Servicios
a la Industria y al Comercio Exterior de la Secretaría de Economía,
y el embajador Ricardo Pascoe, adecuaron sus discursos inaugurales a un
hilo argumental en el que parecían predominar tres ideas: a) hay
continuidad, no cambio, en la posición oficial de amistad hacia
Cuba; b) los hechos lo demuestran, y c) nosotros, aquí hoy, lo ratificamos.
El mensaje latente era de apaciguar los ánimos.
La respuesta cubana fue seca. En su discurso, la viceministra
de Exportaciones, Estrella Madrigal, se limitó a explorar el marco
regulatorio del comercio bilateral y reiteró, como ya lo había
hecho el canciller Felipe Pérez Roque durante la visita de Fox el
mes pasado, que la isla demanda la actualización del listado de
productos cubanos con preferencias arancelarias en México, lo cual
requiere negociación.
Madrigal aludió sólo en un renglón
a la discusión política. Dijo que esperaba un mejoramiento
de las relaciones económicas bilaterales ''para beneficio de nuestros
dos pueblos y de la América Latina en su conjunto, a partir del
proyecto integracionista de los próceres de nuestra independencia''.
Todo ocurría en el auditorio del Centro de Prensa
Internacional de la cancillería. Asistían cerca de medio
centenar de ejecutivos y especialistas de empresas cubanas, en su mayoría
exportadoras, de algunas importadoras y funcionarios del sector.
García Villa empezó a leer su discurso,
que en el programa aparece como mensaje del gobierno mexicano, con un viejo
refrán: ''Obras son amores y no buenas razones''. Dijo que la muestra
era esa reunión, que ''pone de manifiesto, una vez más, la
cercanía y la comunidad en los hechos de las relaciones que han
hermanado y que siguen hermanando a nuestros pueblos y a nuestros gobiernos''.
Mi presencia, dijo García Villa, como la del embajador
y de un grupo de funcionarios mexicanos en el encuentro, ''ratifican, una
vez más, la indeclinable voluntad del pueblo y del gobierno mexicano
de continuar fortaleciendo las relaciones económicas y de amistad
entre nuestras naciones hermanas''.
El seminario pasó de ser una reunión técnica
al primer foro en el que delegaciones oficiales de los dos países
se encontraban frente a frente, después de la crisis de Monterrey.
La reunión, dijo García Villa, ''se suma
a la vocación indeclinable de nuestro país de continuar cooperando
amistosamente al lado de Cuba, como única nación en el mundo
que puede presumir de cooperar para que las exportaciones cubanas accedan''
a su propio mercado.
Pascoe improvisó su discurso, en el que incorporó
ingredientes personales: ''Desde el primer día de nuestra presencia
como embajada en Cuba, he promovido el fortalecimiento de los lazos entre
los dos países. Este proceso de fortalecimiento da un paso más
con la realización (del seminario)''.
Con sutileza, el embajador dijo la única frase
que aludía tenuemente al editorial titulado ''Cuba, la verdad'',
de Juventud Rebelde: ''Cuando queremos fortalecer las relaciones
y demostrar la verdad de las cosas, es mejor simplemente ver, observar
las obras. Y a través de las obras nos iremos conociendo de una
manera mejor''.
Por segundo día consecutivo Ricardo Pascoe rehusó
contestar preguntas de los reporteros. En su discurso vaticinó:
''En las semanas, meses y años venideros, seguiremos fortaleciendo
este compromiso que hemos establecido entre las dos naciones''.
Comparada con los días precedentes, la beligerancia
cubana bajó de tono el lunes respecto a México, pero mantuvo
el dedo en el renglón. Pérez Roque viajó de madrugada
a Ginebra, para participar en el 58 periodo de sesiones de la Comisión
de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (CDH), la próxima prueba,
entre otras cosas, de las relaciones entre los dos países.
Antes de abordar el avión, el canciller cubano
dijo a la agencia estatal Prensa Latina que prevé un intento estadunidense
de imponer en Ginebra ''el mismo criterio politizado y selectivo que utilizó''
en Monterrey, esta vez para tratar la situación de los derechos
humanos en la isla.
El diario oficial Granma dijo hoy que el Consenso
de Monterrey se aprobó en la cumbre formalmente, pero ''hubo tantos
y tantos opositores que es una verdadera contradicción. La insatisfacción
del Tercer Mundo fue bastante generalizada, pero una postura en contra
podría significar perder algunos dólares de importancia.
Estaban prácticamente obligados a callar''.
La ''altanería y la poquísima visión
de Bush quedaron bien de manifiesto en la situación que provocó
al presionar enormemente al gobierno de México para tratar de evitar
que Fidel estuviese presente en Monterrey. Ningún presidente norteamericano
anterior había experimentado tal grado de capricho basándose
en todo el poder militar y económico de la superpotencia'', dijo
el matutino.
En el seminario, la viceministra Madrigal recordó
la clave del comercio bilateral: un desequilibrio negativo para Cuba, con
un déficit acumulado en cinco años de mil 400 millones de
dólares. Si se negocia la actualización del listado y las
preferencias arancelarias, la isla responderá, dijo en esencia,
y citó productos que podrían irrumpir en el mercado mexicano:
medicamentos, vacunas veterinarias, biofertilizantes y combinadas (maquinarias
de corte) cañeras.
Aunque México es el principal destino de las exportaciones
cubanas en la región, la isla sólo le vende 26 millones de
dólares anuales, en una balanza de unos 300 millones de dólares.