Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 26 de marzo de 2002
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Política
MEXICO-CUBA

El escenario fue un foro comercial en La Habana; Pascoe volvió a evitar a la prensa

Intento de desmentido a las críticas de Cuba al gobierno de Vicente Fox

El panista García Villa llamó entre líneas a una tregua en el diferendo originado en Monterrey

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 25 de marzo. Un veterano panista y ahora funcionario público reivindicó hoy el nombre del presidente Vicente Fox ante un auditorio de cubanos; intentó un indirecto desmentido a las acusaciones que ha hecho Cuba al gobierno mexicano en los últimos cuatro días y llamó entre líneas a una tregua en el diferendo que estalló en Monterrey el jueves pasado.

Juan Antonio García Villa, ex diputado, ex senador y ex secretario general del Partido Acción Nacional, vino a La Habana para inaugurar un seminario sobre comercio bilateral, planeado el año pasado, mucho antes del reciente deterioro de las relaciones entre los dos países.

La casualidad hizo que fuera él quien saliera al escenario, bajo los reflectores del conflicto de Monterrey, a decir: ''Los mexicanos estamos convencidos de que, con el liderazgo del presidente Vicente Fox, continuaremos estrechando los vínculos comerciales, de inversión y de amistad entre nuestras dos naciones, insertándose tales vínculos en un contexto más amplio, dinámico y generoso para fortalecer la tradicional, histórica y siempre promisoria amistad de nuestros pueblos''.

Reunión marcada por el conflicto

El seminario Cómo acceder al mercado mexicano, auspiciado por el Ministerio de Comercio Exterior de Cuba y el Banco Nacional de Comercio Exterior de México, busca facilitar información a los potenciales exportadores cubanos para ayudarlos a colocar sus productos en aquel país e iniciar el camino para equilibrar la balanza bilateral, muy deficitaria para la isla.

La sesión se realizó durante todo el día bajo esos supuestos, pero inevitablemente quedó marcada por el conflicto bilateral y la reverberancia del violento editorial de Juventud Rebelde del domingo, que acusó al gobierno de Fox de dar la espalda al pueblo y a la historia de México y de actuar con ''servilismo'' ante Estados Unidos al intentar impedir la asistencia del presidente Fidel Castro a la cumbre de Monterrey.

García Villa, subsecretario de Normatividad y Servicios a la Industria y al Comercio Exterior de la Secretaría de Economía, y el embajador Ricardo Pascoe, adecuaron sus discursos inaugurales a un hilo argumental en el que parecían predominar tres ideas: a) hay continuidad, no cambio, en la posición oficial de amistad hacia Cuba; b) los hechos lo demuestran, y c) nosotros, aquí hoy, lo ratificamos. El mensaje latente era de apaciguar los ánimos.

La respuesta cubana fue seca. En su discurso, la viceministra de Exportaciones, Estrella Madrigal, se limitó a explorar el marco regulatorio del comercio bilateral y reiteró, como ya lo había hecho el canciller Felipe Pérez Roque durante la visita de Fox el mes pasado, que la isla demanda la actualización del listado de productos cubanos con preferencias arancelarias en México, lo cual requiere negociación.

Madrigal aludió sólo en un renglón a la discusión política. Dijo que esperaba un mejoramiento de las relaciones económicas bilaterales ''para beneficio de nuestros dos pueblos y de la América Latina en su conjunto, a partir del proyecto integracionista de los próceres de nuestra independencia''.

Todo ocurría en el auditorio del Centro de Prensa Internacional de la cancillería. Asistían cerca de medio centenar de ejecutivos y especialistas de empresas cubanas, en su mayoría exportadoras, de algunas importadoras y funcionarios del sector.

García Villa empezó a leer su discurso, que en el programa aparece como mensaje del gobierno mexicano, con un viejo refrán: ''Obras son amores y no buenas razones''. Dijo que la muestra era esa reunión, que ''pone de manifiesto, una vez más, la cercanía y la comunidad en los hechos de las relaciones que han hermanado y que siguen hermanando a nuestros pueblos y a nuestros gobiernos''.

Mi presencia, dijo García Villa, como la del embajador y de un grupo de funcionarios mexicanos en el encuentro, ''ratifican, una vez más, la indeclinable voluntad del pueblo y del gobierno mexicano de continuar fortaleciendo las relaciones económicas y de amistad entre nuestras naciones hermanas''.

El seminario pasó de ser una reunión técnica al primer foro en el que delegaciones oficiales de los dos países se encontraban frente a frente, después de la crisis de Monterrey.

La reunión, dijo García Villa, ''se suma a la vocación indeclinable de nuestro país de continuar cooperando amistosamente al lado de Cuba, como única nación en el mundo que puede presumir de cooperar para que las exportaciones cubanas accedan'' a su propio mercado.

Pascoe improvisó su discurso, en el que incorporó ingredientes personales: ''Desde el primer día de nuestra presencia como embajada en Cuba, he promovido el fortalecimiento de los lazos entre los dos países. Este proceso de fortalecimiento da un paso más con la realización (del seminario)''.

Con sutileza, el embajador dijo la única frase que aludía tenuemente al editorial titulado ''Cuba, la verdad'', de Juventud Rebelde: ''Cuando queremos fortalecer las relaciones y demostrar la verdad de las cosas, es mejor simplemente ver, observar las obras. Y a través de las obras nos iremos conociendo de una manera mejor''.

Por segundo día consecutivo Ricardo Pascoe rehusó contestar preguntas de los reporteros. En su discurso vaticinó: ''En las semanas, meses y años venideros, seguiremos fortaleciendo este compromiso que hemos establecido entre las dos naciones''.

Comparada con los días precedentes, la beligerancia cubana bajó de tono el lunes respecto a México, pero mantuvo el dedo en el renglón. Pérez Roque viajó de madrugada a Ginebra, para participar en el 58 periodo de sesiones de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (CDH), la próxima prueba, entre otras cosas, de las relaciones entre los dos países.

Antes de abordar el avión, el canciller cubano dijo a la agencia estatal Prensa Latina que prevé un intento estadunidense de imponer en Ginebra ''el mismo criterio politizado y selectivo que utilizó'' en Monterrey, esta vez para tratar la situación de los derechos humanos en la isla.

El diario oficial Granma dijo hoy que el Consenso de Monterrey se aprobó en la cumbre formalmente, pero ''hubo tantos y tantos opositores que es una verdadera contradicción. La insatisfacción del Tercer Mundo fue bastante generalizada, pero una postura en contra podría significar perder algunos dólares de importancia. Estaban prácticamente obligados a callar''.

La ''altanería y la poquísima visión de Bush quedaron bien de manifiesto en la situación que provocó al presionar enormemente al gobierno de México para tratar de evitar que Fidel estuviese presente en Monterrey. Ningún presidente norteamericano anterior había experimentado tal grado de capricho basándose en todo el poder militar y económico de la superpotencia'', dijo el matutino.

En el seminario, la viceministra Madrigal recordó la clave del comercio bilateral: un desequilibrio negativo para Cuba, con un déficit acumulado en cinco años de mil 400 millones de dólares. Si se negocia la actualización del listado y las preferencias arancelarias, la isla responderá, dijo en esencia, y citó productos que podrían irrumpir en el mercado mexicano: medicamentos, vacunas veterinarias, biofertilizantes y combinadas (maquinarias de corte) cañeras.

Aunque México es el principal destino de las exportaciones cubanas en la región, la isla sólo le vende 26 millones de dólares anuales, en una balanza de unos 300 millones de dólares.

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