MONTERREY 2002
El organismo "asumirá" la renovación del sistema financiero internacional
Se cumplieron las metas, asegura la ONU
Se reditó el compromiso mundial por los temas económicos y la pobreza, indica
ROBERTO GONZALEZ Y GEORGINA SALDIERNA ENVIADOS
MONTERREY, NL, 22 DE MARZO. Con la aprobación por "aclamación" del Consenso de Monterrey, la ONU asumió el reto de convertirse "en la principal organización para renovar el sistema financiero internacional, cuya operación ha sido gobernada hasta hoy desde el FMI, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio".
Al término de la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, la vocera del organismo, Susan Markham, afirmó que los objetivos de la reunión fueron alcanzados porque se logró revivir el interés internacional en los temas económicos globales y fue obtenido el compromiso de proporcionar los medios para atacar la pobreza.
"Antes de que la conferencia fuera inaugurada el lunes, se había logrado alcanzar un consenso intergubernamental en temas que durante décadas dividieron al norte y al sur", señaló Markham al dar a conocer las conclusiones de la cumbre. Si bien los jefes de Estado y de gobierno aprobaron el documento final, no dejaron de hacerle críticas por considerar que es la continuación del modelo económico vigente.
Al mediodía, en la última sesión plenaria, los 51 mandatarios y más de 180 delegaciones representantes aprobaron el documento base de la cumbre, acto que estaba previsto para la noche, de acuerdo con la vocera, aunque un día antes la delegación cubana informó "que no se asociaría a él".
El llamado Consenso de Monterrey, cuya redacción final quedó concluida el 1Ɔ de marzo pasado, y al cual no se podía realizar ninguna modificación en esta conferencia, compromete a los gobiernos de los países firmantes a promover sistemas económicos nacionales y mundiales basados en los principios de justicia, equidad, democracia, participación, transparencia, responsabilidad e inclusión.
Las medidas que plantea para erradicar la pobreza y aumentar los recursos disponibles para el desarrollo de las naciones se agrupan en seis grandes líneas orientadas a fomentar mayores flujos de comercio, una movilización más eficiente de los recursos, la continuación de reformas estructurales y planteamientos para prevenir el contagio de crisis financieras.
Estrategias a favor del comercio
El primer punto se refiere a la movilización de recursos financieros nacionales para el desarrollo, y señala que para promover el crecimiento y eliminar la pobreza, los países necesitan crear condiciones necesarias para movilizar el ahorro interno -público y privado-, mantener un nivel adecuado de inversiones y mejorar el capital humano.
Indica también que las naciones establecerán marcos normativos y reglamentarios apropiados, en conformidad con las leyes nacionales para fomentar la iniciativa pública y privada y promover un sector empresarial dinámico y eficiente.
El segundo enfatiza la movilización de recursos internacionales para el desarrollo, específicamente de inversión extranjera directa y otras corrientes de capitales privados. Advierte que el desafío es crear las condiciones internas e internacionales necesarias para facilitar las corrientes de inversión directa hacia países en desarrollo, en particular de Africa. El texto afirma que para atraer corrientes de capital productivo y estimularlos es necesario que los países perseveren en sus esfuerzos por crear condiciones transparentes, estables y previsibles para la inversión, con disposiciones para hacer cumplir los contratos y hacer valer los derechos de propiedad.
El tercero aborda el comercio internacional como promotor del desarrollo y señala que los países que asumieron el Consenso de Monterrey reafirmaron el compromiso de fomentar la liberalización del comercio y asegurarse que éste contribuya plenamente a la promoción del crecimiento económico, el empleo y el desarrollo de todos los países.
Agrega que la liberalización del comercio es un elemento importante en la estrategia del desarrollo sostenible de un país.
Un cuarto punto de las conclusiones se centra en el aumento de la cooperación financiera y técnica internacional para el desarrollo. El texto asegura que las asociaciones entre donantes y receptores de asistencia serán eficaces siempre que se basen en el reconocimiento de que los países tienen que identificarse con los planes de desarrollo y hacerse cargo de su dirección, e insta a los países industrializados que aún no lo hayan hecho, a adoptar medidas específicas para apoyar con 0.7 por ciento de su PIB esta tarea.
El quinto punto se refiere a la deuda externa. Aquí se señala que deudores y acreedores deben compartir la responsabilidad de evitar y resolver situaciones en que el nivel de endeudamiento es insostenible. Indica que el alivio de la deuda externa puede ser un factor crítico para liberar recursos que puedan encauzarse hacia actividades que promuevan un crecimiento y desarrollo sostenibles.
En el último apartado, referente al tratamiento de cuestiones sistémicas, indica que los países reconocen la necesidad de trabajar en la gestión y cohesión de los sistemas monetarios, financieros y comerciales internacionales, y subraya la importancia de que siga mejorándose la economía mundial.
Tras la aprobación del documento, los mandatarios participantes se trasladaron al Museo de Historia para sostener una reunión privada. Posteriormente declararon la clausura de la cumbre con una escasa participación.