''Desorganización'' en la 17 Muestra de Cine Mexicano
Se amplió la oferta y a lo mejor falta público, advierte Alfredo Joskowicz
ERICKA MONTAÑO GARFIAS ENVIADA
Guadalajara, Jal., 11 de marzo. La Muestra de Cine Mexicano de Guadalajara sufre una crisis de identidad y no acaba de definirse ni como escaparate de películas nacionales ni como festival de carácter internacional. La cantidad de largometrajes que presenta, 19 trabajos mexicanos en sección oficial y Panorama, además de 14 realizaciones latinoamericanas en competencia oficial, podría provocar que se reste atención a las cintas del país, advierte Alfredo Joskowicz, director del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine).
A la competencia oficial y la cuestionada sección Panorama, que exhibe seis películas mexicanas después de que el director Jorge Aguilera decidió retirar su película Seres humanos (producida por el Centro de Capacitación Cinematográfica, CCC) por considerar que hubo parcialidad a la hora de la selección, se suman la exhibición de cortometrajes mexicanos e iberoamericanos en sección oficial, funciones especiales, las de homenaje, retrospectivas, las cintas de Suiza, país invitado del encuentro cinematográfico, y una serie de actividades paralelas. En general, la muestra se ha visto afectada por la desorganización y la confusión propiciada por numerosos cambios de última hora.
Al respecto, Joskowicz advierte que si bien la muestra no corre peligro, la creación de varias secciones ''extiende demasiado la oferta y a lo mejor no hay suficiente público para cubrirla. Hay que mantener lo que es el eje central de la muestra, por la que nació, que es la exhibición del cine mexicano".
Existe, señala, una contradicción porque las letras grandes de la publicidad dicen ''Muestra de Cine Mexicano" y en las pequeñas ''Guadalajara Film Festival" y esto es por la tendencia del presidente del patronato de la muestra, Raúl Padilla, de convertirlo en un festival competitivo apartándose de la intención inicial: ''Incluso tuvimos una reunión para abrir una sección de mercado, pero afortunadamente no se hizo este año de forma apresurada porque habría salido mal". Lo que Imcine pide es no olvidar que se debe mostrar el cine mexicano; ''si quieren rodearla de otros elementos que atraigan a la prensa, está bien, pero lo que no se debe hacer es desmesurarla" ni desviar la atención de la producción nacional.
Un ejemplo de ese desvío es que los actores y directores mexicanos pasan a un segundo plano por la presencia de actores como el español Eduardo Noriega y el estadunidense Benjamin Bratt, o el músico argentino Fito Páez.
Privilegiar la calidad
Uno de los aspectos que más críticas ha despertado es la exclusión de películas de la sección oficial para integrarlas a la de Panorama, creada este año. Joskowicz subraya que esto ''proviene un poco de la dificultad de asumir que se debe privilegiar la calidad, asunto que puede ser muy subjetivo pero que depende de quiénes son los miembros del comité de selección. Al emitir la convocatoria y permitir que se inscribieran todos, no definieron con claridad el criterio de selección. En todas las muestras y los festivales existe un comité encargado de ello, pero debe haber más rigor en las personas que eligen para privilegiar los trabajos de calidad".
Hace unos años ''la producción de 'cine de calidad' era relativamente pequeña y había pocos espacios comerciales paraverlo. La muestra se inició con los trabajos de las dos escuelas de cine (el Centro de Capacitación Cinematográfica y el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, CUEC). Era muy difícil ver el cine de aliento o de calidad distinto del cine comercial. La muestra sí servía para exhibirlo" y permitía a los directores de festivales internacionales ver la producción nacional anual.
Al ampliar la cantidad de largometrajes y cortometrajes ''en un ánimo de hacerlo más extensivo, y entre comillas más democrático, se abre Panorama. Dicen 'seleccionamos (para la competencia), pero mostramos todo lo demás'. Eso es una falta de rigor, de asumir responsabilidades"; es necesario también revisar la forma en la que se programan las cintas.
Para Joskowicz la desorganización tendría como una de sus causas el cambio de dirección de la muestra, que unas semanas antes del inicio pasó de manos de Enrique Ortiga a la cortometrajista Kenia Márquez, quien hasta ese momento era la subdirectora y se encargaba de la parte operativa. A Padilla ''no le quedó más remedio que dejarla en lugar de Ortiga", quien renunció por sus compromisos con la productora Titán.
El director del Imcine adelantó, sin mayores precisiones, que en unos días se dará a conocer el plan de trabajo y las cintas que este año serán beneficiadas por el Fidecine, fideicomiso del Estado para apoyar la producción cinematográfica.
La Muestra de Cine Mexicano de Guadalajara que comenzó este viernes con una ceremonia desangelada y aburrida, que se salvó por la proyección de la película argentina postulada al Oscar El hijo de la novia. Concluirá el próximo jueves con la entrega de los premios Mayahuel.