Obra de Arturo Márquez para las celebraciones
Tangueo sobre un puerto es un danzón que no agota la ruidosidad jarocha
ARTURO CRUZ BARCENAS ENVIADO
Veracruz, Ver., 5 de marzo. En los cafés, los jarochos no llaman a los meseros con el psst-psst que acostumbran muchas personas. Es tradición que lo hagan golpeando un vaso de vidrio con una cuchara. El tintineo es amable y los solícitos empleados acuden para preguntar qué se desea ordenar. De detalles como ese está llena la composición musical Tangueo sobre un puerto, del maestro Arturo Márquez, estrenada mundialmente la noche del pasado lunes, en el teatro Clavijero, con la participación de la Orquesta Sinfónica Juvenil Daniel Ayala de la Escuela Municipal de Bellas Artes, dirigida por Rey Alejandro Conde Valdivia.
La obra dura 11 minutos, pero su cadencia sube y baja, dejando paso a las variantes tradicionales sonoras, sobre todo del son, que forma parte del alma jarocha, cafetera, alegre. En una cafetería (para variar), el maestro Márquez habló de lo que para él significa este trabajo, pues se lo encargaron las autoridades estatales. Tres meses tardó en acabarla, pero no todo ha sido toser y cantar, pues horas antes del estreno luce nervioso y cruza las calles hasta con cierta displicencia. Anda en su rollo.
Nació en El Alamo, Sonora, en 1950, y se le considera el difusor de los sonidos de Veracruz en el orbe. Los capta en las calles, en los portales, en los grupos musicales que se ganan unos pesos, en el canto de las aves, en el golpeteo permanente sobre los rompeolas, en los niños que imitan el ruido de los trasatlánticos. De Sonora, conoce la vida sonora del puerto.
"Soy autor de música de concierto, culta, como le llaman unos; oculta, como le llaman otros. He trabajado mucho sobre la música popular veracruzana, sobre el son, el vals; tomo los conceptos y los incorporo. Utilizo técnicas académicas para la elaboración de mis obras; he hecho danzones, algunos sinfónicos y otros para música de cámara. Una de las más tocadas es Danzón dos. Para el centenario hice Tangueo sobre un puerto, pieza sinfónica."
Ritmo, cualidad poco
constante en las orquestas
En la noche se estrenó su obra, con más de cien jóvenes. "Tienen ritmo, cualidad poco constante en las orquestas", dijo Márquez.
-ƑQué es un tangueo?
-Hay una mala interpretación. Se piensa que viene de tango, pero es al revés; el término se ha utilizado en Veracruz durante cientos de años y nació con el son. Es una especie de contrapunto que hace el requinto, la jarana requinto, que le va dando vueltas, bordeando la melodía, en la parte de los bajos, sobre todo; no es un mero acompañamiento; es como una melodía que va bordeando a la melodía principal, al canto. Tanguear en el zapateado también es bordear. Es una palabra poco conocida entre gente que no es tanguera.
"Mi obra también es una obra, una melodía acompañante a lo que es el puerto; la melodía principal es el puerto".
-ƑEs su mejor obra?
-Es sólo la más reciente. Cada obra tiene un momento especial. Predomina el son y el danzón, el ruido; recrea lo que es el puerto. Pero no agota toda la ruidosidad de este puerto. El hecho de que sea una obra por encargo, en este caso, no influye.
Llegó la hora cero y el teatro estuvo aplaudidor; el programa fue Sobre las olas, de Juventino Rosas; Obertura primavera, de Beristáin; Dios nunca muere, de Alcalá, y otras. El público pidió más y la orquesta tocó de nuevo el tangueo.
"Me molesta que mi obra sea considerada como neonacionalismo. Sí, se recrea de la tradición, pero no tiene nada que ver con lo otro. A lo que hace Piazzola no se le llama nacionalismo, pero sí tiene que ver mucho con el puerto. A lo que hago no se le puede poner un nombre aún", precisó Márquez. "No me preocupa eso de la popularidad, que se puede prestar para venderse. Yo tengo libertad."
No sabe cuántas obras ha compuesto. "Comencé tarde, pero llevo unas cien", dice el maestro, que, la verdad, se pasa de modesto.
-ƑQué es para usted el mar?
-Es una especie de añoranza. Le tengo mucho respeto. Una vez ya me andaba ahogando. Sería maravilloso vivir aquí.
-ƑLos puertos?
-Son puntos de encuentro, donde nacen muchas cosas. A esta obra le iba a llamar puerto primario, o algo así. Son puertas de entrada y de salida. Algo así pasa con los aeropuertos. Hay un libro de Alberti, Marinero en tierra, con el que me identifico, desde oír las canciones de Halffter... la añoranza de ver el mar. Yo jamás he viajado en un barco. Hay un sentido muy húmedo.
Presente en el concierto, en el Clavijero, deambulaba Gilberto Gutiérrez Silva, de Mono Blanco, difusores del son y creadores de El fin del mundo, quien dijo que Márquez es un conocedor del son y las músicas tradicionales de varias regiones del país. "Ha sabido escuchar al puerto de Veracruz."