Llamado ante Tamez, Bermúdez y De la Fuente
Apremia la Caniem a incluir su industria en la tasa cero
El rector de la UNAM coincide en que es urgente promover la tarea editorial; riesgo de menos lectores, alerta
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
El futuro inmediato de la industria editorial mexicana depende de que se reconsideren los cambios a la Ley del Impuesto Sobre la Renta (ISR) aprobados por la Cámara de Diputados en diciembre pasado, pero es insuficiente. Hacen falta acciones complementarias. Una de ellas es la modificación a la Ley del Impuesto al Valor Agregado (IVA).
De acuerdo con Antonio Ruano, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), es necesario modificar la Ley del IVA en la parte donde se declaran exentas del pago de impuesto las enajenaciones de libros, periódicos y revistas: "Aparentemente quedamos en la misma situación en la que estábamos. Sin embargo, no es lo mismo el régimen de exento que el de tasa cero, porque el régimen de exento supone que los editores no podemos repercutir los cargos por IVA que nos hace nuestros proveedores (papel, impresión, encuadernación, etcétera), resultando un incremento en nuestros costos que darían lugar a un aumento del precio de los libros, periódicos y revistas".
Para evitar esta situación, "en el pasado la Secretaría de Hacienda expedía un regla en la miscelánea fiscal, asimilando los libros, periódicos y revistas a la tasa cero, devolviéndonos el importe pagado a proveedores. Esperamos que la Secretaría de Hacienda interprete correctamente el espíritu de los legisladores de dejar los libros, periódicos y revistas en la misma situación en la que estábamos y no omita incluir la mencionada regla en la resolución miscelánea a la que hemos hecho referencia, dejando a los editores en la situación mencionada de no poder recuperar las cantidades pagadas a los proveedores en concepto de IVA".
Para el presidente de la Caniem, "tal como ocurre con las medicinas y los alimentos, los editores de libros, periódicos y revistas deberían ser considerados contribuyentes de tasa cero, evitando así el incremento de los precios de nuestras publicaciones, puesto que ese era el espíritu que, a nuestro juicio, perseguían los señores legisladores con su resolución el 31 de diciembre, para evitar el perjuicio a la población".
Las consideraciones anteriores de Antonio Ruano forman parte del discurso que pronunció el pasado jueves, durante al inauguración de la 23 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería. Sus palabras sonaron fuerte en el acto, en el que estaban presentes Reyes Tamez -titular de la SEP-, Ramón de la Fuente -rector de la UNAM- y Sara Bermúdez -presidenta del CNCA.
En su intervención -que sigue teniendo eco en el medio literario y editorial-, Ruano volvió a un viejo reclamo de los editores privados: "En estudios realizados por terceros se destaca el hecho de que nuestra industria tiene que competir con la editoriales del gobierno, las cuales en 2001 han publicado más de 200 millones de libros. Como una confirmación del deterioro sufrido por la industria editorial, les informo que los editores privados publicaron en 1998 122 millones de ejemplares, y en 2000, 97 millones. Es decir, hemos tenido un decremento de 25 millones de libros en estos tres años".
En entrevista posterior a la inauguración de la Feria de Minería, fue el rector de la UNAM, Ramón de la Fuente, quien tomó el toro por los cuernos: "Me parece interesante que don Antonio Ruano haya usado una tribuna universitaria para expresar sus preocupaciones, que lo haya hecho de manera clara y que nos haya dado la oportunidad al secretario de Educación, a la presidenta de Conaculta y a un servidor, de hacer una reflexión junto con él y realmente analizar el problema con cuidado.
"Sería gravísimo que en un país donde estamos tratando de fomentar la lectura, tuviéramos una industria editorial en bancarrota porque no tiene los estímulos y los apoyos que requiere. Es un asunto serio y hemos convenido que lo vamos a analizar conjuntamente. Espero que podamos elaborar una buena argumentación y podamos coadyuvar al rescate de la industria. La propia universidad es en sí misma una gran editora, edita aproximadamente tres títulos diarios y pues estamos, en ese contexto, en una situación similar".
-En principio Ƒestaría de acuerdo en que se revirtieran las medidas fiscales que afectan al libro?
-Creo que tenemos que hacer un planteamiento que permita que haya un verdadero fomento editorial. Es decir, que pueda crecer la industria editorial mexicana, que pueda haber más ediciones, más numerosas, y que lleguen a un mayor público. Ese tiene que ser el objetivo y tenemos que analizar cuáles son los caminos que nos pueden conducir a eso. Estoy absolutamente convencido de que si no lo logramos en los próximos años, pues vamos a ver una industria editorial deprimida, menos lectores en México y, en consecuencia, un apagamiento de la cultura.