Versión de que agentes buscan a personal que conoció del caso y luego desertó del Ejército

Reabren las investigaciones sobre el "suicidio" del subteniente Raúl Vargas en la base de Santa Lucía

JESUS ARANDA

Al cumplirse siete años de la muerte del subteniente José Raúl Vargas Cortés, el secretario de la Defensa Nacional autorizó la visita de la madre del militar, María del Rosario Cortés, a la base aérea de Santa Lucía, donde por primera vez conoció el lugar en el que fue encontrado el cadáver de su hijo.

Después de que la señora Cortés le entregó el pasado 11 de febrero una carta al presidente Vicente Fox, en la que le pidió autorización para acudir al lugar en el que fue encontrado muerto su hijo -la versión oficial, hasta la fecha, es que fue un suicidio-, y de un encuentro posterior con el general Ricardo Clemente Vega García, exigió justicia y que las investigaciones, que se reabrieron, se lleven hasta las últimas consecuencias.

El secretario de la Defensa Nacional no sólo autorizó la visita, sino que además dispuso que la señora Cortés y una de sus hijas fueran transportadas en vehículos oficiales, acompañadas por personal de la Dirección de Justicia y de la Procuraduría General de Justicia Militar, entre quienes iban el jefe de Averiguaciones Previas, el agente del Ministerio Público encargado del caso y una criminóloga de la procuraduría castrense.

En entrevista, la señora Cortés destacó que recibió buen trato y que tuvo acceso a todas las instalaciones a las que pidió entrar. Obviamente el lugar en el que se encontraban las oficinas de su hijo -entonces jefe de Armamento y Municiones y encargado del Depósito de Abastecimientos Técnicos de dicha base- sufrió modificaciones después del crimen, ocurrido el 20 de febrero de 1995. Sin embargo, las autoridades del lugar le permitieron depositar un arreglo floral.

Incluso le autorizaron platicar con algunos soldados que estaban en el sitio.

Las investigaciones

Por otra parte, trascendió que agentes judiciales militares están abocados a la búsqueda de personal que conoció del caso y que posteriormente desertó del Ejército o se dio de baja, para que amplíen sus declaraciones.

La importancia de su localización radica en que se descubrió, con la reapertura del caso, que existen contradicciones sobre la forma en que murió Vargas Cortés, las cuales no fueron tomadas en cuenta en las indagaciones que llevó a cabo la procuraduría militar, cuando era dirigida por el general Rafael Macedo de la Concha.

Se busca que los testigos aporten información sobre fotografías en las que se observa que el cuerpo del subteniente presentaba huellas de ahorcamiento y la ausencia de sangre en el lugar en el que presuntamente se quitó la vida de un tiro.

En este contexto, se dijo que la procuraduría militar citará a declarar nuevamente al ex comandante de la base aérea de Santa Lucía, general Arturo Villasana.

Entre los soldados que desertaron o se dieron de baja y que son buscados por la justicia castrense se encuentran Alejandro Angel Jiménez Hernández, Luis Rueda Pérez y Flor Rosalba Guevara, así como los médicos que realizaron la necropsia del cadáver, Jorge Muñoz y Régulo Nava Frías, para que expliquen por qué no señalaron en su informe que el cuerpo presentaba huellas de estrangulamiento.