Presentan nuevo disco en el Auditorio Nacional
Para el baterista de Kansas, los músicos virtuosos
están condenados a no sobresalir
ARTURO CRUZ BARCENAS
En las extensas planicies de Kansas sólo hay viento,
polvo en el viento. De la toponimia y la topología surgió
el grupo de rock progresivo y hard, y una canción que hoy es leyenda.
Sólo hay otro referente: El Mago de Oz y Dorotea y la
bruja. Con un nuevo disco, Somewhere to elsewhere, Kansas se
presentó el pasado miércoles,en el Auditorio Nacional.
En la conferencia de prensa previa, el baterista Phil
Ehart advirtió que saben que mucha gente va a verlos por un solo
tema: Dust in the wind. "Por eso la vamos a tocar al final." Y así
fue. Fue la penúltima, el primero de dos encores. El quinteto apuesta
a un hard rock melódico, suave y palpable. "Se escuchan igual, a
lo largo de los años, desde su primer disco", comentaron unos fanáticos,
que todo el concierto movieron las manos cual Joe Cocker y su guitarra
invisible.
Fue la tercera presentación del grupo en siete
años. Entre aplausos subió Robby Steinhardt (violín)
y tocó con sus compañeros Carry on wayward. Aplausos
para los de la ciudad de Topeka, que diera su nombre hace décadas
a la marca de unos pantalones de rompe y rasga. Eran los acampanados, que
ahora usan unas chavitas creyendo que es novedad.
Frustrante no hacer dinero
"Es frustrante no hacer tanto dinero en esto, a pesar
del talento que tenemos, porque consideramos que los músicos virtuosos,
los que mejor saben tocar sus instrumentos, están condenados a no
sobresalir ya. De todos modos, queremos ver a los Backstreet Boys dentro
de 30 años; seguro que no", explicó Ehart.
Kansas se completa con Billy Greer (bajo), Steve Walsh
(teclados) y Richard Williams (guitarra acústica); el conjunto no
ha tenido problemas de alcoholismo o drogadicción, expuso el violinista,
quien agradeció en la conferencia la distinción de algunos
reporteros por haber dado a conocer entre los jóvenes el sonido
de un instrumento de corte clásico.
De pie, en las primeras filas, algunos viejos roqueros
?entre ellos los asiduos a Sixties, Liverpool Pub y cuanto antro presente
coveros de la era cuaternaria? marcaban el ritmo de Point of
know return, Fight fire with fire, Song for America y otras. Ya el
cabello de algunos kansasianos pinta canas, sus abdómenes
son prominentes, las arrugas marcadas, etcétera, pero reverdecieron
laureles al calor de un rock que ha dado Dust in the wind, un clásico,
un punto de referencia en la historia del rock. La pieza dura tres minutos
26 segundos. Ese tiempo valió el concierto.