Josh Kun
Shakira: de roquera alternativa a estrella latina prefabricada
Antes de abrir siquiera el nuevo número de la revista
Urban Latino, uno ya se ha topado dos veces con Shakira. La cantautora
colombiana de origen libanés ?víctima más reciente
de la industria de la música latina? aparece en la portada de la
pantorrilla para arriba con un atuendo de cuero y con la ondulante cabellera
teñida de rubio cayéndole sobre una blusa de encaje que deja
al descubierto un ombligo moreno y brillante. Aparece igualmente en la
contraportada, pero en un anuncio de Pepsi, también de las pantorrillas
para arriba.
En términos ideológicos no hay diferencia
entre las dos imágenes: en la del frente está vendiendo la
revista, que a su vez la vende a ella; en la de atrás está
vendiendo Pepsi y Pepsi la vende a ella, y ambas, ella y Pepsi, venden
la revista que a su vez las vende a las dos.
Las imágenes ?las dos Shakiras que en realidad
son una sola (hasta parecen ser la misma toma)? son réplicas casi
idénticas en tamaño y en despliegue, excepto que en la del
anuncio no se le ve el ombligo ni lleva las manos en las caderas, sino
sujetas al pedestal de un micrófono. En la portada se lee "Shakira
se lanza en inglés". En el anuncio, que no menciona el nombre de
la cantante y está en español, sólo se indica: "Goza
el sabor".
Con el lanzamiento en Estados Unidos de su primer álbum
con la mayoría de temas en inglés, Laundry service (Servicio
de lavandería), esta innovadora del rock pop con tendencias
alternativas, que solía actuar descalza, con intrincadas trenzas
y azotando la cabeza tan fuerte como lo permitía Univisión,
se ha convertido en una aspirante al dinero multinacional que combina la
danza del vientre con el contoneo de caderas. Embellecida por los Estefan
y por Freddy Demann, ex mánager de Madonna y de Michael Jackson,
la que alguna vez tuvo un estilo cambiante, difícil de etiquetar,
se ha transformado en un producto exótico programado para hablar
el lenguaje global del comercio, el inglés.
Y funciona. Laundry Service debutó en el
número tres del Billboard 200 y su video Whenever, whenever,
en el que las caderas de Ricky y el trasero de Jennifer ejecutan un
table dance marroquí, se convirtió en favorito instantáneo
del Total Request Live (Petición total en vivo). "¡Es
como una Britney morena!", se oía decir. Tanto éxito tuvieron,
que ella prácticamente reprodujo el video en sus actuaciones de
televisión, con todo y ondulaciones de vientre al ritmo de cuerdas
del Medio Oriente y golpes de tambor.
"La estructura del inglés es difícil", declaró
Shakira a Urban Latino. "Es un idioma muy directo, el lenguaje de
la publicidad". Incursionar en esa lengua, por consiguiente, conduce precisamente
a eso: una artista latina que es como un anuncio, el nacimiento como franquicia
de esa Shakira que antes era una artista de la música.
Los compatriotas de Shakira que han rechazado el inglés
?el fusionista del rock pop Juanes, el estrella del vallenato Carlos Vives,
y los alternativos Aterciopelados, cuya cantante estelar Andrea Echeverri
rehusó actuar como la nueva bomba latina cuando apareció
en la televisión en el show de Jay Leno? han evitado tales dilemas
al presentarse al público estadunidense. "Cuando alguien me preguntó
por qué no canto en inglés", explicó Vives recientemente
en una entrevista en La Opinión, de Los Angeles, "contesté:
¿por qué para expresarme tengo que cantar en ese idioma y
tapar el mío?"
La diferencia entre la nueva Shakira y sus paisanos de
Colombia es ?para tomar el concepto que el gran político y poeta
senegalés Leopold Senghor, recientemente fallecido, imbuyó
en su pueblo? la diferencia entre ser alguien que asimila y alguien que
es asimilado. Juanes, Vives y Aterciopelados han seguido la primera ruta,
más a tono con el poscolonialismo, asimilando sonidos y estilos
extranjeros a los propios, re-creando un solo de guitarra roquera en uno
de vallenato en acordeón, o introduciendo una secuencia de golpeteo
quebrado en los ritmos arrulladores de un bolero de centro nocturno.
En sus cinco primeros álbumes, Shakira siguió
ese camino (véase la recreación mestiza que hizo de Alanis),
pero en Laundry Service opta por el contrario y se deja asimilar
por los dictados del mercado estadunidense en cuanto a la forma en que
deben verse y oírse los artistas latinos.
Para Senghor, uno de los pensadores anticolonialistas
africanos más importantes, ser asimilado fue producto de la mentalidad
colonial, a la que Shakira aún se apega. En una entrevista reciente
en la revista Latina, identificó su "conquista" del mercado
musical estadunidense con la conquista española de su país.
"El espíritu de la conquista en un rasgo que perdura en el ser humano
desde los primeros tiempos" , explicó. "Lo deseo por la misma razón
por la que los españoles deseaban venir a América. Hay que
cruzar los océanos. Mi motivación es plantar la bandera colombiana
en esta tierra."
Entonces nos salió barato, supongo. Cuando los
españoles plantaron su bandera en Colombia, a comienzos del siglo
XVI, esclavizaron a los africanos, convirtieron a los indígenas
a su religión y explotaron sus cultivos de maíz. En cambio,
todo lo que esta tierra ha sacado de "beneficio" es otra rubia de vientre
oscuro que habla inglés y toma Pepsi.
Josh Kun es crítico de música y arte.
Colabora actualmente para las revistas The Village Voice, Spin,
LA Weekly, entre otros.
Traducción: Jaime Whaley