LEY INDIGENA: NUEVA OPORTUNIDAD
Ayer,
en el Salón Verde de la Cámara de Diputados, y con el respaldo
de representantes de comunidades indígenas e intelectuales destacados,
un grupo de 168 diputados presentó para su debate y aprobación
el proyecto original de reformas constitucionales en materia de derechos
y cultura indígena elaborado en 1996 por la Comisión de Concordia
y Pacificación (Cocopa).
En el acto, el ex rector de la UNAM Pablo González
Casanova señaló que esta iniciativa ofrece a los legisladores
una oportunidad de subsanar el nefasto error que cometieron en marzo del
año pasado, cuando, a partir del documento original de la Cocopa,
redactaron y aprobaron un engendro de modificaciones constitucionales y
legales que, lejos de contribuir a resolver el conflicto indígena
en Chiapas y la fractura entre los pueblos indios y el resto de la nación,
constituyó un agravio y ahondó el problema. El investigador
universitario apuntó, además, la necesidad de que la Suprema
Corte de Justicia de la Nación (SCJN) atienda las controversias
constitucionales presentadas por numerosas comunidades indígenas
contra la llamada "ley Bartlett-Fernández de Cevallos-Ortega", por
la triada de legisladores que negociaron e instrumentaron la adulteración
y la distorsión de la iniciativa de la Cocopa.
Como dijo González Casanova, el vergonzoso episodio
del año pasado restó credibilidad tanto al Ejecutivo como
al Legislativo, los cuales lograron, a fin de cuentas, defraudar las vastas
esperanzas nacionales que suscitó la marcha indígena a la
capital de la República y la comparecencia de varios dirigentes
principales del Ejército Zapatista de Liberación Nacional
(EZLN) ante los legisladores.
No debe olvidarse que un factor clave para que pudiera
desarrollarse semejante catástrofe fue la ausencia de una representación
definida y congruente de las izquierdas nacionales en el Legislativo. El
voto favorable de los senadores perredistas, gestionado por Jesús
Ortega, a la aprobación del engendro legal antindígena, resultó
en ese sentido una derrota a los esfuerzos organizativos, de cohesión
y de transformación social sostenidos durante décadas por
diversos sectores políticos y sociales --sindicatos, organizaciones
campesinas, partidos de izquierda, grupos y entidades de la sociedad civil
organizada-- para construir un país más justo, más
incluyente y más democrático.
Cabe esperar que la oportunidad que se planteó
ayer sea aprovechada, que los legisladores de todos los partidos realicen
un examen de conciencia honesto sobre las consecuencias contraproducentes
de las reformas legales del año pasado y que el Poder Legislativo
sea capaz de corregir su extravío y apruebe, sin adulteraciones
ni tergiversaciones, la iniciativa de la Cocopa en materia de derecho y
cultura indígenas.