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Hoy, las mujeres que destacan como músicas y que cantan y/o componen
dentro del medio popular mexicano, el rock o jazz, no hacen muchas observaciones
de género y se encuentran en un panorama optimista, no fácil,
pero dentro de un universo musical en franca apertura.
Por ejemplo, Eugenia León dice: ''Yo creo que la música
es la música, no hay para mí ni géneros ni preferencias
sexuales; creo absolutamente en la androginia''. Para ella, ''las cosas
han sido más flexibles para las mujeres, porque nuestra presencia
ha sido más natural, sobre todo la de las cantantes. Pero cuando
se trata -como en mi caso- de ser empresaria o dirigente, siempre ha habido
un menosprecio por parte de los hombres.''
Alejada de la protección de disqueras y representantes, Eugenia
sale adelante con un sello independiente y se dice satisfecha con lo que
ha logrado como mujer, madre, música, y hasta empresaria.
La Tirana se siente respetada por el medio y por sus compañeros,
aunque confiesa que se ha enfrentado a lo largo de su carrera con miembros
de la industria ''"que piensan que las cantantes somos bastante tontas.
Se ha visto también a otras que son muy talentosas, pero que no
saben hacer solas nada si no está el marido o el representante,
esa presencia que les resuelva todo. La realidad comienza a mostrar lo
contrario y se están quedando sin argumentos. La clave está
en cómo nos vemos a nosotras mismas''.
Betsy Pecanins, cantante que ha abarcado en su amplia producción
discográfica una gran diversidad de géneros, más
recientemente el blues, piensa que su trabajo es igual de difícil
para ambos sexos, aunque concede: ''Para una mujer creativa y con ideas,
y que se mueve en un ambiente masculino como éste, a veces es difícil
que te tomen en cuenta y que respeten tu opinión y propuestas.
Pero creo que eso está cambiando. Casi a la fuerza se está
dando una apertura, en la medida en que las mujeres entendemos que ese
proceso no se puede dar sin los hombres''.
En cuestión de negocios, Betsy piensa que en la música depende
de otros factores ajenos al conflicto del género, ''como la demanda
que hay por tu trabajo: no importa que seas mujer, importa si eres más
o menos comercial, si haces más concesiones o en qué compañía
estás o qué tipo de artista eres''.
En su grupo tocan dos mujeres, pero aclara que no se trata de mera solidaridad
con ellas: ''Tocan conmigo porque son muy buenas''.
En el género del rock, Cecilia Toussaint dice: ''Siempre me he
sentido muy respetada por mis compañeros, creo que porque me he
aferrado a una forma de hacer música; de cómo, dónde
y porqué presentarla, y, sobre todo, he tratado de ser congruente''.
La rockera mexicana explicó que quizá lo más difícil
de todo ha sido combinar su carrera con su maternidad: ''Tienes que poner
tu ingenio y tu creatividad; cuido que mi trabajo no agreda a mis hijos,
pero no es fácil; a veces te tienes que dividir como en quince''.
En un ámbito casi copado por los varones como el de los mariachis,
la trompetista Vicky Madera, una de las pocas personas que en este medio
sabe leer música, formó con sus hermanas el Mariachi Femenil
Xóchitl, del que fue integrante hasta hace algunos años.
Vicky también es mamá y actualmente trabaja en la agrupación
Zafiro, del que es la única integrante femenina.
''Yo creo que ser mujer me dificulta relacionarme, porque muchos creen
que por ello pueden manipularte. Otras veces he tenido problemas en la
plaza Garibaldi, con compañeros trompetistas que me han acusado
de quitarles el trabajo'', dice.
Vicky trabaja por las noches, como en el día, fines de semana y
días festivos; muchas veces en fiestas, otras, en Garibaldi, en
medio de botellazos y alcoholizados o drogados, a pesar de lo cual, asegura
que disfruta mucho su labor: ''Si volviera a nacer, volvería a
tocar trompeta, me gusta lo que hago. Además, sé que trabajo
al parejo y que me pagan igual, aunque como mamá sí estás
desprotegida, pues en el mariachi no hay seguro social, ni prestaciones,
ni vacaciones; vives al día. Por ejemplo, el 10 de mayo mi hijo
me quería festejar y no pudo porque sabe que soy yo la que tiene
que llevarles serenata a todas las demás'', dice con resignación.
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