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Contra la política de aranceles, todos neoliberales
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ientras los campesinos piden proteger sus formas de vida y limitar el libre comercio, el mundo mira hacia otro lado. David Ricardo está de actualidad. Su teoría de costes comparativos, es reivindicada por Tirios y Troyanos. Socialdemócratas, conservadores y liberales. De manera simple, su ideario propone a los países especializarse en la producción de bienes cuyas ventajas de exportación sean elevadas. Su ejemplo del vino portugués y el paño inglés hizo historia. Si Gran Bretaña produce paños a bajo coste y los vende a Portugal, ineficiente en su elaboración y, a la inversa, produce vino a precios rentables y lo exporta a Gran Bretaña, el intercambio es perfecto. Formulada a principios del siglo XIX, se unió al laissez faire, laissez passer, le monde va de lui même. Fue la manera de rechazar la intervención del Estado en la economía, lanzando una propuesta de contención salarial, defensa del libre mercado y librar de impuestos a los beneficios del capital.

Inaugurado el siglo XX, durante el periodo de entreguerras, el texto de John Maynard Keynes, Teoría general del empleo, el interés y el dinero, da al traste con los postulados de la ortodoxia neoclásica. Su ensayo Las consecuencias económicas de la paz (1919), cuestionamiento a los acuerdos de Versalles, una humillación para Alemania, había encendido a las élites políticas. Sin embargo, tras la derrota nazi-fascista, Keynes ganó adeptos. Inversión pública, regulación, reconocimiento de sindicatos, mejoras salariales y protección social. Europa se reinventaba mediante la acción del Estado y el plan Marshall. El keynesianismo orientó las políticas gubernamentales. En mayo de 1944, la OIT llamó a levantar un nuevo orden internacional basado en el derecho y la justicia. Así como regular la circulación de capitales y poner límites al mercado total. Su declaración se conoce como Carta de Filadelfia.

Bajo los principios de inversión pública y una teoría formal del desarrollo, el capitalismo se reinventaba. Joseph Schumpeter, John Galbraith, Gunnar Myrdal, Karl Manheim, Joan Robinson o Albert Hirschman, fueron algunos de sus exponentes. En América Latina, el nacimiento de Cepal en 1949, bajo la dirección de Raúl Prébisch, supuso la articulación de la más vigorosa y potente escuela de pensamiento económico que haya existido en nuestra región. Keynesianos, marxistas, estructuralistas dieron lugar a un debate tan rico como crítico de las teóricas neoclásicas. Celso Furtado, Aldo Ferrer, Anibal Pinto, Pedro Vuskovic, Osvaldo Sunkel, Maria Concepción Tavares, Alfredo Eric Calcagno, Pedro Paz, José A. Silva Michelena, Miguel Wionczek, Gonzalo Martner García, Héctor Dada, Germánico Salgado, Fernando Fajnzylber, Samuel Lichtensztejn, Carlos Rafael Rodríguez o José Antonio Ocampo.

Los debates sobre planeación, estilos de desarrollo e inversión pública impregnaron el pensamiento económico latinoamericano. La concepción centro-periferia, el deterioro de los términos de intercambio, el proceso de industrialización estaban en la mente de los llamados gobiernos desarrollistas. El grupo de Mont Pelerin con Hayek a la cabeza y sus diatribas sobre el libre comercio o la fe en la mano invisible del mercado no tenían cabida, salvo en la historia del pensamiento económico. Pero todo cambiaría a raíz del golpe de Estado en Chile (1973), y la concesión del premio Nobel de Economía a Friedrich Hayek en 1974. Habían transcurrido 30 años de la publicación Camino de servidumbre. En 1976, Milton Friedman, recibirá el mismo galardón, afianzando la propuesta neoliberal. Libertad de Elegir se transformó en el vademécum de una nueva generación de economistas. Libertad de circulación para los capitales, apertura comercial, financiera, desregulación y flexibilidad laboral.

En América Latina, los otrora defensores de Prébisch emprenderán una crítica furibunda contra la Cepal. Enrique Iglesias, impulsaría la campaña como presidente del Banco Interamericano de Desarrollo. El informe publicado por la Trilateral en 1990, conocido como América Latina en la encrucijada: El desafió de los países de la trilateral sentencia: Prébisch popularizó la idea de que la relación de intercambio en constante deterioro entre exportaciones agrícolas y de materias primas latinoamericanas y de bienes manufacturados del mundo industrializado obligaba a las naciones de la región a desarrollar sus propias industrias y a seguir políticas fuertemente proteccionistas. En pie de página, concluía: las políticas proteccionistas habían fracaso. Al tiempo que la propuesta de Prébisch fue instrumentalizada, dirá, por el neomarxismo latinoamericano, que la volvió impracticable.

Forjar una política económica adecuada al consenso de Washington, impulsando la liberalización de flujos de capital e inversiones, promoviendo la libre competencia y patrocinando tratados de libre comercio, era la salida. Como refuerzo, el Banco de Suecia, entre 1994 y 2024 concede 11 premios Nobel a investigadores de la Universidad de Chicago, cuna del neoliberalismo.

Para los economistas latinoamericanos, educados a la luz del pensamiento de Hayek, debemos recordarles que la teoría económica impulsada por Raúl Prébisch, estuvo destinada a mostrar la falacia de la teoría de los costes comparativos. Y tenía razón. En medio siglo aplicando políticas de libre comercio, la desigualdad, la pobreza y la marginalidad social han crecido exponencialmente. Y la brecha entre países dominantes y dependientes se agiganta.

Actualmente, la mayoría de los gobiernos se han trasformado en defensores de la sociedad de mercado. Pero no olvidemos las propuestas neoliberales aplicadas por Pinochet, propagadas a Gran Bretaña y Rusia con Thatcher, Yeltsin, Putin, se han afincado en los ex países del Pacto de Varsovia y la OTAN. Las consecuencias están a la vista.

El planeta agoniza y las plutocracias se enriquecen. El neoliberalismo ha triunfado. Las guerras arancelarias beatifican a Hayek y los tratados de libre comercio.