
Viernes 25 de abril de 2025, p. 22
Ciudad del Vaticano. Miles de personas siguieron desfilando ayer ante el ataúd del papa Francisco para darle un último adiós en la basílica de San Pedro, antes del funeral previsto el sábado, al que dignatarios internacionales han confirmado su asistencia.
Una marea humana inunda desde el miércoles el Estado más pequeño del mundo para presentar sus respetos al primer pontífice latinoamericano, cuya muerte el lunes a los 88 años conmocionó a la Iglesia católica y muchas otras sociedades del mundo.
Entre las 11 horas del miércoles y las 19 de ayer, al menos 90 mil personas recorrieron la nave central de la imponente basílica barroca para despedirse durante unos segundos del jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio, anunció el servicio de prensa del Vaticano.
Francisco me acercó a la Iglesia. Para mí, es el Papa de la esperanza, de los últimos, de los más débiles
, aseguró la italiana Donatella Codino.
Los futbolistas del club AS Roma y los familiares del difunto Francisco también se recogieron ayer ante su tumba. Mauro Bergoglio, uno de sus sobrinos, pudo viajar de Buenos Aires a Italia gracias a una donación privada, explicó a la radio Mitre. La capilla ardiente sólo cerró apenas dos horas en la madrugada de ayer y al cierre de está edición El Vaticano señaló que podría permitir el desfile de la grey más allá de la medianoche.
Los fieles tienen hasta la noche del viernes para despedirse de Francisco. A las 20 horas de ese día, su sencillo féretro se cerrará y se preparará para el funeral de Estado que tendrá lugar el sábado. Al menos 130 delegaciones, incluyendo unos 50 jefes de Estado y 10 monarcas
en ejercicio, asistirán a la misa funeral que tendrá lugar en la plaza de San Pedro, informó la Santa Sede.
Presidentes como Donald Trump, de Estados Unidos; el argentino Javier Milei, y Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, así como el rey Felipe VI de España y el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Antonio Guterres, ya anunciaron que acudirán.
El entierro será ese mismo día en la basílica de Santa María la Mayor de Roma, el primero de un pontífice fuera del Vaticano desde León XIII en 1903.
El adiós de los pobres
Muestra de su dedicación a tareas religiosas en beneficio de los más necesitados, un grupo de personas en pobreza estará presente mañana en la basílica Santa María la Mayor de Roma a la llegada del féretro papal de cara a su sepultura, a invitación del Vaticano.
Su tumba será en mármol, procedente de la región italiana de donde son oriundos una parte de sus ancestros, y tendrá por única inscripción Franciscus
, expuso la Santa Sede.
El público general podrá recogerse ante la última morada de Francisco a partir del domingo, precisó esta fuente.
Sin fecha para el cónclave
El Vaticano por ahora descartó decidir la fecha del cónclave para mantener el foco en el funeral.
La elección debe celebrarse en la emblemática Capilla Sixtina en un plazo de entre 15 y 20 días desde su muerte, o antes si los cardenales lo deciden. Más de dos tercios de los 135 purpurados electores fueron nombrados por el difunto Papa.
Los cardenales decidieron el miércoles que los tradicionales nueve días de duelo en el Vaticano tras el deceso de un pontífice –los Novendiales– comenzarán el sábado. El prelado argentino Víctor Manuel Fernández presidirá la ceremonia del sexto día.
Las autoridades impusieron una zona de exclusión aérea sobre Roma y desplegaron unidades antidrones con sistemas de inhibición de señales para prevenir cualquier actividad sospechosa.
Aviones de combate están en alerta, mientras helicópteros policiales sobrevuelan el centro histórico y un grupo de francotiradores fue desplegado en los tejados de la Via della Conciliazione, que va a la plaza San Pedro.
En tanto, el académico y activista argentino Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz en 1980, escribió una emotiva carta al Papa con el título El papa Francisco partió, pero no se fue
, en la que afirma que el obispo de Roma “permanece entre nosotros en la conciencia del mundo, con su palabra arraigada en el evangelio y su compromiso junto a los pobres, los necesitados y los desposeídos (…) Su partida nos entristece, pero sabemos que emprendió el encuentro con el Padre y que la muerte no tiene la última palabra”.
El Nobel de la Paz hace un recorrido por las luchas de Francisco: “Compartió el pan y la libertad, denunció injusticias y viajó a Lampedusa, Italia, para visibilizar la crisis de los refugiados, instando a Europa a ayudar a quienes huyen de guerras, hambre y miseria. También visitó Lesbos, Grecia, conmovido por la situación inhumana de los desplazados por conflictos en Siria, Medio Oriente y otras regiones. Trabajó incansablemente por la paz y el derecho a una vida digna. Recuerdo su llamado en el Vaticano para abolir las armas nucleares y proteger la integridad de la Tierra, reflejado en sus encíclicas Laudato Si y Fratelli Tutti, legados que guían no solo a los cristianos, sino a toda la humanidad”.
Para finalizar diciendo: “Querido hermano, que el Señor te reciba junto con los discípulos de ayer y hoy, que siembran el evangelio en un mundo de incertidumbre, pero también de esperanza. Que el amor perdure y se convierta en acción. ¡Que el Tata Dios te acompañe en su paz y bien!”