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Serrat deja su legado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes

Entre los objetos destaca la partitura original de Mediterráneo y su máquina de escribir // No descarta ni volver a cantar ni publicar un nuevo álbum

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▲ El cantante Joan Manuel Serrat deposita objetos de memoria para la posteridad.Foto Europa Press
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 11 de abril de 2025, p. 9

Madrid. El poeta, cantante y compositor barcelonés Joan Manuel Serrat depositó su legado para la posteridad en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes: la partitura original de la primera grabación de la que quizá sea su canción más conocida, Mediterráneo; una copia original de su primer disco, que fue editado en 1965 y que incluye canciones como La mort de l’avi o Una guitarra; una antología de la poesía de Miguel Hernández, publicado por la editorial argentina Losada y que él compró en Madrid en 1971 en la trastienda de una librería, cuando la censura impedía su circulación; y, finalmente, su máquina de escribir, la misma con la que viajó durante más de 30 años por todo el mundo, sobre todo América Latina y que le sirvió para escribir los poemas y las canciones que le convirtieron en leyenda viva.

Nunca escribí nada ni hecho prácticamente nada en la vida pensando que iba a dejarle algún legado a nadie y a nada. Incluso cuando mis hijos nacieron tampoco lo tenía previsto. Han sido cosas que han ido ocurriendo en la vida, con la cual estoy muy agradecido porque me ha permitido hacer un oficio que me ha hecho muy feliz, que me ha dado muchas satisfacciones, que me ha permitido expresarme, comunicarme, encontrarme con los demás, aseguró Serrat en un breve encuentro previo con los medios de comunicación.

A Serrat le correspondió la caja número 1276, donde el Instituto Cervantes resguardará su legado, como está haciendo con el de otros muchos destacados escritores, artistas, instituciones o pensadores de las pasadas décadas, entre ellos personalidades como Juan Gelman, José Emilio Pachecho, Antoni Tàpies, Alicia Alonso, Elena Poniatowska, Juan Goytisolo, Gabriel García Márquez, Mario Benedetti, José Saramago o centros de estudios como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Vivir con versos en la boca

Serrat fue celebrado por su condición de poeta, pero también por haber musicalizado la poesía de algunos de los grandes de la historia reciente, como Miguel Hernández, Antonio Machado, Rafael Albertí, Jaime Sabines, Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Joan Margarit y Jaime Gil de Biedma, entre otros.

Antes de entregar su legado, el director del Instituto Cervantes, el también poeta Luis García Montero, le agradeció a Serrat el habernos enseñado a vivir con versos en la boca, ya que “el noi del Poble-sec supo crear un mundo propio en diálogo con la canción catalana, creó la educación sentimental de los españoles y mostró que el sur también existe. Eres bueno para la cultura internacional, hoy estás aquí y el gusto es nuestro”.

Serrat, con 81 años, explicó que cada día que me despierto me siento estupendamente. Pienso que la vida es un acto maravilloso a pesar de los pesares, porque procuro retrasar la hora de las noticias y de encender la televisión para enterarme de ciertas cosas, pero me parece que la vida sigue siendo un regalo. Incluso cuando mis hijos nacieron tampoco lo tenía previsto. ¿Qué más puedo hacer entonces que ir deshaciéndome en vida de las cosas que yo quiero, como son las que traigo aquí?.

De los cuatro objetos que dejó, Serrat reconoció que los que más le dolían eran sin duda la partitura original de Mediterráneo y su inseparable máquina de escribir, una Brother Echelon 44, con la que viajó por lo ancho y largo de América Latina, a pesar de su peso, y con la que escribió su obra más importante. Con ella he escrito mucho poemas, canciones, cartas. Ha sido una gran compañera, llenó mi vida y muchas horas en las que los sueños tenían ganas de plasmarse en papel, aseguró y reconoció sentir cierta melancolía de deshacerse de esa antología de Miguel Hernández, que editó la argentina Losada y que, en sus palabras, llenó el vacío que teníamos cuando debajo de nuestros pies sólo había cardos y rocas, en alusión a la severidad de la dictadura franquista y su censura implacable.

Serrat también calificó de estupendo que se utilicen ahora las cajas de seguridad del antiguo Banco Central para depositar cosas más importantes que las que hubo en sus tiempos, como son los sueños, las fantasías, los pensamientos, el arte, pero el arte vivo. Arte de aquel que pueda estar en contacto con la gente.

Recibió en un acto conjunto el Premio Antonio de Sancha, por parte de la Asociación de Editores de Madrid, en la que se elogió su inmensa labor para la difusión de la lectura y de la poesía.

En el acto, Joan Manuel Serrat no descartó ni volver a los escenarios ni publicar de forma inminente un nuevo álbum: Me sigue gustando trabajar y quiero advertir una cosa: puedo volver en cualquier momento, pero con dos condiciones. Primero el mundo tiene que darme una tregua con esta distopía que estamos viviendo. Y después, quiero tener una manera de comunicar las canciones al público en general, porque las fórmulas que existen ahora no me parecen favorables a quien hace las canciones, sino a las plataformas, y me gustaría encontrar una alternativa. Ahora estoy feliz, pero tengo otros momentos en que pienso en ese regreso.