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Bitácora de oriente

Qingming, el día de honrar a los muertos en el gigante asiático

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▲ Aunque la conmemoración del Qingming se remonta a hace 2 mil 500 años, fue apenas en 2008 cuando se convirtió en día festivo y feriado en China, que se celebra con la entrada de la primavera.Foto Sandra Hernández García

Pekín

C

hina tiene una festividad en común con México: un día para recordar a sus muertos. La gente aquí también busca la manera de acudir a los panteones a limpiar y adornar las tumbas de sus seres queridos.

En este país la celebración se realiza los primeros días de abril y se llama el Festival de Qingming o el Día de la limpieza de tumbas, que es una tradición que implica rendir homenaje a los ancestros.

Esta festividad comparte muchas similitudes con la celebración del 2 de noviembre en México: las familias limpian las tumbas y cuelgan flores de colores en las lápidas. Sobre el sepulcro montan una ofrenda en la que colocan papel que tiene triángulos y figuras recortadas –como el papel picado–.

Ponen comida, por ejemplo, los tradicionales dumplings – jiaozi, en mandarín, empanadas rellenas de carne cocidas al vapor–, frutas: mandarinas, manzanas, plátanos y kiwis; tomatitos cherry, panes y galletas de arroz, trozos de pastel, caramelos, cigarros, botellas de licor, tazas con té y hasta palillos para comer.

En la tradición oriental destacan los fajos de billetes falsos encima de las tumbas o se pegan frente a los nichos para que los ancestros tengan bienestar, incluso algunos hacen dibujos de celulares para que tengan conexión con el más allá. Estos papeles eran quemados, pero las autoridades prohibieron esta práctica para evitar la contaminación.

Uno de los panteones más famosos de Pekín es el cementerio revolucionario de Babaoshan, en el distrito de Shijingshan, donde descansan líderes históricos de China. Es uno de los más concurridos durante el Qingming, pues recibe a miles de personas que acuden a barrer las tumbas de sus difuntos. Esta práctica se hace en silencio o con oraciones; algunos ponen música a bajo volumen y cantan en un susurro para sus muertos. Se trata de una celebración familiar, íntima y de mucho respeto.

De acuerdo con testimonios, en las casas chinas también se venera a los difuntos, se escriben sus nombres y las familias encienden incienso; sin embargo, no acostumbran montar ofrendas como en México.

Pese a la solemnidad que implica la celebración, en Pekín se llevan a cabo diversas actividades para conmemorar el Qingming, pues además se trata de un día de asueto para los chinos. En algunos parques, como el Templo de la Nube Blanca, se realizan ceremonias con música tradicional, que también se convierten en un foco de atracción turística.

Las Autoridades del gigante asiático refieren que la festividad también es para celebrar la llegada de la primavera, ya que es el día en que la naturaleza despierta vistiendo el mundo de verde; todo es nuevo, limpio y fresco.