Miércoles 26 de marzo de 2025, p. 18
En un país como México, donde cerca de 54 por ciento de su población está ocupada en el mercado laboral informal y, por tanto, podría no aspirar a un plan de pensión, Robert C. Merton, Premio Nobel de Economía 1997, propone el diseño de un bono de seguridad para la jubilación.
Durante una conferencia magistral en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), Merton consideró que habrá muchas ideas para darle viabilidad a una vejez con recursos monetarios, pues todos los países del mundo tienen problemas con sus sistemas de pensiones, por lo que él sólo propone un marco que se puede diseñar en un país con alta informalidad.
En su ponencia Nuevos retos del sistema pensionario mexicano
, el economista estadunidense propone la creación de un bono de seguridad para la jubilación; es decir, es como un título gubernamental que se adquiere, como cualquier bono y escoge su vencimiento para cuando tenga la edad para pensionarse, y todo el retorno durante ese periodo que lo adquirió se le proporciona al ciudadano.
Merton, que junto con Fisher Black y Myron Scholes, desarrolló el modelo Black-Scholes (valoración de las opciones, instrumentos de cobertura de derivados), por el que ganaron el Premio Nobel, aseguró que estos bonos tendrían la calificación crediticia más alta del país, pues el gobierno sería quien los emitiera; para los compradores sería muy simple sin necesidad de crear o entender divulgaciones complejas de riesgo de incumplimiento. No hay necesidad de educación financiera o conocimientos.
México, al tener un mercado de bonos altamente exitoso, con los títulos de pensiones “apoyaría la tenencia nacional y a largo plazo de la deuda pública, un beneficio material de estabilidad financiera, especialmente para los países de mercados emergentes.
El patrón de pago retrasado de dichos bonos puede apoyar aún más la estabilidad financiera al proporcionar una mayor flexibilidad a los responsables políticos en respuesta a los choques económicos
, describió el nobel.
Añadió que los gobiernos que realizan financiamiento de infraestructuras pueden mejorar la coincidencia de vencimiento del financiamiento con los flujos de efectivo de inversión, lo que reduce el riesgo de refinanciación y los costos de emisión; la emisión también se puede utilizar para gestionar el riesgo de ingresos fiscales del gobierno.