as políticas de Trump dirigidas a ofender, castigar, anular, humillar, amenazar y burlarse de aliados
y adversarios por igual va a un paso tan acelerado que no puede corregir sus abundantes falencias unilaterales ni darle espacio a la multipolarización en curso en aras de un supuesto proyecto proteccionista y aislacionista para hacer América grande otra vez
. Trump no construye un nuevo consenso.
La incapacidad de manejar los recursos de poder, la falta de empatía, el hacer que las grandes decisiones que dice estar tomando con la noción mesiánica de venir a salvar al EU anglosajón excluyendo al resto, en favor de una élite de multimillonarios egocéntricos que llegan a hacerse aún más ricos, son más bien elementos para la catástrofe, parte de un proceso de evidente e inocultable decadencia hegemónica.
En entrevista de Rompeviento, Fernando Buen Abad, autor de Crónica de unos aranceles anunciados, señala: “Me preocupa la utilización ideológica de la petulancia imperial, el desparpajo, la desfachatez en la conducta de Donald Trump …para normalizar, por la vileza con que esto se instala, el maltrato y la humillación” (13/3/25).
Si la política de aranceles sirve para presionar a México lo cierto es que el manejo nacional de la electricidad y los combustibles fósiles, así como de las principales vías de comunicación, incluyendo las férreas, son esenciales a la soberanía nacional para oponerse a arreglos comerciales inadmisibles como el T-MEC. Los aranceles no son la única vía de presión. Refiriéndose a México dijo Trump ante el Congreso de EU: “Caballeros ( sic), el territorio inmediatamente al sur de nuestra frontera ( sic) está dominado enteramente por cárteles criminales que asesinan, violan, torturan y ejercen un control total .Tienen el control total de la nación ( sic) lo que supone una grave amenaza para nuestra seguridad nacional. Los cárteles están haciendo la guerra a EU y es hora de que EU haga la guerra a los cárteles” (estruendosos aplausos ) (El Grand Continent, 5/3/25).
A la amenazante diatriba contra México, se suman expresiones unipolares, como la política hacia los migrantes con la cual estos son criminalizados, deshumanizados e ilegalmente sacados del territorio estadunidense para ilegalmente mandarlos a virtuales campos de concentración tanto en Guantánamo como en El Salvador.
La deportación de 230 venezolanos (137 acusados sin evidencia –salvo los tatuajes que tienen algunos– de pertenecer al grupo delincuencial llamado Tren de Aragua) hacia la cárcel de máxima seguridad para terroristas Cecot, en El Salvador –que tiene fuertes acusaciones de violación de derechos humanos, tortura y confinamiento extremo– en el marco de la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, prevista para tiempos del guerra (cuando no hay guerra con Venezuela), generó una confrontación del gobierno trumpista con el Poder Judicial. El juez federal James Boasberg ordenó la suspensión de tal medida para determinar su legalidad, pero aunque el gobierno señaló que no hubo desacato, el llamado zar de la migración, Thomas Homan, declaró no importarle lo que dijeran los jueces. (France 24, 18/3/25).
El envío de migrantes a la base militar de Guantánamo, Cuba, buscando encarcelar hasta 30 mil personas plantea graves problemas legales. Jorge Contesse, de la Rutgers Law School, señaló que la decisión gubernamental es al menos difusa: al no ser territorio técnicamente hablando
de Estados Unidos (es territorio de Cuba) sirve para no dar protección legal a quienes tendrían acceso a la misma estando en territorio de EU. Se suma una cierta cuota de crueldad ya que Guantánamo tiene fama de ser un espacio donde se han cometido violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional.
Pero ¿qué gana Bukele ofreciendo un Guantánamo centroamericano
a Trump?, como dice BBC Mundo. Dinero, se habla de 6 millones de dólares por mantenerlos durante un año, renovable
, en el Cecot.
La otra cara de la moneda es la explotación de la mano de obra confinada lo que ayudará a que nuestro sistema penitenciario sea autosostenible
, explicó el mandatario. El trato de presos por dinero lo cerraron Bukele y el secretario de Estado estadunidense, Marco Rubio, cuando este último visitó El Salvador el mes pasado.
Es un acuerdo sin precedente, el más extraordinario del mundo
, lo describió entonces el jefe de la diplomacia de EU, añadiendo que El Salvador se había ofrecido a recibir a criminales peligrosos
que estuvieran bajo custodia o cumpliendo condena, incluso si son ciudadanos estadunidenses o residentes legales
(BBC Mundo, 18/3/25).
Estamos entrando al eje fundamental de una crisis política y económica que tiende a profundizarse tanto dentro de Estados Unidos como hacia afuera, emergiendo contradicciones geopolíticas en una coyuntura de alta complejidad.
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