
Jueves 20 de marzo de 2025, p. a30
Hela allí, frente a 65 mil seres que ebullen, claman su nombre y la vitorean, corean sus canciones, gritan desaforados, se subyugan y extasían, se desenfrenan y viven al tope el momento, como si fuera el único o el último en su existencia.
Atrás ha quedado la impaciencia y el mal sabor de una inexplicable espera de 90 minutos, según el horario anunciado por los organizadores para comienzo del espectáculo, las 20:30 horas.
Allí está, pues, Shakira en el primero de sus siete conciertos en el Estadio GNP como parte de Las mujeres ya no lloran World Tour, con lo que ha marcado un hito al ser la primera artista que más ocasiones ha llenado de forma consecutiva este recinto, tras agotar las localidades de cada una de esas presentaciones, que se extenderán hasta el 30 de marzo.
Así lo hace saber la propia cantante y compositora durante la primera de las ocasiones en que tomó la palabra, tras saludar con Buenas noches, México
, ante la euforia colectiva, y asegurar: juntos estamos haciendo un récord histórico, gracias al cariño que me dan
. Enseguida promete dar lo mejor de sí y remarca: Definitivamente, no hay mejor rencuentro que el de una loba con su manada mexicana
.
Menudita y atlética, con sus 1.57 metros de estatura luce imponente en el escenario, entre un aluvión de luces y efectos especiales, incluidas llamaradas de fuego, que la perfilan aún más como una amazona de cabello hirsuto, ilimitada energía e hipnóticos movimientos de cadera. Tan delicada como poderosa.
Es inocultable el vínculo estrecho entre la artista de Barranquilla y sus seguidores mexicanos, que desde el principio la quieren, la arropan, la apapachan y le festejan lo más mínimo, a lo que ella no es indiferente: se deja querer queriéndolos también, ofrendándose sobre el escenario, apasionada, con su potente y bien entonado vozarrón de fuego y sus vistosas y hechizantes coreografías, en las que da cuenta lo mismo de su arrojada sensualidad que de un infatigable derroche atlético. ¡Qué le cansan sus 48 años, cumplidos el 2 de febrero pasado!
Sin dar tregua a los ensordecedores gritos de sus fanáticos, abre el espectáculo con La fuerte, y la estridencia crece cuando se despoja frente al público de su body para interpretar en un uncido vestido que resalta su bien torneada figura la segunda de la noche, en inglés, Girl like me.
Llega el tema Las de la intuición, acompañada de cinco bailarinas. Las gradas del inmueble se bambolean con este tema que liga a uno de sus grandes éxitos: Estoy aquí, ante la demencia colectiva.
A eso vinieron sus seguidores, a gritar sin limitaciones y desgañitarse, a saltar y cantar en su lugar hasta extenuarse, a sudar, no obstante el drástico descenso de la temperatura noctuna, a sentir en la caja torácica y toda la epidermis, con emoción desbordante y desbordada. El miocardio es un Fórmula Uno desbocado en una extensa recta.
No ha sido poco lo que han pagado por las entradas y hay que sacarles todo el jugo. La más costosa alcanzó 11 mil 942 pesos, mientras la más económica, mil 217. Eso, en los canales de venta oficiales; la reventa, como dicen las agüelitas, es otra historia.
Cantante, compositora, bailarina, multinstrumentista, actriz, productora y empresaria, Shakira Isabel Mebarak Ripol –su nombre completo– llega a esta cita casi siete años después de su visita anterior, en octubre de 2017. Y lo hace tan impetuosa como imponente, con un recorrido no lineal por sus grandes éxitos, así como compartiendo sus más recientes producciones. Al fin y al cabo, una inmersión en su biografía, ya que ella misma ha dicho que muchas de sus canciones son el reflejo de su vida.
Así han sonado Antología, Ojos así, Pies descalzos, sueños blancos y Soltera. No podían faltar, ¡obvio!, aquellas en las que tunde duro y bonito al ex futbolista del Barça y su ex pareja sentimental Gerard Piqué, como Te felicito, Monotonía y Última, entre otras.
En su segunda intervención habla al respecto, sin mencionar nunca al destinatario, refiriendo que los tres años recientes han sido difíciles “y que de las caídas nadie se salva, pero si algo he aprendido es que la caída no es el final, sino el comienzo de un vuelo mas alto.
Y es que nosotras, cada vez que nos caemos, nos levantamos. Si queremos llorar, lloramos, y si no queremos llorar, nos ponemos a trabajar y facturamos. ¡Bienvenidos al club de las mujeres ya no lloran!
El escándalo entre la audiencia para este momento es indescriptible. Han transcurrido casi dos horas del concierto y si algo sobra es energía y entrega de artista y público, una noche de mar volcado.
Un electrizante recorrido por un playlist sentimental que ha dejado su impronta en más de una generación, con cerca de una treintena de temas que mantienen al tope el ánimo y las emociones de estos 65 mil adeptos de la colombiana, quien, como prometió en agradecimiento a México, que creyó en ella y le ha dado tanto, dio lo mejor de sí, sin reservas.