Domingo 16 de marzo de 2025, p. 2
¡Ahora sí es nuestro palacio!
La voz áspera y emocionada de un hombre mayor rompió el silencio en el máximo recinto cultural del país. Fue un comentario espontáneo emergido de entre las butacas, en medio de la penumbra, acaso hasta una exclamación en respuesta a lo que la poeta mixteca Nadia López García decía desde el escenario.
Sabemos que hay deudas profundas con las escritoras, y con las escritoras en lenguas indígenas aún más. Que esta muestra poética sea una oportunidad para seguir compartiendo la palabra y la cosmovisión, la resistencia y el gozo que hoy sentimos, porque de forma histórica, y por primera vez, la sala principal del Palacio de Bellas Artes se ha abierto para la literatura en lenguas indígenas del país.
No bien terminaba esta parte del discurso de la también titular de la Coordinación Nacional de Literatura, cuando irrumpieron las ovaciones de quienes, con regocijo e ilusión, llenaron este sábado ese espacio para disfrutar del Recital de Poesía en Lenguas Originarias.
Este histórico acto, efectuado en el contexto del Encuentro Nacional de Escritoras en Lenguas Indígenas, reunió a 10 autoras en idiomas originarios del norte, centro y sur del país, quienes compartieron sus simbolismos, sonoridades y universos poéticos.
Son expresiones culturales que muy rara vez pueden escucharse de forma conjunta y que suenan tan musicales como poderosos, tan sutiles como contundentes, tan cálidos y tersos como firmes y determinantes. Voces de fuego, de trueno y de agua; ancestrales y contemporáneas; amorosas y fúricas; de niña, madre y abuela; de dignidad y resistencia; de paciencia, paz y calma.
Divididas en dos grupos de cinco, cada escritora leyó en su lengua natal tres de sus obras, al tiempo que en la parte posterior del escenario se proyectaba la traducción al español del respectivo poema.
La única que hizo una breve intervención en castellano fue la poeta zapoteca Natalia Toledo, al dedicar la lectura de uno de sus poemas a los niños y a mis paisanos que perdieron la vida (el pasado domingo) en el camión que iba de Mitla a Tehuantepec. Si algo tenemos que aprender de los pueblos originarios es la resiliencia. ¡Pero ya no más, por favor!
Proveniente de una tierra donde el jaguar habla con el tiempo y desenreda la memoria para denunciar las violencias y acariciar la dicha
, según describió Nadia López, la primera en tomar la palabra fue Ruperta Bautista, de Chiapas, hablante del tsotsil. Siguió la autora en lengua mayo Emilia Buitimea, de Sonora, donde el desierto crece y florece la poesía que danza
.
Desde Michoacán, Rubí Huerta, escritora en lengua purépecha, mostró cómo su poesía es un canto que arrulla y celebra la resistencia de las mujeres que hoy hacen nido con su palabra
, mientras la guerrerense Ateri Miyawatl dio cuenta de que su escritura en náhuatl es un ave que cura la tristeza y enciende la montaña para avanzar con la lluvia
.

El primer segmento de autoras concluyó con Rosario Patricio, escritora en lengua mixe cuya palabra está tejida con el viento y con el bosque, con la memoria de los pueblos de la montaña
.
Antes del segundo bloque de poetas, hubo una intervención musical en la que la soprano mixe María Reyna, acompañada por Joaquín y Rodrigo Garzón, en el piano y el violín, de forma respectiva, interpretó en su lengua materna las piezas Canto a la raíz y Un segundo, así como La Llorona, ésta, alternando entre mixe y español.
La segunda parte del recital contó con la intervención de la chiapaneca Juana Karen Peñate, hablante de ch’ol, cuyos hilos de su voz son un telar que se teje con el mundo y hace raíz para cantar la vida
. También de Celerina Patricia Sánchez, escritora en lengua mixteca originaria de Oaxaca, cuya poesía resuena en los tonos del tiempo, de la tierra y del maíz
.
Hablante de zoque, la chipaneca Mikeas Sánchez externó su convencimiento de que la poesía también es defensa de la memoria y del territorio; es lucha por la vida
, mientras la escritora en lengua maya Sasil Sánchez, originaria de Yucatán, compartió el canto de los pájaros y el fuego encendido de la palabra que la acompaña
.
La sesión cerró con Natalia Toledo, quien en su poema Corteza
asienta: Cansada de acumular nostalgias bajo las alas, / iré a enterrarme a la orilla del río de los perros desollados / ahí desgranaré con un olote / las costras que me marchitaron
.
Como preámbulo al recital, la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), Alejandra de la Paz, destacó que México tiene hoy 68 lenguas originarias activas, cuya defensa, salvaguardia y difusión son fundamentales para tener una imagen mucho más cabal, mucho más completa de lo que somos como nación y para resguardar esta increíblemente potente memoria que nos llena de orgullo
.
En tanto, Nadia López García remarcó que hace muchos años era impensable que las lenguas indígenas se escucharan en espacios que no fueran nuestras casas, cocinas, pueblos, calles
.
Recordó que este 2025 fue nombrado por el gobierno federal el Año de la Mujer Indígena, y hay que reconocer que justo somos las mujeres indígenas las que desde hace muchos años hemos defendido el territorio y la lengua, las que hemos enseñado a niñas y niños, las que hemos hecho de ellas una caricia, pero también una flecha. Las lenguas sólo vivirán si hay personas que las piensen, las hablen, las escriban, las bailen, las dancen, las defiendan. He ahí nuestro reto
.