Domingo 9 de marzo de 2025, p. 24
En el rancho Izaguirre, en el municipio de Teuchitlán, Jalisco, entre los más de 200 objetos personales y prendas que ha encontrado el colectivo Guerreros Buscadores están las pertenencias que pudieran ser identificables para las familias de personas desaparecidas, como una credencial de elector de Édgar Fabián Santamaría Solis, una Biblia con fotografías de un niño en su interior y una carta de despedida.
En este espacio que se la ha llamado campo de exterminio
por el nivel de objetos hallados, también entre sus entrañas están las huellas de lo que fue un centro de reclutamiento, adiestramiento y campo de tiro. Ahí hay botas tácticas y cartuchos –algunos percutidos– que se asemejan a un cuerno de chivo, así como balas de gotcha y un altar de la Santa Muerte con veladoras, detallaron.
En entrevista, integrantes del colectivo explicaron que en los tres hornos clandestinos que encontraron había partes de cuerpos, muchos huesitos
calcinados, molares y pedazos de cráneos.
Es indignante
que tras una inspección que las autoridades de Jalisco realizaron en septiembre de 2024, no hayan encontrado estos objetos y pertenencias.
Todo el tiempo estuvieron caminando sobre ellos, por encima de los hornos, sin darse cuenta, reprocharon.
Una llamada anónima hizo regresar, hace unos días, al colectivo al terreno en el poblado La Estanzuela, donde hace seis meses las autoridades sólo habían reportado el rescate de dos personas y la detención de 10 miembros de un grupo criminal.
En el predio, de unos 50 metros de ancho por 200 de fondo, hay un par de cuartos y no tenían ningún candado o cadena; simplemente empujabas la puerta y se abría. No había ninguna autoridad resguardando, estaba en total abandono
, reprocharon.
El sitio ya había sido cateado y se tenía conocimiento de que había personas reclutadas de manera forzada y otras con la falsa promesa
de darles trabajo; las tenían desnudas, vendadas de los ojos y amarradas
, según datos del colectivo.
De ahí que hallaron más de 200 pares de zapatos, de hombre y de mujer, de distintos tipos, ropa interior, calcetines, camisas, pantalones, maletas, mochilas y carteras en montón. Los buscadores no se explican cómo en aquella inspección de septiembre del 2024, las autoridades y peritos no encontraron estas pertenencias: hicieron excavaciones con maquinaria y usaron georradares, pero no detectaron los grandes hornos
en el subsuelo.
En cambio el colectivo logró hacerlo tan sólo con enterrar varillas y percatarse del reblandecimiento de la tierra.
Yo estaba varillando y mientras iba sacando los huesitos de uno de los hornos, te pones a pensar si era tu familiar, cuántas personas fueron quemadas y que sus familiares jamás los van a encontrar
, externó con tristeza uno de los integrantes del colectivo.
Una de las personas entrevistadas consideró que este nuevo hallazgo servirá a los familiares de personas desaparecidas para identificar a sus seres queridos; espera que los videos que difundieron hace un par de días en redes sociales sean de utilidad y enfatizaron que en próximos días seguirán haciendo transmisiones.
Agregó que las autoridades ya trabajan en la extracción de los restos encontrados. Sin embargo, no confían en las autoridades de Jalisco, no tienen un protocolo
para resguardar lo encontrado, y únicamente indicaron que si algún familiar identifica alguna prenda, deberá ir a la fiscalía.
Si la primera vez que procesaron el lugar, dejaron abandonado todo esto tan importante como primeros indicios para nosotros los familiares, ¿qué nos hace pensar que se los van a llevar? ¿a dónde nos van a meter?
, cuestionaron.