Es indispensable que nos involucremos todos: especialistas
naturalizóque sólo las mujeres sean cuidadoras
Asumen la atención de millones de niños, enfermos, discapacitados y adultos mayores

Viernes 7 de marzo de 2025, p. 17
En México existe avance favorable
en la construcción de un sistema nacional de cuidados. Este gobierno reconoció que existe un problema que no es menor
, pues al estar naturalizado
cuidar a otras personas, surgieron otros inconvenientes y desigualdades que afectan principalmente a las mujeres.
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (Enasic) 2022, en el hogar la madre es la cuidadora principal de los niños hasta 5 años (86.3 por ciento), de los menores de seis a 17 años (81.7 por ciento), de los enfermos temporales (33.9 por ciento) y de las personas con discapacidad (30.6 por ciento). En tanto, el cuidador principal de los adultos mayores es el cónyuge (49.2 por ciento).
Se debe entender como cuidados
todas las actividades diarias para el bienestar físico y emocional de las personas. Abarcan tareas cotidianas de gestión y sostenimiento de la vida, como el mantenimiento de los hogares, la atención a los miembros de la familia, la educación de los hijos y el propio autocuidado, define ONU Mujeres.
La especialista en temas de género Marta Ferreyra, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, explica que esta acción involucra dos elementos principales: quién cuida y quién es cuidado. De este modo, un sistema progresivo de atenciones debe involucrar a los cuidadores –sus derechos y horarios, cómo se redistribuye entre toda la sociedad la carga de cuidados– y a las personas cuidadas, que también merecen mayor calidad en su atención.
Capacitación
Hay distintos grupos que requieren labores de asistencia: los niños, las personas con discapacidad, los adultos mayores, entre otros, por ello se debe reconocer lo que implica cuidar, a fin de dar mejor atención mediante la capacitación del cuidador, precisa Catalina Gómez, del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) México.
En el país hay 58.6 millones de personas susceptibles de recibir cuidados, de las cuales 5.6 millones (9.6 por ciento) son personas con discapacidad, 10.3 millones (17.5 por ciento) son menores de hasta 5 años, 25.4 millones (43.3 por ciento) son infantes y adolescentes de seis a 17 años, 17 millones (29 por ciento) son adultos mayores de 60 años y 700 mil 330 (1.2 por ciento) son personas con alguna enfermedad temporal, de acuerdo con la Enasic.
La investigadora Ferreyra indica que una política hacia un sistema de cuidados debe ser compleja al involucrar a gran cantidad de actores, entre ellos sociedad civil, academia, gobierno, industria privada, familia y comunidades. Está encaminada a concretar una nueva organización social orientada a cuidar, asistir y apoyar a las personas que así lo requieran para reducir y redistribuir el trabajo de los cuidados entre todos los actores.
Organizar esta actividad es fundamental para la vida humana, el mercado, la economía, el desarrollo del conocimiento y social. Por ende, es algo que nos tiene que involucrar a todos
manifiesta.
De las mujeres cuidadoras, 56.3 por ciento participa además en el mercado laboral, contra 93.9 por ciento de los varones cuidadores que lo hacen. Asimismo, 43.7 por ciento de las cuidadoras forman parte de la población no económicamente activa (PNEA) y sólo 6.1 por ciento de los hombres cuidadores están dentro de ese grupo.
De las mujeres que laboran, 31.8 por ciento (3.7 millones) trabajan por cuenta propia y 67.3 por ciento (7.9 millones) tienen jornada de medio tiempo. La Enasic concluye que se debe a que los empleos con estas características permiten mayor flexibilidad de horarios para realizar labores de atención.
Ferreyra apunta asimismo que el gobierno debe considerar qué impactos tiene el cuidado y cómo se va a liberar el tiempo de las mujeres, qué va a pasar cuando tengan mayor tiempo libre y cómo eso va a repercutir en su calidad de vida. Si bien el cuidado no es sólo actividad de las mujeres, suele recaer en este sector al estar naturalizado que así sea, puntualizó.
En cuanto a la iniciativa privada, ésta debe aportar principalmente un lugar donde puedan permanecer los hijos y los adultos mayores, porque así más personas se insertarán en el mercado laboral, generando más ingresos no sólo a sus familias, sino que contribuirán al desarrollo del país.
Se aprende a cuidar
Ferreyra destaca que el cuidado es algo que se aprende, nadie lo hace de forma innata. Si bien de forma sistémica ha caído este peso en las mujeres, cualquiera puede ser cuidador. Por ende, la política de cuidados debe incluir cómo formar a todas las personas para que sepan proporcionar esa asistencia.
Un factor clave en este ámbito es la ética, pues ésta es la que hace que si tú estás cuidando o si tu trabajo es cuidar, pero la persona que te debe sustituir no llega, te quedas más tiempo porque la ética entra en acción
.
Para Catalina Gómez, la calidad de la atención es fundamental. Por ejemplo, el cuidado infantil requiere cubrir varios aspectos de estimulación temprana, juegos, supervisión y más conocimiento sobre cómo interactuar con los menores y la calidad de tales interacciones. Sin embargo, señala que casi 70 por ciento de los niños en el país son cuidados en sus domicilios, donde hay una carga fuertemente focalizada en las mujeres
, puesto que las principales cuidadoras tienden a ser las madres o las abuelas y no siempre son cuidados de calidad
, por la carga extra de las demás responsabilidades que implica estar en el hogar.
La funcionaria hizo un llamado a la ampliación de la oferta de los servicios de atención, a la capacitación y el reconocimiento de estas labores para que los cuidadores tengan más herramientas para realizar estas actividades y, en el caso de tratarse de menores, que sepan estimularlos de manera adecuada.
Sin descanso
Las especialistas señalan que las mujeres por lo general cuidan todo el tiempo. Pocas veces tienen respiro, porque las familias olvidamos que alguien se ocupa de esas labores, al estar normalizadas
. En consecuencia, su salud se ve deteriorada. Este factor, indicaron, debe considerarse en las políticas de cuidado.
Ferreyra puntualiza: cuidar no sólo es por amor, muchas veces es obligación
. Trae como consecuencia el cansancio, tener que dejar la escuela o el trabajo, y es acompañado por enojo y frustración.
La encuesta señaló que del total de PNEA que cuida (9.6 millones), 40.4 por ciento (3.9 millones) del total declaró tener deseo de trabajar. De ellos, 94.3 por ciento (3.7 millones) fueron mujeres, el restante 5.7 por ciento (222 mil 126) fueron hombres.
Entre las mujeres con deseo de trabajar, el motivo principal para no hacerlo fue que no hay quién cuide a sus familiares o personas a cargo de cuidados con 68.4 por ciento (2.5 millones). En cuanto a los hombres, el motivo principal fue por razones personales, con 20.3 por ciento (45 mil 148).