Pekín. El mayor acto político anual de China empezó ayer en Pekín con las llamadas dos sesiones, los encuentros plenarios de la Asamblea Popular Nacional (APN) y de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, que tienen como protagonistas la aletargada economía y los nuevos aranceles del presidente estadunidense, Donald Trump.

En este contexto, China anunció un aumento de 7.2 por ciento en su presupuesto de defensa para 2025, y estimó en cerca de 5 por ciento su proyección de crecimiento económico.

La incertidumbre financiera y política a nivel mundial aumenta, la demanda interna es insuficiente y ciertas empresas se enfrentan a dificultades de producción y explotación, indicó el portavoz de la APN, Li Qinjian.

Desde la pandemia, la economía del gigante asiático no consigue recuperar su esplendor, lastrada por una persistente crisis en el sector inmobiliario, el débil consumo y un alto desempleo juvenil.

La inauguración de las dos sesiones coincidió con la entrada en vigor de nuevos aranceles de Washington, a los que China respondió con imposiciones de 10 y 15 por ciento a importaciones de soya, trigo, maíz, pollo y restricciones a la exportación e inversión a 25 empresas estadunidenses por motivos de seguridad nacional.

El gobierno chino reveló ayer su objetivo de crecimiento anual, que es el mismo de los dos últimos años, pero podría ser más difícil de alcanzar debido al alza de los aranceles y el posible impacto negativo de una inminente guerra comercial con Washington.

El jefe del Pentágono, Pete Hegseth, aseguró que Estados Unidos está preparado para librar cualquier tipo de guerra con China, en respuesta a la embajada de Pekín, que manifestó: si lo que Washington quiere es una guerra, ya sea arancelaria, comercial o de cualquier otro tipo, estamos listos para luchar hasta el final.