Washington. El Departamento del Tesoro estadunidense formalizó ayer el fin de la licencia concedida en 2022 al gigante energético Chevron Corp para operar en Venezuela, y dio de plazo a la petrolera hasta el 3 de abril para liquidar las operaciones en el país sudamericano.

En respuesta, Caracas anunció la activación de un plan de independencia productiva cuyo fin es garantizar la recuperación económica luego de la medida unilateral de Washington.

De acuerdo con su nueva licencia, Chevron, la única petrolera estadunidense que opera en Venezuela, ya no podrá pagar impuestos o regalías al gobierno del país sudamericano, ni dividendos a Petróleos de Venezuela ni a ninguna compañía en la que ésta posea, directa o indirectamente, una participación igual o superior a 50 por ciento.

Tampoco podrá vender petróleo o productos petroleros a cualquier jurisdicción que no sea Estados Unidos y llevar a cabo transacciones con empresas controladas por compañías de la Federación Rusa o realizar operaciones con personas sancionadas por Washington.

Venezuela produce poco más de un millón de barriles diarios de petróleo, 200 mil de los cuales provienen de la operación de Chevron y tenían como destino Estados Unidos. Según analistas, la medida reducirá la oferta de dólares en el mercado cambiario del país acelerará la depreciación de la moneda local, el bolívar.

Estados Unidos pretendiendo hacer un daño al pueblo venezolano, se está inflingiendo un perjuicio al causar incremento en el precio de los combustibles y afectar la seguridad jurídica de las inversiones de sus empresas en el extranjero, afirmó Delcy Rodríguez, vicepresidenta venezolana y ministra de Hidrocarburos.

Maduro ordenó la activación de un plan de independencia productiva absoluta para que la industria de hidrocarburos y la economía del país sigan su recuperación estable y diversificada, informó Rodríguez.

El presidente estadunidense, Donald Trump, aseveró que la decisión responde a la falta de condiciones en las que tuvo lugar la relección de Maduro en julio pasado, pero también acusa al mandatario de no recoger de Estados Unidos a migrantes venezolanos en situación irregular al ritmo que habían acordado.

Por otra parte, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, denunció que el secretario estadunidense de Estado, Marco Rubio, quien se desempeña de director interino de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), emplea el dinero de los contribuyentes en programas subversivos contra la isla caribeña.

Aseveró que la Usaid fue una fachada para subvertir el orden constitucional en la nación caribeña, tareas en las que invirtió más de 120 millones de dólares entre 2007 y 2013.

Mientras el gobierno estadunidense anuncia un recorte de 90 por ciento de fondos a la Usaid (más de 54 mil millones de dólares), su administrador interino, en línea con su corrupta agenda personal, opta por emplear dinero del contribuyente en programas subversivos contra Cuba y no en desarrollo internacional, escribió el canciller Bruno Rodríguez en su cuenta de X.