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Proclama el presidente éxitos rotundos, en medio de la carestía y el repudio de la mayoría

La cúpula económica estadunidense desaprueba aranceles a países vecinos

Corresponsales
Periódico La Jornada
Miércoles 5 de marzo de 2025, p. 28

Washington y Nueva York. El presidente Donald Trump tomó el podio ante el Congreso –en una semana durante la cual se declaró rey– proclamando un éxito rotundo y sin precedente en reducir la inmigración, reformar el gobierno federal, ampliar aranceles y reafirmar el poder estadunidense en el mundo, en su misión de hacer grande otra vez a Estados Unidos, pero su país enfrenta las primeras consecuencias de sus políticas económicas, mientras encuestas nacionales registran que una mayoría desaprueba su gestión.

Trump proclamó lo que considera triunfos absolutos –jamás reconoce un revés y menos un error–, pero ayer mismo las pérdidas en la Bolsa de Valores borraron por completo todos los avances desde el día de su elección, y la cúpula económica del país expresó abiertamente su desaprobación a los aranceles contra México, Canadá y China que este martes entraron en vigor.

Y el presidente triunfante, al ofrecer su primer discurso sobre sus logros ante el Congreso y el país, tiene la tasa de apoyo más baja de todos los mandatarios desde 1953, según Gallup.

Ante la sesión conjunta de ambas cámaras del Congreso, Trump envió su mensaje de que está renovando el sueño americano con el mandato de lo que siempre insiste en que fue un triunfo electoral abrumador –lo cual es falso (sólo 30 por ciento del electorado votó por él). Pero ese mensaje –sobreasegurando las fronteras, promoviendo la paz en Ucrania y Medio Oriente, y resucitando a America– no estaba dirigido a los legisladores, sino a las decenas de millones que escuchaban en todo el país.

Trump necesita que sus bases permanezcan activas –de hecho, su presidencia es acompañada de un tipo de campaña política diaria– para mantener la presión sobre el Congreso y lograr la aprobación de sus reducciones de impuestos a los ricos y el intento de desmantelar y reducir dramáticamente el tamaño de la burocracia federal.

También necesita mantener un férreo control sobre su partido, y los legisladores republicanos –muchos con temor real de atreverse a cuestionar a su jefe– aplaudieron con aparente gran emoción cada proclamación de Trump anoche. Pero eso no oculta que muchos de ellos enfrentan preocupaciones por los efectos de las políticas impulsadas por el magnate. Por ejemplo, varios legisladores de estados agrarios están alarmados por las consecuencias de los aranceles sobre granjeros en sus distritos, mientras otros miden cómo la combinación de mayor inflación, reducciones en servicios de salud y otros apoyos para trabajadores y pobres afectarán sus probabilidades de elección.

Durante su campaña, Trump prometió poner fin a la inflación, reducir el precio de gasolina y el huevo, entre otros productos básicos, pero los precios se están incrementando. La tarde de ayer, la cadena de televisión más fiel a Trump, Fox News, trasmitió a un reportero junto a un vehículo de lujo en una concesionaria de automóviles, informando que ese carro costaba 80 mil dólares la semana pasada, y que hoy, por los aranceles de Trump a México y Canadá que ya entraron en vigor, cuesta 100 mil. Otros reportaban que el precio de gasolina se incrementará unos 40 centavos en los próximos días y que los precios de productos en los comercios podrían subir 24 por ciento.

Pero los hechos y los datos casi nunca han obstaculizado un discurso de Trump. La meta no es tanto compartir información, sino moldear propaganda de tal manera que facilite su intento de rehacer el sistema político estadunidense de manera nunca antes vista en Estados Unidos. Con esa meta, por lo menos anoche, salió triunfante del Capitolio.

Mientras, por todo el país, protestas en repudio al mandatario y su equipo se expresaron en mítines y marchas en decenas de ciudades y parques, incluso frente a concesionarias de Tesla, la empresa automotriz de Elon Musk, el hombre más rico del mundo, quien es el principal cómplice del mandatario.