Roma. El papa Francisco sufrió dos nuevos episodios de crisis respiratorias agudas ayer y le colocaron nuevamente en ventilación mecánica no invasiva, en otro contratiempo en su batalla contra la neumonía, informó el Vaticano.

Los médicos extrajeron copiosas cantidades de moco de sus pulmones durante dos broncoscopias; le introdujeron un tubo con cámara en las vías respiratorias con un aspirador en la punta para succionar el líquido. El Vaticano dijo que el moco era la reacción de su cuerpo a la infección original de neumonía y no una nueva, dado que las pruebas de laboratorio no indican ninguna otra bacteria.

Jorge Mario Bergoglio permanece alerta, orientado y coopera con el personal médico. El pronóstico sigue siendo reservado. Los médicos no indicaron si permanecía en condición estable, aunque se refirieron a las crisis en tiempo pasado, lo que sugiere que ya habría terminado.

Las crisis fueron un nuevo contratiempo en lo que se ha convertido en una batalla de más de dos semanas para el Papa de 88 años, que padece de enfermedad pulmonar crónica y a quien, de joven, le extrajeron parte de un pulmón para superar una infección respiratoria compleja.

El líder espiritual de mil 400 millones de católicos en el mundo se encuentra en el hospital Gemelli desde el 14 de febrero por una bronquitis, que derivó en una doble neumonía.

El Papa había estado recibiendo fisioterapia respiratoria para mejorar la función de sus pulmones. Pero la acumulación de secreción en sus pulmones era una señal de que no tiene tono muscular para toser lo suficientemente fuerte como para expulsar el moco.

El Vaticano ha defendido la decisión de Francisco de recuperarse fuera de la vista pública. Pero ayer, uno de sus amigos más cercanos en el Vaticano, el arzobispo Vincenzo Paglia, lo instó a dejar que su voz se escuchara, con el argumento de que el mundo lo necesita.

Necesitamos hombres como él que sean verdaderamente universales, sostuvo Paglia después de una conferencia de prensa en la que se lanzó la asamblea anual de la Pontificia Academia para la Vida, la academia de bioética del Vaticano, que tiene como tema de este año ¿El fin del mundo?

Francisco escribió un mensaje a la asamblea en el cual lamentó que las organizaciones internacionales sean cada vez más ineficaces para combatir las amenazas que enfrenta el mundo y sean socavadas por actitudes miopes preocupadas por proteger intereses particulares y nacionales. Estaba fechado el 26 de febrero y firmado desde el Policlínico Gemelli.

La enseñanza católica sostiene que la vida debe ser defendida desde la concepción hasta la muerte natural. Insiste en que los pacientes con enfermedades crónicas, incluidos aquellos en estado vegetativo, deben recibir cuidados ordinarios como hidratación y nutrición, pero los cuidados extraordinarios o desproporcionados pueden suspenderse si ya no son beneficiosos o sólo prolongan una vida precaria y dolorosa.

Francisco articuló eso en una reunión del cuerpo de bioética de Paglia en 2017, al considerar que no había obligación de recurrir en todas las circunstancias a todos los remedios posibles. Añadió: esto hace posible una decisión que se califica moralmente de retiro de tratamiento excesivo.