Retiene el título gallo del CMB
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Martes 25 de febrero de 2025, p. a12
David Cuéllar, a quien apodan El General, perdió su primera batalla. Viajó a Japón para disputar el título gallo del Consejo Mundial de Boxeo, pero el defensor era un verdadero problema, el nipón Junto Nakatani, quien defendió con la autoridad que se esperaba y lo noqueó en tres episodios en la arena Ariake de la ciudad de Tokio. Es la primera derrota del joven de 23 años nacido en Querétaro.
Cuéllar dijo antes de esta experiencia en Asia que era la pelea de sus sueños. Significaba la oportunidad que anhela todo boxeador por disputar un campeonato del mundo. Sin importar lo que implica viajar a Japón, donde los retadores han reconocido que hacer esos tránsitos ya es ofrecer una ventaja a los locales, El General emprendió la ruta hacia la prueba más difícil de su carrera.
La llamó la pelea de sus sueños porque, en caso de ganar, representaba entrar en la élite del boxeo y por lo tanto de aspirar a mayores ganancias en el futuro.
Pero enfrente tuvo a un campeón demoledor, con títulos en tres divisiones y que ha ganado sus cuatro combates en peso gallo, incluida la victoria sobre Cuéllar, por nocaut técnico.
Con esos antecedentes, quedó constancia de que Nakatani es un candidato a dominar la categoría gallo y ha expresado su ambición de buscar otros cinturones, de la OMB, AMB y FIB, todos defendidos por japoneses.
Durante dos episodios, Cuéllar intercambió golpes ante el incansable campeón, combinaciones veloces que anticipaban un duelo cerrado y emotivo.
Cuéllar quiso dejar en evidencia que iba con valentía y rapidez. Sin embargo, el campeón, de guardia zurda, lo alejaba con un jab muy efectivo para cobrar distancia e imprimir mayor fuerza a su sorpresiva izquierda, que le pasó zumbando al mexicano en varias ocasiones.
Hasta el segundo episodio, el connacional tuvo visos de que podía ser un contendiente recio, aunque estaba atento para el contragolpe, se percibía el peligro. Al atacar, Cuéllar bajaba la guardia y quedaba a merced de esa zurda enemiga que pasaba rozando por su rostro continuamente.
Nakatani es un peleador aguerrido y complejo y en el tercer asalto ya no dio respiro a Cuéllar; lo castigó en el cuerpo para hacerlo descuidar la zona del rostro. Entonces atizó con velocidad y por fin impactó una zurda a la mandíbula del mexicano, a quien derribó. El General se levantó para continuar la pelea, pero de nuevo fue sorprendido por la izquierda del japonés, que lo puso contra las cuerdas y terminó por irse de espaldas otra vez a la lona. Sentado y confundido, intentó ponerse en pie, pero lucía superado de verdad.
El réferi Michael Griffin lo miró con compasión y no permitió que siguiera el combate. El mexicano bajó la cabeza y se levantó ayudándose de las cuerdas como si fueran una escalera para salir de un pozo profundo, donde quedó hundido el sueño de ser campeón la madrugada de este lunes en Japón.