Lunes 24 de febrero de 2025, p. 21
El Banco de México (BdeM) tiene espacio para bajar aún más la tasa de referencia, que determina el costo del crédito con el que se financian empresas y personas, debido a que el proceso de desinflación en el país va bien, porque el traspaso a precios de una depreciación del peso frente al dólar es casi nulo y a que la economía nacional depende menos de los flujos financieros extranjeros, afirmó Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA en México.
Durante su participación en el arranque de la sexta temporada de Análisis Biva, el especialista explicó que tanto la inflación general como la subyacente, que determina su trayectoria a largo plazo, se ubicaron en 3.6 por ciento anual en enero, que es más o menos el nivel de antes de que empezara el proceso inflacionario.
Para mi punto de vista el episodio inflacionario que se vivió en México y en otros países, pero en especial en el caso de México, ha concluido. Es cierto que la inflación no está en 3 por ciento, pero nunca ha estado en ese nivel por cuestiones estructurales.
Serrano comentó que la tasa neutral, la que ni restringe y ni estimula la economía debe estar máximo en 3 por ciento, mientras la tasa observada está en 6.5; es decir, se tiene una tasa real de más del doble que la neutral, eso significa que el BdeM tiene mucho espacio para bajar la tasa, aun cuando la Reserva Federal en Estados Unidos se detenga (casi toda la primera mitad de 2025).
Con miras a que la autoridad monetaria mexicana recorte medio punto porcentual la tasa de referencia en marzo, para llegar a 9, el economista de BBVA describió que el tipo de cambio se ha depreciado 20 por ciento desde junio de 2024 a la fecha y no ha generado mayor inflación, pues el traspaso ha aminorado mucho en años recientes y en épocas de menor crecimiento es casi nulo.
Agregó que las empresas aprendieron la lección de las exposiciones cambiarias por medio de derivados fuera de Bolsa durante la crisis de 2008-2009, y que dejó a varios en procesos de insolvencia, por lo que actualmente no hay descalces cambiarios significativos.
El tipo de cambio se depreció más de 20 por ciento y no le pasó nada a los corporativos, ni a la inflación. El Banco de México ha visto que los posibles impactos en precios y estabilidad financiero son limitados por la estabilidad financiera.