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Me gusta que mi pintura no se pueda explicar con palabras, dice Samara Colina

La artista expone Pulpa, integrada por dos series, en la galería RAB 63 // En su obra, propone imaginar un espacio en el que deseo y goce se desborden

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▲ En entrevista, Colina describió que pensó en la Capilla Sixtina, con todos los cuerpos flotando, e imaginó su propia capilla de gozo.Foto Alondra Flores Soto
 
Periódico La Jornada
Lunes 24 de febrero de 2025, p. 4

La pintora Samara Colina (Guanajuato, 1992) propone imaginar un espacio donde el deseo y el goce puedan desbordarse, en un contexto histórico en el que el cuerpo desnudo encierra discursos sobre jerarquías, poder y cuestiones de género.

En entrevista, la artista describió que pensó en la Capilla Sixtina, con todos los cuerpos flotando, y entonces imaginó su propia capilla de gozo, en la que se recupera la posibilidad de sentir deseo a partir de formas desde la intuición y el impulso, dejando atrás la historia católica y masculina del arte.

El resultado de este ejercicio pictórico se presenta en la exposición Pulpa, en la galería RAB 63, muestra de su producción más reciente, en la que analiza los arquetipos de buena mujer que son retomados en los escudos de cada entidad de la República Mexicana, en los cuales la imagen institucional se presenta como entregadas, incondicionales y negadas a su deseo.

La pequeña galería autogestiva, ubicada en la colonia Santa María La Ribera, fue intervenida por la artista, quien pintó los muros con colores oscuros y algunas transparencias con formas de cuerpos femeninos, con el fin de provocar la idea de estar en una cueva sombría.

Me gustaba pensar en una caverna, conectando con la tierra, en un espacio femenino y dejando ver mi cuerpo, conversó junto a sus cuadros, en los que retoma la idea del hueso de la pelvis: es una manera de pensar que estoy dejando ver al espectador a través de mi cuerpo y mi deseo.

Anayeli Contreras, encargada de la curaduría, lanza una invitación al espectador para redescubrir el placer de ocupar la piel e imaginar un mundo en el que el cuerpo no sea un territorio colonizado, sino un espacio soberano repleto de goce, creatividad y libertad.

La dualidad entre deseo y goce encuentra su territorio de expresión en el cuerpo que ha sido tema pictórico recurrente de Samara, ya que alberga afectos, intereses, deseos, prejuicios, miedos, dinámicas y tensiones que documentan la evolución de la sociedad y las contradicciones de la moral pública y privada, como estableció la curadora en el texto de la muestra.

Para Samara Colina, un referente principal es Georgia O’Keeffe, artista estadunidense conocida por sus pinturas de flores y los paisajes de Nuevo México. Ella nunca estableció que sus pinturas fueran sobre el deseo sexual. Esas son interpretaciones que han hecho historiadores del arte, aunque sí son formas fuera de lo cotidiano que me parecen muy sensuales.

El tema que explora en Pulpa es un cuestionamiento de muchas artistas en este momento. Es un poco como el porno feminista, conectado a decir que tenemos derecho al deseo sexual, pero no son las formas que nos han venido enseñando. Tenemos que descubrir e inventar más, seguir intuiciones e impulsos.

En la galería RAB 63 se presentan dos series. Una se titula Tengo sed de mí, en las que analiza y desfragmenta los escudos de la República Mexicana. Al analizar los símbolos, encontró que las figuras femeninas están representadas solamente en seis. En la segunda aborda la capilla-caverna del deseo.

Este trabajo reciente continúa de alguna manera los cuestionamientos que hizo en la ciudad de Guanajuato, donde exploró los monumentos. En ese entonces, le pareció muy fuerte simbólicamente la glorieta de la Santa Fe, con una mujer desnuda y con los ojos vendados. Al observar los escudos de las entidades, se repetía que la mayoría retoman figuras masculinas, que son personajes históricos y heroicos. En cambio, las femeninas son cuatro vírgenes, así como dos desnudas y anónimas.

En los cuadros abstractos y con colores terracota retomó elementos católicos y plasmó estas figuras femeninas desde los propios deseos y fantasías. Son cinco cuadros, pero de una sola escena, en la que están la Virgen María de Zacatecas, la de Guadalupe de Hidalgo, de Asunción en Aguascalientes, la Santa Fe de Guanajuato y dos mujeres de Tabasco y Baja California.

Me interesa que mi pintura sea muy sensorial, que la veas en vivo, percibas las texturas y que no se pueda explicar del todo con palabras, señala de la exposición que estará abierta al público hasta el 26 de febrero, en Doctor Enrique González Martínez 63, colonia Santa María La Ribera. También se hacen visitas guiadas enviando un mensaje directo a las redes sociales de la galería RAB 63 o a las de Samara Colina.