La obra busca crear un mundo primitivo con conflictos actuales
, dice el dramaturgo Enrique Singer // Se monta en el teatro El Galeón del CCB
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Viernes 14 de febrero de 2025, p. 3
Una penumbra envolvente recibe al espectador en el teatro El Galeón Abraham Oceransky del Centro Cultural del Bosque (CCB). Tres plataformas configuran el espacio: una evoca las escaleras de un palacio, las otras sugieren distintos puntos de un mismo mundo trágico.
La atmósfera se llena de percusiones profundas, timbales vibrantes y ecos lejanos de antiguas batallas. En ese entorno sonoro transcurre la puesta en escena La niña en el altar, reinterpretación de la tragedia griega que anoche ofreció una función para la prensa e invitados especiales.
El elenco, compuesto por Marina de Tavira, Alberto Estrella, Emma Dib, Everardo Arzate, Yessica Borroto y Salvador Sánchez, da vida a una historia que pone en el centro la subordinación femenina al poder masculino.
En entrevista con La Jornada, Enrique Singer, director de la obra, detalló que el montaje busca crear un mundo primitivo con conflictos contemporáneos
, propósito que se logra debido al texto de la dramaturga irlandesa Marina Carr, la traducción de Alfredo Michel Modenessi y un equipo técnico de alto nivel.
Singer, quien se encontraba en la butaca más alejada, dando instrucciones de iluminación junto a su equipo técnico, destacó que el principal desafío fue fusionar dos tipos de dramaturgia: “Los actores no sólo narran la historia: también la viven intensamente en escena. Aunque la trama se desarrolla en un tiempo arcaico, los conflictos que aborda siguen resonando con fuerza en la actualidad.
“La obra de Marina Carr aborda el mito de Ifigenia e invita a una reflexión sobre el patriarcado, la guerra y el deseo. Nos propusimos ser fieles al espíritu de la obra. Carr toma elementos de La Orestíada, especialmente de Agamenón, y de Ifigenia en Áulide, de Eurípides, para crear una ficción sobre lo que ocurrió entre Clitemnestra y Agamenón desde su regreso de Troya hasta su asesinato.”
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Revisitar un clásico
La trama se inicia con el regreso de Agamenón tras una década de guerra, y no regresa solo: lo acompaña Casandra, una joven troyana, mientras Clitemnestra, su esposa, es relegada al harén. Desde ese confinamiento, presencia la muerte de su hija, fruto de su relación con Egisto. La venganza, de forma sutil y gradual, comienza a gestarse en las sombras.
La escenografía e iluminación de Víctor Zapatero modelan un espacio evocador donde los diseños de vestuario de Eloise Kazan, la composición y diseño de audio de Edwin Tovar y el trabajo de maquillaje y peinados de Cinthia Muñoz fortalecen la atmósfera.
La obra presenta un mundo primitivo con conflictos contemporáneos, a través de un discurso que fusiona la tradición oral con la dramaturgia actual
, concluyó Singer. En este contexto, la dramaturga Marina Carr revisita la tragedia clásica y la reformula desde una perspectiva feminista. La historia de Clitemnestra y su sed de justicia se convierte en un reflejo de una estructura social en la que las mujeres han sido tratadas como piezas de cambio.
Al finalizar la función, que recibió ovaciones prolongadas, una espectadora, estudiante de teatro, destacó la actuación del elenco, aunque mencionó algunos momentos monótonos. Sin embargo, poco a poco, la historia gana fuerza a través de contrastes amorosos, justicieros, éticos y contradictorios, como la vida misma
, comentó.
La niña en el altar, producida por Incidente Teatro en colaboración con la Coordinación Nacional de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, y otras instancias, dará funciones los jueves, viernes y sábados a las 19 horas, y los domingos a las 18, en el teatro El Galeón Abraham Oceransky del CCB (Reforma y Campo Marte). La temporada finaliza el 3 de marzo.