Lunes 10 de febrero de 2025, p. 22
La inflación general de enero de 2025 registró su menor nivel desde el primer mes de 2021, dándole respiro a los segmentos más vulnerables de la población en México, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El índice nacional de precios al consumidor (INPC) se ubicó en 3.59 por ciento anual en enero, un mínimo de cuatro años. De acuerdo con la clasificación del consumo individual que elabora el Inegi, la inflación para las familias de menores ingresos (hasta un salario mínimo, 278.80 pesos diarios) fue de 2.41 por ciento anual en enero de 2025, por debajo de la inflación general a nivel nacional.
Con ello, la inflación de los individuos de menores ingresos registró su mejor nivel desde diciembre de 2019, cuando alcanzó un alza de 2.38 por ciento anual.
Además de ligar tres meses consecutivos de disminuciones, la menor inflación se explicó por la caída anual de los precios de alimentos y bebidas no alcohólicas, de 0.60 por ciento, tras haber reportado un aumento en diciembre de 2.83 por ciento anual. La reducción de las bebidas alcohólicas, tabaco y estupefacientes, al pasar de 3.19 por ciento en diciembre a 2.95 por ciento anual en enero.
El componente de la vivienda disminuyó de cuatro por ciento anual en diciembre de 2024 a 3.87 por ciento en enero. La salud, la recreación, restaurantes y servicios de alojamiento subieron 5.54, 3.57 y 7.87 por ciento, respectivamente.
En tanto, el alza del costo de la vida fue mayor para el grupo de más altos ingresos en enero.
El INPC para los que tienen ingresos de más de seis salarios mínimos fue de 3.73 por ciento en el primer mes del año.
Según estadísticas del Inegi, el INPC para los hogares con mayores ingresos (superior a seis salarios mínimos) fue el más alto entre los grupos analizados, ante el encarecimiento de los productos del hogar, la salud y los restaurantes.
Entre uno y dos salarios mínimos, la inflación fue de 3.04 por ciento; y para entre tres y seis salarios, 3.58 por ciento.
Las cifras de inflación de enero, mostraron una desaceleración importante, sobre todo por una caída inesperada en el componente de frutas y verduras, pero también por menores presiones en los servicios.
Para los siguientes meses, la inflación presenta un balance de riesgos sesgado al alza, destacando el de posible impacto medidas arancelarias entre México y Estados Unidos y un posible traspaso en precios ante una mayor depreciación; sin embargo, el riesgo de una debilidad económica de más amplitud podría presionar los precios a la baja ante una menor demanda
, prevé Eduardo Suárez, vicepresidente de análisis económico para América Latina de Scotiabank.