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Convidan las Esencias de la pintura japonesa

Yayoi Kawamura y Pilar Cabañas Moreno asumieron la titánica tarea de explicar la evolución de este arte

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▲ Estampa conocida como Gran ola de Kanagawa, del pintor Katsushika Hokusai, realizada entre 1830 y 1833, durante el periodo Edo.Foto tomada de Wikimedia Commons
 
Periódico La Jornada
Jueves 30 de enero de 2025, p. 3

La pintura japonesa es una de las más emblemáticas del mundo, y comprender su evolución es complicado debido al gran número de influencias y materiales que se utilizan. Sin embargo, el libro Trazo y color: Esencias de la pintura japonesa logra romper esa barrera y hacer más sencillo su entendimiento.

Escrito por las maestras Yayoi Kawamura y Pilar Cabañas Moreno, y editado por Satori, el libro realiza la titánica tarea de hacer de un ejercicio visual, un trabajo de simplificar la enrevesada historia del arte pictórico japonés.

En entrevista con La Jornada, Kawamura explicó que este libro es el trabajo de muchos años de Pilar y mío. Lo quisimos llenar de recuadros y detalles para que los lectores pudieran comprender las técnicas y la forma de trabajo de los artistas.

En la introducción se hace una recapitulación de los periodos de la historia japonesa, desde el Kofun (en el siglo III), en el que aparecen representaciones pictóricas primitivas en túmulos funerarios, hasta la dinastía Meiji (que se inicia en 1868), cuando Japón decide reabrir sus fronteras al mundo tras permanecer aislado más de dos siglos.

Nuestra intención fue que este libro no tenga que leerse linealmente, sino simplemente puedes abrir cualquier capítulo o decidir qué corriente quieres estudiar y listo, tienes todo claro para entender cómo trabajaban los artesanos, comentó la también especialista en arte japonés de la Universidad de Oviedo.

A pesar de su aislamiento, la pintura japonesa pasó por un proceso complejo. Hubo influencias que permitieron muchos cambios; el primero fue por su cercanía con China; un segundo sería la llegada de una religión extranjera que permeó la historia del país en todos sus ámbitos: el budismo.

Creo que sin duda el periodo más importante de cambios en el arte antiguo fue la interpretación del budismo que provenía de India. A partir de ahí hay un énfasis y un avance en el arte escultórico para hacer estas gigantescas estatuas; además comienzan a trabajar la laca y también estas pinturas sencillas y minimalistas sobre la divinidad y la meditación, comentó Kawamura.

Posteriormente, el arte pictórico japonés cambió su visión para apegarse al militarismo feudal. El choque de los reinos y clanes que lucharon por unificar el archipiélago a su manera fue plasmado en pinturas y acuarelas. Los periodos de paz fueron pocos y por ello el centro del arte fue mostrar estos enfrentamientos que retoman un sentido épico.

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▲ Retrato de Ichimura Takenojo y Sanjo Kantaro perteneciente a la serie Actores, de Okumura Toshinobu.Foto tomada de Wikimedia Commons

En el periodo Edo, con el shogunato de los Tokugawa, se enfoca más en el estilo de vida de la élite japonesa, aunque poco a poco refleja el estilo de vida de las clases populares. Esto generó una reflexión social, pues las fronteras niponas estaban cerradas al mundo y los artistas se enfocaron en plasmar más su identidad.

Con obras como La gran ola de Kanagawa y Hojas de otoño, el libro enseña a identificar el tipo de los trazos, los pinceles y las herramientas usadas en cada época, así como las características de las corrientes.

De las imágenes clásicas que se analizan en este libro se destaca su aportación e innovación al arte de su tiempo. Desde la técnica que se utilizó, el año de creación y el recinto en el cual se encuentran las piezas.

Yayoi Kawamura comentó: nuestro objetivo no sólo es enseñar sobre las obras maestras de forma individual, sino su evolución. ¿Cómo nació esta corriente? ¿Cómo va fusionando una manera de pintar con otra?

El libro desmenuza las técnicas de los periodos Yamato-e, Suibokuga, Kano, Rimpa y Ukiyoe, entre otros. Muchas de estas corrientes se vieron también influidas por los cambios arquitectónicos que tenían en diferentes etapas: El arte forma parte del espacio de vida de las personas y por eso permeó mucho en las piezas que realizaban, observa Kawamura.

Uno de los puntos que rescata la experta es precisamente el trabajo de laca, material que une a Japón con México, aunque este último aún estaba en el periodo colonial bajo el mandato español. Sin embargo, pintores del virreinato utilizaron este material para trabajar, el cual provenía de tierras niponas.

La especialista explicó que la técnica de la acuarela fue la favorita de los japoneses, ya que el papel de allá era mucho más suave, algo ideal para ese tipo de pintura, además de que estar rodeados por el mar les significaba algo especial. El óleo no permeó como tal sino hasta tiempos modernos. El arte japonés fue motivo de euforia entre los coleccionistas europeos y se creó un aura de misticismo que permanece hasta ahora, concluyó.