Desde hace dos años se realiza este encuentro de entusiastas de la cámara el último sábado de cada mes
Lunes 27 de enero de 2025, p. 4
Se sabe que detrás de una imagen hay una historia y un momento vivido. Personas de diversas edades, que tienen esa pasión por capturar con un clic la realidad, acudieron la tarde del sábado al Trueque Fotográfico organizado por el Museo Archivo de la Fotografía, para compartir y obsequiar un tesoro de recuerdos y emociones.
En mesas instaladas en una de las salas del recinto museístico, los participantes colocaron las impresiones que llevaban para intercambiar.
Omar, de 31 años, fue uno de los primeros en llegar, ya que ha participado en trueques anteriores; incluso, se encarga de explicar la dinámica a quien asiste por primera vez. Lleva 15 fotografías y otras más por si se requieren regalar a gente que entra al museo y desconoce lo del intercambio. Sus imágenes son variadas, desde personas que participan en desfiles con motivo del Día de Muertos, hasta esculturas, aviones, autos antiguos y muñecos.
Empecé a tomar fotografías con mi celular, como pasatiempo; un día alguien me dijo que mis fotos estaban bonitas, lo cual me animó a comprar una cámara, y así salí a caminar, a conocer lugares y, obviamente, a platicar con muchas personas; aunque no hago muchos retratos, como me gustaría, sí tiene mucho que ver el trato con la gente para intentar contar una historia
, comparte el joven.
Sobre la actividad de captar la esencia de un momento, varios de los participantes, la mayoría varones, comentaron que lo hacen porque les gusta, se consideran muy observadores
y disfrutan intercambiar comentarios. Entre ellos se dan consejos y logran una retroalimentación. Todos están conscientes de que lo hacen como actividad recreativa.
En este primer Trueque Fotográfico de 2025, las personas que no son profesionales de esta actividad aseguran que capturar imágenes es una forma de recordar y preservar los momentos importantes de la vida. Les gusta captar la esencia de su día a día, ya sea en la calle, en la familia o en la naturaleza. Cada imagen es un recuerdo de un momento específico, una historia que se puede contar y compartir.
Capturas momentos que perduran en la memoria; eso me encanta de la fotografía, porque muchas veces con el tiempo olvidamos esas experiencias. Tengo una serie de fotos que le hice a mi mamá antes de que partiera; también le he tomado fotos a mi papá, quien es músico autodidacta, y me gusta retratarlo. Recomiendo a la gente le haga fotos a su familia
, comenta Daniel Rodríguez, de 40 años.
Digital, o en rollo, es un recuerdo
A diferencia de otros participantes, Rodríguez saca fotos en filme, con una cámara de rollo, porque considera que esas imágenes tienen más textura
, y hasta cierto punto le parece nostálgico. Además, recordó que en 2022, una de sus imágenes obtuvo el primer lugar en un concurso, por eso está convencido de que al final las fotos son recuerdos, sin importar con qué tipo de cámara se capturen los momentos. A veces pienso que estaría padre que alguna de las personas que he llegado a fotografiar después de algunos años encuentre la imagen y recuerde ese momento que a lo mejor ya olvidó
.
Las fotografías de aficionados, en este trueque fotográfico, son reflejo de la vida cotidiana, testimonio de los momentos y las historias que se viven en la cotidianidad. Son un tesoro de recuerdos que pueden ser compartidos y disfrutados por todos, y suelen decir mucho sobre la persona que las captó y la historia que guardan.
Los colores, la composición, la luz y la sombra pueden revelar la personalidad y el estilo del fotógrafo. Una imagen puede ser una ventana al alma de quien la obtuvo, así como un reflejo de sus intereses, sus pasiones y sus valores.
Elizabeth Reyes, responsable de las actividades de difusión del Museo Archivo de la Fotografía (calle República de Guatemala 34), indicó que el trueque que se realiza desde hace dos años, el último sábado de cada mes, es un espacio abierto para aficionados y profesionales donde los participantes pueden llevar entre cinco y 15 fotos impresas que reflejen su pasión por captar momentos especiales o paisajes. La finalidad es generar un intercambio de conocimiento y técnicas
.
Entre las imágenes que formaron parte del trueque sobresalieron paisajes, por ejemplo, el atardecer en una playa, que transmitía tranquilidad, serenidad y un poco de nostalgia.
También había algunas capturas de flores, con su fragilidad, pero al mismo tiempo su belleza. La feminidad y elegancia estuvo representada en un par de zapatos de tacón, cuyo autor compartió que le llamó la atención el reflejo de los tacones en el suelo.
Cada imagen puede tener un significado y un impacto único, dependiendo del contexto y de la perspectiva del espectador, pero al final son un recordatorio de que la vida es un momento precioso que debe ser capturado y preservado, y que las imágenes son un medio para contar historias y compartir experiencias.