Domingo 26 de enero de 2025, p. a11
Melbourne. Cuando Madison Keys ingresó al Rod Laver Arena para la final del Abierto de Australia, pasó justo al lado de la Copa Memorial Daphne Akhurst, el trofeo que se entrega a la campeona femenina y que estaba colocada en un pedestal cerca de la entrada a la cancha.
Keys no perdió el ritmo. No se detuvo a mirar. Luego, el trofeo fue colocado cerca de la red para lanzar la moneda poco antes del partido, lo más cerca posible donde se encontraba la estadunidense. También allí estaba su oponente, la número uno mundial, Aryna Sabalenka , dos veces campeona defensora en Mel-bourne Park, que no le pondría las cosas fáciles.
Exactamente dos horas y media –y una victoria 6-3, 2-6, 7-5 – más tarde, allí estaba Keys, sonriendo mientras sostenía la copa de plata con ambas manos. Campeona de Grand Slam por primera vez a los 29 años. Madison fue considerada una futura estrella antes de ser una adolescente y esta era su segunda oportunidad de pelear por un título importante: la primera terminó en una derrota desigual en el Abierto de Estados Unidos 2017, una experiencia que le enseñó que tendría que jugar a pesar de los nervios.
“Llegué al punto en el que me sentía orgullosa de mí misma y de mi carrera, con o sin un Grand Slam. Finalmente me parecía bien que no sucediera. No lo necesitaba para sentir que había tenido una buena carrera o que merecía se hablara de mí como una gran tenista”, dijo. “Siento que finalmente dejar de lado ese tipo de discurso interno me dio la capacidad de salir y jugar un tenis realmente bueno para ganar un Grand Slam”, comentó.
Keys, nacida en Illinois y residente en Florida, es la mujer de mayor edad en ganar un Grand Slam por primera vez desde Flavia Pennetta, que tenía 33 años en el Abierto de EU de 2015. Esta fue la participación 46 en un torneo de este nivel para Keys, la tercera mayor cantidad antes de ganar un título importante femenino, sólo detrás de la 49 de Pennetta y las 47 de Marion Bartoli, cuando ganó Wimbledon en 2013.
Al terminar, la estadunidense se cubrió la cara con las manos y levantó los brazos. Poco después abrazaba a su esposo, Bjorn Fratangelo, quien ha sido su entrenador desde 2023, y a otros miembros de su equipo, antes de sentarse al costado del campo y reír.
Sabalenka arrojó su raqueta, se cubrió la cabeza con una toalla y abandonó la cancha, antes de regresar para la ceremonia posterior.
Sólo necesitaba ese tiempo para mí, para desconectarme, olvidar y ser respetuosa
, explicó Sabalenka más tarde.
Así de reñido fue el resultado: Keys ganó sólo un punto más que Sabalenka, 92-91. Ambas terminaron con 29 tiros ganadores.
No siempre creí que podría volver a este punto
, dijo después de beber champán en su conferencia de prensa. Pero poder hacerlo y ganar significa mucho para mí
.