fronteras de lenguajes
Domingo 26 de enero de 2025, p. 4
Me gusta cruzar fronteras de lenguajes
, reconoce el artista Marcos Límenes (Ciudad de México, 1957), quien se desenvuelve tanto en la pintura y la instalación, como en la televisión, la escenografía teatral y el diseño de museos. Ahora, acaba de ver la luz su esfuerzo literario más reciente: Dos noveletas de un pintor: Inversión térmica y Antes de la batalla (Ediciones Odradek). Ambos libros tienen gráficas que no ilustran el texto, sino que abren senderos transversales en la narración
.
Límenes puntualiza: Mi trabajo pictórico siempre ha tenido un elemento narrativo. Estoy consciente de que en la pintura hay que contenerse, no ser demasiado descriptivo y pasar a la ilustración. Cruzar esta frontera hacia la escritura combinada con la gráfica me da ciertas libertades. Exploro, investigo y experimento al igual que hago en la pintura, pero siempre manteniendo estos vasos comunicantes
.
Escribir y publicar, no obstante, constituye un reto
para el artista. De allí el título que sirve para “escudarme frente a todos mis amigos escritores y poder defenderme al decir: ‘oigan, nada más soy un pintor. No me juzguen con demasiada severidad en cuanto a técnica literaria’”. Egresado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ahora Facultad de Artes y Diseño) y de la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París, donde se especializó en grabado, Límenes no tiene formación de escritor.
Si el artista empleó el término noveleta
para referirse al par de libros en cuestión, es porque están entre un cuento largo y una novela, también larga. Me topé con el término y lo adopté de inmediato con el objeto de hacer un volumen más consistente
. Antes de la batalla, que aborda el origen de su apellido, fue escrita hace 15 años.
Inversión térmica está planteada como un road movie al estilo del director alemán Wim Wenders. Es decir, sabes dónde empiezas, pero no dónde vas a terminar
. El tema nació de un viaje al balnerario Ixtapan de la Sal, que Límenes conoció de niño, hace 50 años. Fue sacudida de nostalgia y fantasía, porque uno trastoca los hechos reales en la memoria. Regresé a casa muy motivado por esta experiencia y retomé el teclado de la computadora
.
Para esta noveleta, Límenes creó un balneario de aguas termales al que llamó Salmuera. Inversión térmica empieza como thriller, con el hallazgo de un muerto. “A medida que avanzo en esta road movie aparece una performancera que en algún momento de la lectura se pone a discutir conmigo desde un punto de vista feminista. Hago también referencias a novelas y películas que tienen aguas termales o balnearios de sanación, como la Montaña mágica, de Thomas Mann, y cintas de Tarkovsky y Antonioni. Todo este universo, pero transportado a un lugar en el centro de México”.
Su primer libro, La serpiente roja, publicado en 2008, aborda una enfermedad que tuve en la piel
. También combina texto y dibujo. Siguieron Bitácora de vuelo (2011), que es más una videonarración, y Antes de la batalla (2014), que ahora retoma. En tanto, Vestidos bajando por la escalera (2015) es un guiño a Marcel Duchamp
. Éste sólo se puede ver en forma digital, porque la narración se alterna entre palabra, dibujo y video. Escribir sirve a Límenes para expresar lo que busca evitar en la pintura: volverse narrativo y contar historias.
Si La serpiente roja se refirió a una situación personal, los subsecuentes libros son ficción, aunque “siempre incluí elementos personales que uno trata de disfrazar lo mejor posible. A esa ficción se suman cosas que uno lee, conversaciones e información de los noticieros. Mientras escribía Inversión térmica me tocó el ataque de Hamas, el 7 de octubre de 2023, luego el inicio de lo que se ha convertido en un genocidio en Gaza: de pronto, esto entró en la noveleta”.