Filmada en el desierto de Chihuahua y los Estudios Churubusco, en 1980
Sábado 25 de enero de 2025, p. 7
En la filmografía del recientemente fallecido David Lynch (1946-2025) hay una película muy mexicana: Dune, filmada en los Estudios Churubusco de la Ciudad de México y en el desierto de Chihuahua.
El cine tenía otros tiempos en la década de 1980 y los directores se podían mudar a otro país, como el caso de Lynch, quien pasó un año y medio en tierra mexicana, para materializar su visión.
El largometraje tiene como protagonistas a Kyle MacLachlan, Virginia Madsen y Sting, pero detrás hubo todo un ejército de trabajadores manuales y extras locales que colaboraron. No se trató de un éxito de taquilla y el mismo Lynch llegó a renegar de ella, pero con el tiempo se ha convertido en un filme de culto, cuya atracción ha aumentado gracias a la versión contemporánea de Denis Villeneuve.
Dune era un proyecto de Dino de Laurentiis, experimentado productor de Barbarella, La strada (La calle) y Waterloo, quien encontró en el entonces joven Lynch, director hasta ese momento de las cintas Eraserhead (Cabeza borradora) y The Elephant Man (El hombre elefante) al candidato perfecto para llevar la batuta.
La elección de rodar en México obedeció a varios factores, el país había pasado por una fuerte devaluación en 1982, lo que hacía que filmar con presupuestos en dólares fuera muy económico. Además, su geografía ofrecía un desierto, como el que cubre el planeta Arrakis de la historia de Dune, lo cual los llevó a Samalayuca en Chihuahua, al estado central de Tlaxcala y a las escaleras del estacionamiento del Estadio Azteca.
Pero la gran mayoría se rodó en los Estudios Churubusco en la Ciudad de México, con decorados muy elaborados que ocupaban la totalidad de sus foros.
No fue difícil que encontraran que México era el lugar ideal
, dijo en entrevista con Ap Armando Casas, cineasta y presidente de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas. Era lo que más convenía, estratégicamente estaba bien, no nada más era por ahorrar
.
Aunque no aparecieron en los créditos de la película, actores de renombre mexicanos fueron extras como Angélica Aragón, Honorato Magaloni, Claudia Ramírez, Ramón Menéndez y Humberto Elizondo, estos dos últimos en una escena como pilotos. Entre los mexicanos, el actor que tiene un papel más prominente es Ernesto Laguardia, quien muere a manos del barón Vladimir Harkonnen y quien posteriormente sería actor de telenovelas y presentador de televisión.
Miguel Cane era un niño actor de ocho años con experiencia profesional previa cuando por coincidencia fue elegido como extra para la película. Cane se convirtió eventualmente en crítico de cine.
El escenario para mi escena era el set del palacio de los Atreides en Arrakis, donde es la batalla final entre los personajes de KyleMacLachlan y de Sting
, señaló Cane a Ap. Para un niño de 8 años ver estas cosas era muy impresionante. Era como estar en otro mundo
.
Casas, quien entonces era un estudiante universitario de arte y literatura dramática, supo del rodaje porque estaban buscando extras altos, blancos y atléticos.
Pero sobre todo los profesionales mexicanos participaron como tramoyistas, electricistas, carpinteros, choferes y un largo etcétera. Anuar Badín fue coordinador de producción. El filme tuvo además una buena repercusión para el cine mexicano, trajo más producciones extranjeras y demostró la capacidad técnica de sus trabajadores.
Durante su estancia, Lynch dio una conferencia de prensa en la que expresó su entusiasmo por filmar en la ciudad e incluso tuvo tiempo de organizar una exposición de sus pinturas en el país. Vivió en Polanco donde presentó su obra.
El estreno del filme se recorrió de diciembre de 1983 a diciembre de 1984 en Estados Unidos. En México se estrenó en 1985 y no hubo alfombra roja, pues no se estilaba en esa época que hubiera estrenos internacionales en México. Tampoco duró mucho en cartelera en ambos países.
“Algo que él (Lynch) reconoce es que la película lo sobrepasó, como a cualquiera, una cinta de ese tamaño acaba sobrepasando a cualquiera. El fracaso de Dune le sirvió para que se reinventara por completo y nos diera cosas maravillosas como Terciopelo Azul y Twin Peaks … si a Dune le hubiera ido bien, probablemente Lynch habría hecho otras cosas. Fue un parteaguas para bien y para mal”, agregó Casas.