En los reclusorios de la Ciudad de México cientos de personas privadas de la libertad se refugian en el boxeo para salvarse. Diversos programas en el mundo han encontrado en el pugilismo un instrumento muy eficaz para combatir la violencia y prevenir el delito. Con pequeños gimnasios improvisados con apenas lo básico: algún costal de golpeo, unos guantes y manoplas, muchos internos del sistema penitenciario capitalino presumen su técnica e incluso algunos sueñan en convertirse en profesionales una vez que cumplan sus sentencias.

Tenemos grandes historias de éxito, aunque no todos se animan a practicarlo, muchos se refugian en esta disciplina como una herramienta para su reinserción en la sociedad. Para ellos, mantenerse activos dentro de la cárcel, no sólo es un recur-so para reducir sus niveles de ansiedad, sino también una forma de salvarse, detalló Nahum Mendoza, coordinador general de Ejecución Penal y Reinserción Social de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.

En nuestro país, una parte significativa de la delincuencia es generada o sufrida por jóvenes y adolescentes. Cada año, más de 70 mil de ellos ingresan a prisión y otros tantos están en riesgo de ser reclutados por grupos delictivos. La situación resulta preocupante para directivos como Óscar Contreras, presidente de la Federación Mexicana de Boxeo, quien mediante la realización de certámenes nacionales, pretende acercar el deporte de los puños a la juventud.

Aunque el boxeo pueda considerarse agresivo, los atletas terminan su pelea, bajan del ring y se dan un abrazo. Cada competidor que participa en los torneos que hacemos en todo el país es uno menos que se va a la delincuencia. Además, ellos también arrastran a su familia al deporte, por lo que la ganancia es doble, detalló.

La promoción de la actividad física en las cárceles es sólo una de las iniciativas para convertir al deporte en un instrumento para prevenir la delincuencia, abuso de sustancias y drogadicción.

Nuestro país es un campo fértil para la vinculación del deporte contra la violencia, hay otros países que nos llevan 20 años de ventaja en la implementación de programas, pero aún estamos a tiempo de cambiar y salvar vidas, consideró el investigador Fernando Segura, experto en deporte para el desarrollo, durante la conferencia nacional: Inclusión del deporte en las estrategias de prevención del delito y la violencia organizada por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.