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Las guerras comerciales que vienen
C

uando se publique este ar­tículo, Donald Trump estará siendo inaugurado como presidente de EU. En las últimas semanas, ha anunciado sus intenciones de anexar territorio e incluso otros países, bajo el pretexto de la seguridad nacional. ¿Qué hay detrás de estas advertencias? ¿Por qué un presidente de EU rompería con la tradición de la posguerra y abiertamente diría eso? Todo tiene que ver con el control del comercio y el control de los recursos que aseguren una victoria en las industrias del futuro.

Primero, el Canal de Panamá, Canadá y Groenlandia. ¿Cuál sería el propósito de anexar dichos territorios? A través de la historia, el comercio marítimo ha sido dominado, en gran medida, por quien controla los cuellos de botella. La creación de pasajes artificiales, como el canal de Suez (CS), o el de Panamá (CP) han sido fundamentales en otorgar ventajas estratégicas a los países que tuvieron su control, así como en dar una ventaja económica competitiva a quien pueda usarlos. Trump sabe que si logra controlar el CP y utilizarlo para sus intereses, puede complicar la conquista china del mercado Europeo, en particular en industrias como los vehículos eléctricos, razón por la cual busca anexarlo. Si bien dichos canales son extremadamente relevantes, en el futuro se abrirán dos nuevas rutas marítimas que tienen el potencial de cambiar la dinámica de poder en las relaciones comerciales.

Regresando a Canadá y Groenlandia, por ellos pasa una de esas rutas marítimas comerciales más importantes para el futuro, conocida como el pasaje del noroeste (PNO). Hoy, la ruta es muy complicada y poco económica, ya que gran parte del año se encuentra congelada y para navegarla, se requiere una embarcación rompehielos, por lo que no resulta la mejor opción. Sin embargo, los pronósticos climáticos son que para 2027, la ruta se encuentre totalmente libre de hielo más de la mitad del año, por lo que se convertiría en una ruta muy viable y algo extremadamente estratégico de controlar. Por ejemplo, un viaje entre el puerto de Rotterdam (Europa) y San Francisco (EU), sería 7 mil kilómetros más corto mediante el PNO que por la ruta actual del canal de Panamá. Esto se suma a que el PNO no tiene las limitaciones que el CP tiene, donde los barcos deben subir y bajar 26 metros para lo cual se usa un sistema de esclusas que los elevan y bajan de manera controlada. Esto tiene dos implicaciones. Primera, la operación del CP está condicionada a que haya suficiente agua para llenar y vaciar las esclusas y segunda, los barcos que pueden pasar por el CP, tiene una dimensión máxima que, en la actualidad ya ha sido rebasada. Los barcos más grandes del mundo, no pasan por Panamá.

La importancia estratégica de controlar el PNO para EU aumenta si consideramos que el otro gran pasaje del ártico, que tiene el potencial de remplazar al Canal de Suez, el pasaje del mar del Norte (PMN), es controlado casi en su totalidad por Rusia. Como ejemplo, un barco que sale de Rotterdam hacia Yokohama (Japón), recorrerá tan sólo una tercera parte de la distancia y ahorrará en promedio 180 mil dólares por viaje en costos de transporte, utilizando el PMN comparado con el canal de Suez. Además, un barco que usa el PMN no se enfrentará a los hutíes en el mar Rojo ni a los piratas somalíes en la costa de África.

En lo que respecta a Canadá, sería muy complicado que EU anexe el país. Lo que es más viable es que establezca bases y operaciones militares para controlar dicha ruta. La amenaza que parece más seria es anexar Groenlandia. No es la primera vez que se propone. En 1946 EU hizo una oferta formal, de nuevo en 2019, Trump intentó hacerlo. La renovada importancia de Groenlandia radica en que, además de controlar el PMO, le daría acceso a otro gran recurso estratégico para el futuro, los minerales raros, de los cuales Groenlandia tiene grandes reservas de 24 de los 32 catalogados como tales. Trump tiene dos objetivos, limitar el acceso chino a dichos recursos e imitar la estrategia de industrialización china para desarrollar capacidades.

Primero, Groenlandia había estado atrayendo mucho capital chino para su sector minero. Anexar ese territorio le daría el control de esa decisión a EU y le permitiría vetar esas inversiones. Segundo la industrialización China fue en gran parte una estrategia de control de la materia prima. Mediante restricciones a las exportaciones de esos materiales, fue logrando subir en la cadena de valor al obligar a las empresas a hacer las actividades de más valor agregado en China. Por ejemplo, las baterías de litio. China impuso restricciones al litio que podía exportarse, por lo que las empresas debieron instalar plantas para refinarlo y convertirlo en baterías, siempre acompañado de políticas de transferencia tecnológica. El acceso y control a la materia prima fue la clave. Los minerales que obtenían en otros países eran importados a China y aplicaban las restricciones. EU ya aplica esa estrategia en enriquecimiento de uranio para uso civil.

El control de esos minerales es estratégico. Sus aplicaciones van desde paneles solares, generadores eléctricos (para todas las tecnologías), motores eléctricos, y baterías, hasta sistemas de armas inteligentes, inteligencia artificial y computación cuántica. Es un error continuar con una discusión únicamente ideológica y ridiculizadora para explicar a Trump. Detrás de él, existe todo un proyecto imperialista que entiende que esta puede ser su última oportunidad de frenar el declive de su modelo.

X: @aloyub