San Salvador., Centenares de personas se congregaron ayer en el centro histórico de la capital de El Salvador para expresar su rechazo a la decisión del presidente Nayib Bukele de impulsar la explotación de la minería metálica en el país.

Sí a la vida, no a la minería, corearon los manifestantes en la céntrica Plaza Barrios, la principal de la capital, y las escalinatas de la Biblioteca Nacional, a un costado de ésta, una edificación futurista donada por la República Popular China y convertida en la principal atracción de la zona.

Ricardo Navarro, presidente del Centro Salvadoreño de Tecnología Apropiada (Cesta), afirmó durante la concentración que es un día de esperanza porque la juventud salvadoreña ha dicho basta, tenemos un país pobre, contaminado y Bukele no tiene derecho a contaminarlo más.

Una de las dirigentes del movimiento Voces del Futuro, Daniela Ferrufino, exigió a los diputados de la Asamblea Legislativa derogar la ley promovida por el gobierno para legalizar la minería en El Salvador, aprobada por la mayoría oficialista el pasado 23 de diciembre.

Como movimiento las Voces del Futuro, queremos agradecer por atender a nuestro llamado, por perder el miedo y estar aquí para defender el agua, nuestro ambiente y nuestras vidas, expresó Ferrufino a la multitud.

Más de 30 mil firmas

La manifestación coincidió con una campaña de la arquidiócesis de San Salvador para recoger un millón de firmas para pedir a Bukele la derogación de la ley, de la cual el mandatario es el principal impulsor en la nación.

El sacerdote Neftalí Ruiz informó que en las primeras horas de desarrollo de la iniciativa ya se han registrado más de 30 mil firmas de salvadoreños para expresar su repudio a la minería y reclamar al gobernante la derogación de la ley que la autoriza.

Bukele anunció la decisión de impulsar la minería a fines de noviembre pasado con el propósito de explotar los recursos del país para promover el desarrollo y obtener los fondos necesarios para descontaminar los ríos y otras fuentes de agua de la nación.

La minería estaba prohibida en El Salvador por una ley de 2017 aprobada por unanimidad por los diputados de entonces, pero fue derogada por la nueva normativa.