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Neil Gaiman niega las acusaciones de agresión sexual
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▲ Fotograma de la cinta de animación Coraline, basada en uno de los más queridos cuentos de Neil Gaiman
 
Periódico La Jornada
Domingo 19 de enero de 2025, p. 8

Neil Gaiman (Hampshire, Inglaterra, 1964), creador de la entrañable, surreal novela Coraline (2003), adaptada al cine en una película de animación (Henry Selick, 2009), así como de la narración gráfica fundamental Sandman (publicada entre 1989 y 1996 por el sello Vertigo, subsidiario de DC Comics), llevada a la televisión por la plataforma Netflix, entre otros proyectos, es acusado de abuso sexual por al menos ocho mujeres.

Las imputaciones, que incluyen agresiones diversas y sadismo, son investigadas por la policía de Nueva Zelanda, donde se habrían perpetrado en contra de Scarlett Pavlovich, ciudadana de ese país, quien alega haber padecido entre otros agravios sexuales, un intento de violación y maltrato como si fuera esclava. Similares quejas fueron expresadas por otras mujeres que aseguraron que Gaiman –ex esposo de la cantante, pianista y compositora Amanda Palmer, integrante del dueto Dresden Dolls– las obligaba a llamarle amo.

Con Sandman, Gaiman consolidó al cómic como el noveno arte, sambenito que ya se le imponía a la historieta desde la década de 1970. La serie presenta relatos que desafían convenciones narrativas, enfrentan a la hipocresía, exhiben conflictos éticos y destacan la actitud justiciera sobre la doble moral.

A partir de las denuncias públicas contra el autor, divulgadas esta semana por la revista estadunidense Vulture, se han detenido los proyectos para adaptar su obra.

La tercera temporada de Good Omens, serie de televisión de Amazon Prime Video inspirada en la novela Buenos presagios (1990), terminará antes de lo previsto, con un filme de 90 minutos. Disney interrumpió la producción de la cinta inspirada en otro trabajo del británico, The Graveyard Book (El libro del cementerio, 2008) y Netflix canceló luego de una temporada el programa Dead Boy Detectives (Detectives niño muerto), basado en personajes que Gaiman creó para Sandman en 1993.

En el número 17 de Sandman, publicado en 1990, Gaiman presenta a Richard Madoc, novelista que se queda sin ideas, y pide al exitoso escritor Erasmus Fry consejos para obtener inspiración. Fry vende a Madoc a Calíope, la musa de la poesía épica, quien hace surgir en él las semillas de nuevos proyectos literarios cuando la viola sexualmente.

Y Madoc abusa reiteradamente de ella hasta que Sueño, el protagonista de Sandman, lo condena con su magia a concebir cascadas de narraciones nuevas, al grado de enloquecerlo.

El guionista argentino Diego Agrimbau, multipremiado en Europa y su país natal por sus historietas Egypcios del espacio y Planeta extra, entre otras, comentó recientemente en sus redes sociales sobre este cuento, visto a la luz de las acusaciones: En una entrevista que leí en algún lado, Gaiman dijo que luego de escribir el guion de Calíope supo que nunca le faltarían ideas. Qué casualidad, ¿no? Su nivel de cinismo ya era abismal.

Las denuncias matizan para mal la admiración de los muchos seguidores del también realizador de la novela Stardust –que se adaptó a una película homónima en 2007, dirigida por Matthew Vaugh–, e incluso los consejos que éste daba para realizar ficción, que incluyen la regla principal del oficio de escribir es que si lo haces con suficiente seguridad y confianza, tienes permitido hacer lo que gustes. (Esto puede ser lo mismo una regla para la vida, que para la redacción).

Gaiman respondió a las inculpaciones en su blog personal, en el cual acotó: estoy lejos de ser una persona perfecta, pero nunca me he involucrado con nadie en actividades sexuales no consentidas. Jamás.

Añadió que luego de revisar los mensajes que intercambió con sus supuestas víctimas, se dio cuenta de que pude y debí comportarme mucho mejor. No estaba disponible emocionalmente a pesar de que me hallaba disponible sexualmente, enfocado en mí mismo y no fui tan considerado como pude o debí ser. Obviamente ignoré a los corazones y sentimientos de los demás, y es algo que lamento profundamente. Fui egoísta.

Sin embargo, remató: no puedo aceptar que se me describa como alguien que no soy, y no admitiré haber hecho cosas que no hice.

La mayoría de los historietistas estadunidenses y británicos han omitido pronunciarse en cuanto a la controversia. Uno de los pocos en alzar la voz es Larry Hama, guionista de los cómics del superhéroe Wolverine y de los cómics basados en los juguetes GI Joe, quien afirmó en sus redes sobre Gaiman: siempre sentí que miraba con desprecio a quienes hacemos entretenimiento para el gran público. Nunca me entusiasmó su obra, y siempre pensé que era un ojete petulante y ostentoso, pero (ante las imputaciones), ¡no mames!.

A su vez, el dibujante Gene Ha, que ha ilustrado historietas de Batman y de Los Hombres X, entre otros famosos personajes, atribuyó a Gaiman usar sus habilidades como autor en empatía, personalidad y lenguaje para identificar y encantar a las mujeres más vulnerables, heridas y jóvenes, y aislarlas, para entonces usar sus talentos para afinar sus abusos y agresiones. Neil Gaiman sabía cuánto daño les hacía, y ese era su objetivo.