Sus finanzas dependen de las remesas
Es el segundo país con más migrantes en EU
Viernes 17 de enero de 2025, p. 4
Guatemala. Con unos 3.2 millones de guatemaltecos residentes en Estados Unidos, lo cual equivale a 18 por ciento de su población actual, que suma 17.8 millones, y que el año pasado aportaron a la economía de este país 21 mil millones de dólares en remesas, la amenaza del próximo habitante de la Casa Blanca, Donald Trump, de realizar deportaciones masivas coloca a esta nación centroamericana entre la espada y la pared.
Estados Unidos empuja ya a ese escenario. El año pasado, Guatemala recibió 64 mil 640 deportados, según el Instituto Guatemalteco de Migración (IGM). En 2023 acogió 60 mil 32 por vía aérea desde México y Estados Unidos, y otros 19 mil 665 por vía terrestre, de acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), un promedio de nueve por hora.
La fiscal general de Guatemala, Consuelo Porras, y Thomas Homan, encargado de migración y fronteras para la administración entrante de Trump, sostuvieron una reunión virtual el pasado día 6.
En el encuentro a distancia analizaron cómo colaborar y disminuir el uso del territorio guatemalteco de origen y puente para la migración irregular.
Desde que el Departamento de Estado le canceló la visa en 2021 y la incluyó en la lista Engel (listado de personas de Guatemala, El Salvador y Honduras que en valoración de Washington han cometido actos de corrupción o participado en acciones para socavar la democracia de sus países), Porras se ha dedicado a solicitar la captura de coyotes a pedido de Washington para extraditarlos y que los juzguen en Estados Unidos; también pide que le revaliden el documento para poder ingresar a territorio estadunidense.
Guatemala exporta mucho menos de lo que importa, y los envíos foráneos de mercancías, la inversión directa en el país, el turismo y los préstamos externos jamás cubrirían la demanda de divisas, señala el analista Ricardo Barrientos. Si no fuera por los dólares de las remesas que permiten pagar las importaciones, como el combustible, el desbalance comercial tendría al país en números rojos, como lo muestra un informe del Banco de Guatemala (Banguat) de agosto pasado.
La estabilidad económica no depende del turismo, ni de las exportaciones, sino de los guatemaltecos que hemos echado con una patada en el trasero
, alerta Barrientos a La Jornada. La descripción de las exportaciones de Guatemala, además de bienes y servicios, debería incluir seres humanos
, agrega el también director del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi).
En Estados Unidos hay 3.2 millones de guatemaltecos que generan 92 por ciento de las remesas familiares. Menos de uno por ciento sale de México y España, y al menos 7.2 por ciento de otros países, refiere la OIM.
La avalancha de dólares que envían sostiene el sector externo de la economía guatemalteca
, estima el Icefi. Mantiene estable el tipo de cambio (un promedio de 7.5 quetzales por cada dólar estadunidense) y determina los precios de los productos importados. Irónicamente, la pobreza empujó a la mayoría de estos migrantes a salir del país.
Aunque el principal motivo para migrar es económico, los expulsados también huyen de la discriminación y la violencia criminal y de género, expone a La Jornada Francisco Juárez, oficial para el Programa en Guatemala del American Friends Service Committee (AFSC). Esta organización se enfoca en combatir la inequidad y las secuelas de la violencia, así como analizar las causas de la migración.
Juárez mencionó cómo, durante el conflicto armado interno (1960-1996), un millón de guatemaltecos se exilió por persecución política. Por el mismo motivo, en los gobiernos de Jimmy Morales (2016-2020) y Alejandro Giammattei (2020-2024) se exiliaron en Estados Unidos y otros países al menos 50 jueces, fiscales, abogados, defensores de derechos humanos y periodistas.
Al menos 90 por ciento de los guatemaltecos sí emigró para mejorar sus ingresos laborales, condiciones de vida y generar remesas. Tres por ciento lo hizo por reunificación familiar y otras razones se sitúan en menos de uno por ciento, indica una encuesta de la OIM de 2022.
Según el Ministerio de Economía (Mineco) y un informe del Icefi de 2024, el mercado laboral en Guatemala no puede absorber a los 12.5 millones de personas en edad de trabajar; entonces, seis de cada 10 se emplean en el sector informal.
De dónde salen
Setenta por ciento de las remesas que llegan a Guatemala proceden de California, Nueva York, Florida y Texas, según la OIM.
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Índice de Actividad Migratoria de Guatemala (IAMG) revelan que las envían migrantes que salieron de los departamentos de Huehuetenango, San Marcos (frontera con México), Quetzaltenango, Chiquimula y Jutiapa (los últimos dos, frontera con Honduras y El Salvador).
El Instituto Nacional de Estadística reporta que entre esas comunidades, Huehuetenango tiene el tercer mayor índice de pobreza, con 81.2 por ciento. Entre los 50 municipios en todo el país con mayor IAMG, 17 son de ese departamento. Los otros cinco son de Quiché, el segundo más pobre con 86.4 por ciento, y el tercero que recibió más remesas en 2022, después de San Marcos con 54 por ciento de pobreza y el departamento de Guatemala, con 21 por ciento. Chiquimula también está entre los más pobres (en 60 por ciento), principalmente en la región indígena chortí.
Casi un tercio de toda la población beneficiada por las remesas trabaja en el segmento de la agricultura y una cuarta parte en comercio, restaurantes y hoteles. Por eso, seis de cada 10 dólares recibidos cubren gastos de consumo y sólo tres van a inversión y ahorro, informa la OIM.
Cifras del fenómeno
La población estimada en Guatemala es de 17.8 millones de habitantes; datos recientes aseguran que 18 por ciento de esa cifra viven en Estados Unidos. Cuatro de cada 10 migrantes guatemaltecos en el extranjero son operarios, artesanos y mecánicos. Otros dos trabajan en servicios y ventas, y dos más son trabajadores no calificados, y uno más es agricultor. Los profesionales, científicos y académicos son apenas 0.6 por ciento, precisan la OIM y el Banguat.
Guatemala se mantuvo como el segundo país latinoamericano después de México que más remesas recibe. En 2024 ingresaron 21 mil millones de dólares, o 19 por ciento de su producto interno bruto (PIB). En México, 59 mil 518 millones en remesas es equivalente a 3.4 cuatro por ciento del PIB durante los primeros 11 meses del año pasado.
En febrero de 2024, el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo (2024-2028), reconoció el papel de las remesas. Están impulsando la economía, no necesariamente como se debería en cuanto a desarrollo, pero es una de las cosas que tenemos que empezar a abordar
, admitió.
Al respecto, la portavoz del Mineco, Carla Fión, sostuvo que ese ministerio sí tiene una estrategia para generar más divisas que aumentará las exportaciones y el turismo, y un plan 2024-2027 para atraer inversión extranjera directa
, que incluye actividades productivas que generen empleo sostenible para los guatemaltecos
.
Arévalo también mencionó en 2024 que el país debía crear condiciones económicas para frenar las causas que obligan a los más jóvenes a migrar hacia Estados Unidos
, y trabajar en la infraestructura
para mejorar las regiones abandonadas, aunque advirtió que para ello necesita ayuda de los países socios
.
Mientras tanto, un informe de competitividad global de 2018 indica que el crimen, la corrupción, la burocracia, una inadecuada infraestructura y la inestabilidad política desestimulan la inversión externa, recordó el Icefi el año pasado, una situación que poco ha cambiado.
Hay una enorme distancia entre la cantidad de dólares que envían los migrantes y los que generan otras fuentes. En 2023, hubo mil 552.3 millones de dólares en inversión extranjera directa; 13 mil 35.3 millones por exportaciones, y mil 76 millones de dólares por turismo, contra 19 mil 804 millones de dólares en remesas. Ese año, esos fondos triplicaron el gasto público social y fueron 30 veces mayores que la inversión pública, según datos del Banguat y el Ministerio de Finanzas que el Icefi analizó.
El temor es que con Trump aumenten las deportaciones y mermen las remesas. Aun si la pobreza (56 por ciento) todavía genera migración, el augurio –según Barrientos– es de una tragedia social y económica.