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Deportar, falsa solución

Trump los considera invasores

En vilo, 16 millones de personas en EU que residen con estatus irregular

Datos oficiales demuestran que la cifra de personas indocumentadas que intentan cruzar de México a Estados Unidos está en su nivel más bajo desde 2020

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▲ Antes de llegar a la frontera con Estados Unidos, muchos centroamericanos ponen en peligro sus vidas en el intento de internarse en México a través del río Suchiate. En la imagen, una mujer y su hija cruzan de Guatemala a territorio nacional con todas sus pertenencias colocadas en dos mochilas.Foto Cuartoscuro
Corresponsales
Periódico La Jornada
Viernes 17 de enero de 2025, p. 2

Washington y Nueva York. Donald Trump llegará a la Casa Blanca en un momento en que el número de personas indocumentadas cruzando la frontera de México a Estados Unidos está en su nivel más bajo desde 2020, como resultado de severas medidas impuestas por el presidente saliente Joe Biden, los esfuerzos de México de evitar la saturación de la zona fronteriza y los efectos de la retórica antinmigrante del presidente entrante.

A pesar de las repetidas advertencias de Trump y sus aliados de que se enfrenta una invasión de migrantes en la frontera, datos oficiales del gobierno estadunidense indican que la intrusión está en pausa como resultado de los esfuerzos de los dos gobiernos por controlar el flujo. Sin embargo, una de las consecuencias es que el número de extranjeros varados en México en espera de ingresar a Estados Unidos se disparó a niveles nunca vistos en la historia reciente.

Inicialmente, los encuentros de la Patrulla Fronteriza con inmigrantes indocumentados intentando ingresar a Estados Unidos se dispararon poco después de llegar Joe Biden a la Casa Blanca, coyuntura en la que también se involucra el fin de la pandemia de covid-19, periodo en que se registró un incremento de la migración a escala mundial.

Aunque Biden deportó a más indocumentados en 2024 que Trump en cualquiera de sus cuatro años en la Casa Blanca, el número de migrantes interceptados al intentar cruzar se incrementó cada año desde unos 850 mil en 2019, durante la presidencia de Trump, a un pico de más de 2 millones en 2022 y 2023.

Los países de origen de estos migrantes también cambiaron. Durante el primer gobierno de Trump, 90 por ciento de quienes intentaban ingresar a Estados Unidos provenían de México y Centroamérica. Para 2023, ese indicador bajó a 55 por ciento, explicó Adam Isacson, experto en los flujos en la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés).

Pero en 2024, el número de indocumentados intentando cruzar la frontera desde México se empezó a reducir, y para los últimos dos meses del año pasado, la Patrulla Fronteriza registró que el nivel de intercepciones era menor a 50 mil cada mes.

Para finales de 2024, el gobierno de Biden exitosamente había canalizado a los solicitantes de asilo por vías oficiales más seguras, los cuales antes intentaban llegar de manera clandestina. El presidente electo Trump, lejos de reconocer estos cambios como resultado de esfuerzos de Estados Unidos y México, continúa afirmando que no hay control de una frontera abierta, argumentando que Biden sólo está facilitando el ingreso de indocumentados donde pueden vivir y trabajar durante años en espera de las evaluaciones de sus casos de asilo.

Aunque es difícil encontrar estadísticas precisas, el Consejo Estadunidense de Inmigración ahora calcula que el tamaño de la población indocumentada en ese país ha crecido de unos 11 millones a más de 13 millones. Además de éstos, unos 900 mil que solicitaron citas vía la app CBP One para cruzar legalmente la frontera lograron ingresar al país mientras se evalúan sus casos de asilo.

Ante la ola de refugiados en la frontera, el gobierno de Biden también estableció un programa en 2023 que autorizaba el ingreso de hasta 30 mil migrantes cada mes provenientes de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití para solicitar su asilo mientras residen en el país, una medida humanitaria. Hoy suman unos 530 mil viviendo en Estados Unidos mientras esperan los resultados de sus casos.

Por otro lado, se incrementó también el número de refugiados autorizados para vivir en el país bajo un programa de protección temporal contra la deportación, el llamado TPS, ya que sus países han sido clasificados como demasiado peligrosos. El número de personas bajo el TPS se incrementó de 430 mil en 2021 a casi un millón a finales de 2024, en gran medida por un alza dramática de venezolanos.

Finalmente, también hay unos 500 mil adultos protegidos de manera temporal de la deportación por una medida conocida como DACA, otorgada a quienes fueron traídos a este país como menores de edad por padres o familiares indocumentados.

En total, estas cifras indican que alrededor de 16 millones de personas viven en Estados Unidos sin una autorización legal permanente.

Durante su campaña electoral, Trump amenazó con eliminar muchos de estos programas de protección temporal para indocumentados. Al llegar al gobierno tendrán que decidir qué hacer con cada uno de estos instrumentos y los millones que por ahora están protegidos por ellos.

Otro reto para el gobierno entrante de Trump será cómo trabajar –o no– con México.

En 2024, el gobierno de Biden sencillamente cerró partes de la frontera e impidió que una mayoría de migrantes pasara o que solicitaran el asilo, políticas que según defensores de derechos humanos violan las leyes nacionales e internacionales sobre el derecho al asilo.

Además, desde diciembre de 2023, el gobierno de Biden ha trabajado con México para evitar que migrantes logren llegar hasta la frontera estadunidense. Funcionarios estadunidenses dicen que los esfuerzos de México para bajar a migrantes de los trenes y camiones antes de llegar a la frontera han tenido un impacto significativo en el número de intentos de cruzar.

Por ahora, se espera que el número de migrantes intentando cruzar la frontera sin papeles permanecerá bajo las amenazas y retórica antinmigrante de Trump. De hecho, cuando Trump llegó a la presidencia la primera vez en 2017, el número de intentos para cruzar la frontera desde México se desplomó a casi cero por varios meses, antes de dispararse en 2019 a su nivel más alto en una década.

Al inicio de su presidencia se espera un fenómeno parecido, durante el cual el mandatario entrante seguramente cantará victoria. Pero pocos aquí creen que con sólo cerrar la frontera y realizar deportaciones de tal vez millones pondrá fin a la migración indocumentada.

Isacson espera que el gobierno de Trump anule la mayoría de las vías legales para migrantes solicitantes de asilo en Estados Unidos. Como resultado, asegura que el número de personas cruzando exitosamente la frontera sin ser detenidos por la Patrulla Fronteriza se incrementará, quienes logren cruzar se mantendrán más o menos como ahora y el número de personas que perecerán en el intento también se elevará. El número general de migrantes ingresando a Estados Unidos podría ser menor al de hace seis meses, explicó Isacson, de WOLA. Pero será un flujo mucho menos ordenado.

Defensores de inmigrantes también recuerdan que en su primera presidencia Trump sí redujo el flujo de ellos a través de la frontera durante un año, pero finalmente esa cifra se incrementó a su nivel más alto en 10 años antes de desplomarse otra vez como resultado de la pandemia. Ese ciclo, dicen algunos expertos, probablemente se repetirá.