Madrid. La Asamblea Nacional de Nicaragua anunció ayer la aprobación en segunda lectura de la reforma constitucional que otorga más poderes al presidente del país, Daniel Ortega, permite ampliar un año más el mandato presidencial e incluye la retirada de la nacionalidad a todas aquellas personas declaradas traidores a la patria, antes de que pase a una tercera votación prevista para finales de mes.

La moción también declara que la bandera rojinegra de la lucha antiimperialista del general Augusto C. Sandino y de la revolución sandinista –del gubernamental Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN)– formaría parte de los símbolos patrios, como el himno nacional, la bandera azul y blanco, así como el escudo nacional.

El nuevo texto autoriza al mandatario arrogarse más competencias al pasar a ser coordinador último de los poderes Legislativo y Judicial. Así, el Parlamento planea modificar 148 de los 198 artículos de la Constitución y derogar otros 37.

El electorado de Nicaragua está convocado de nuevo a las urnas en noviembre de 2026. El gobierno de Ortega ha impulsado una campaña de persecución de la oposición, privando de nacionalidad a los disidentes. Además, ha expulsado del país a embajadores y ha clausurado miles de organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales, así como medios de comunicación y organizaciones religiosas.